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La economía china repunta con un crecimiento del 5,3% en el primer trimestre

El gigante asiático, aún lastrado por el frenazo del sector inmobiliario, trata de poner en marcha sectores de manufacturas tecnológicas

Interior de la fábrica de vehículos industriales de Forklift, el pasado 27 de marzo, en Hefei (provincia de Anhui), China. Guillermo Abril
Interior de la fábrica de vehículos industriales de Forklift, el pasado 27 de marzo, en Hefei (provincia de Anhui), China. Guillermo Abril
Guillermo Abril

El motor chino acelera el ritmo. La economía del gigante asiático ha crecido un 5,3% anualizado en el primer trimestre, según ha anunciado este martes la Oficina Nacional de Estadística de la República Popular. El crecimiento ha sido del 1,6% con respecto al último trimestre. El dato se encuentra por encima de numerosas previsiones, da muestras de estabilización, y pone rumbo hacia el aumento de “en torno al 5%” del producto interior bruto (PIB) que se ha fijado Pekín para este año. Sigue también la estela del 2023, cuando la actividad se incrementó en un 5,2%, aunque sin dar muestras de una plena recuperación postpandémica. En esas sigue la locomotora asiática. China pelea en 2024 por esquivar las diversas tormentas financieras que le arrecian —desplome del mercado inmobiliario, deuda de los Gobiernos locales, presión deflacionista—, mediante la transición industrial hacia nuevos sectores como el del coche eléctrico, y el cortejo del inversor extranjero, escéptico con el entorno empresarial.

Las sombras y la incertidumbre persisten. La semana pasada la agencia Fitch rebajó la calificación crediticia de China a negativa, un movimiento vinculado a los riesgos en las finanzas públicas, mientras no termina de llegar la transición hacia nuevos modelos de crecimiento. En diciembre, la agencia Moody’s ya dio un paso similar. Fitch prevé que la deuda explícita de los gobiernos central y locales de China aumente hasta el 61,3% del PIB en 2024 desde el 56,1% en 2023. En 2019, antes de la covid y de que la burbuja inmobiliaria tocara techo, era del 38,5%.

A esto se suma la inflación átona —los precios apenas crecieron en marzo, han pasado en terreno negativo tres de los cuatro meses anteriores, y los de producción industrial han caído un 2,7% entre enero y marzo— y unas exportaciones que no despegan: han aumentado un 4,9% en los primeros tres meses, pero cayeron un 7,5% en marzo, con Estados Unidos y la UE desplomándose un 16% y un 15% respectivamente. Aunque parte del mal comportamiento de marzo puede atribuirse a un efecto estadístico, por la depreciación del renminbi, no es un dato aislado: las exportaciones estuvieron en terreno negativo entre mayo y noviembre de 2023.

La cifra de crecimiento ha sido descrita como “impresionante” por la prensa estatal. “La economía nacional ha tenido un buen comienzo en el primer trimestre, en el que se han acumulado más factores positivos que sientan una mejor base para alcanzar los objetivos y tareas anuales”, ha asegurado Sheng Laiyun, subdirector de la ONE, en una comparecencia al presentar los datos recogida por la prensa china. “Sin embargo, también debemos constatar que la complejidad, la gravedad y la incertidumbre del entorno exterior han aumentado, y los cimientos de una economía estable y en mejora aún no son sólidos”, ha sopesado.

Entre las medidas para recuperar el brío perdido, Sheng ha destacado el impulso de “las nuevas fuerzas productivas”, el concepto de moda en Pekín. Bajo su nombre laten ecos marxistas, pero se proyecta hacia un futuro de alta tecnología. Y es la gran apuesta China para atajar la adicción al ladrillo de la economía. La terna formada por los coches eléctricos, las baterías de ion litio y el sector fotovoltaico, incrementaron sus exportaciones en un 30% en 2023. Pero esto también ha desatado las alarmas en Occidente, que teme verse inundada de productos tecnológicos baratos chinos. En los últimos seis meses, la UE ha lanzado investigaciones contra supuestos subsidios en el sector chino de los coches eléctricos, contra productores de acero y proveedores de turbinas eólicas.

Con el país volcado al turismo durante las vacaciones del año nuevo chino, entre los meses de enero y febrero, el consumo ha crecido un 4,7% en este primer trimestre. El tirón se ha sentido en los sectores vinculados al ocio y la restauración. La industria de los servicios ha aumentado a un ritmo del 5%. Pero el inmobiliario sigue dando muestras de un frenazo que no acaba: las ventas de nuevas viviendas han caído un 27,6%.

La inversión, en un país donde el dinero se dirige hacia donde apunta el Estado, muestran las intenciones de Pekín. La privada apenas creció en los primeros tres meses del año: un exiguo 0,5%, aunque si se elimina el peso del ladrillo, aumenta al 7,7%. Mientras, el flujo se dirige hacia las industrias de alta tecnología, cuya inversión ha aumentado un 11,4%, y hasta un 42,7% en la fabricación de manufacturas aeroespaciales.

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Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.
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