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La inflación cierra diciembre en el 3,1% gracias a la menor subida de los alimentos en casi dos años

La cesta de la compra baja 1,7 puntos en el último mes, hasta el 7,3%, pero el aceite de oliva sigue disparado un 54,6%

Una mujer compra en una frutería de Bizkaia, el jueves 11 de enero.
Una mujer compra en una frutería de Bizkaia, el jueves 11 de enero.Fernando Domingo-Aldama
Cristina Galindo

La economía española dejó atrás el año pasado, aunque poco a poco, lo peor de la crisis inflacionista. Tras los picos registrados a mediados de 2022, el IPC terminó diciembre pasado en el 3,1% interanual, según ha publicado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que confirma el dato adelantado hace dos semanas. Se trata de una décima menos que la registrada en noviembre, un ligero alivio que se debe a la moderación de los precios de los carburantes y en especial de los alimentos: aunque siguen subiendo un 7,3%, la tasa es la menor en casi dos años (marzo de 2022) tras bajar 1,7 puntos en el último mes.

La contención de los alimentos supone un alivio importante para el conjunto de la inflación, y en especial para los consumidores que llevan meses sufriendo la escalada histórica de estos precios desde mediados de 2021. En diciembre pasado, la moderación de los precios de leche, huevos, queso, pan, cereales y carne, ha sido clave: subieron, pero menos que en el año anterior. El aceite de oliva constituye una notable excepción, con un incremento del 54,6%, el mayor de todo el IPC. Entre enero de 2021 y diciembre pasado, el precio se ha disparado un 165,5%. De media en 2022 subió un 44%.

Después del aceite de oliva, lo que más subió en diciembre en tasa anual fue el transporte de pasajeros por mar (23,6%), los paquetes turísticos internacionales (13,3%) y nacionales (12,9%). Por contra, lo que más se abarató en el último mes del año en relación a diciembre de 2022 fueron otros aceites (-29,1%); el gas natural (-20,3%); el butano y el propano (-18,5%); la electricidad (-17,3%), y el transporte combinado de pasajeros (-15,4%).

Así, la inflación subyacente, que excluye alimentos no elaborados y energía, registra la menor tasa desde marzo de 2022, tras reducirse en diciembre siete décimas, hasta el 3,8%. La inflación media de 2023, según ha confirmado el INE, fue menos de la mitad que 2022, es decir, ha pasado del 8,4%, la fue la más elevada desde 1986, al 3,5%. Sin tener en cuenta la rebaja del impuesto especial sobre la electricidad y las variaciones sobre otros impuestos, el IPC interanual alcanzó en diciembre el 3,4%, tres décimas por encima de la tasa general del 3,1%.

Los alimentos han marcado parte del IPC en los últimos meses. Las primeras subidas hace dos años estaban vinculadas a la guerra de Ucrania y el encarecimiento de los costes. Las tensiones siguen, pero las causas se han ido trasladando al clima. Desde hace unos meses son las condiciones meteorológicas las que han impuesto su ley: bien por falta de lluvia, bien por inundaciones o bien por las altas temperaturas, muchas cosechas se han reducido. Destaca el caso del aceite de oliva, cuyo precio se ha disparado en el último año a causa de la reducción sin precedentes de dos años de la producción.

El aceite de oliva es uno de los productos básicos a los que se redujo el IVA en enero de 2023, concretamente del 10% al 5%, una medida que ha sido prorrogada hasta junio de 2024, después de que esta semana saliera adelante en el Congreso el último decreto de medidas anticrisis que la incluía. Además, el acuerdo alcanzado entre Junts y el PSOE establece la consideración del aceite de oliva como un alimento esencial, de forma que también se podrá beneficiar de la supresión del IVA que ya se aplica a otros alimentos básicos. Pero este punto debe incluirse durante la tramitación del decreto como proyecto de ley, por lo que probablemente tardará unos meses en hacerse efectivo.

Tendencia hacia la normalización

La tendencia hacia la normalización de los precios está consolidada, según los expertos. “Las cosas van por el camino adecuado; se está reduciendo el ritmo de crecimiento de los precios, sobre todo en los últimos meses”, explica María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas. “Pero va a seguir siendo un proceso lento”, advierte. No espera que los precios bajen este año del 2%, que es el objetivo del Banco Central Europeo. Sin embargo, pronostica bajadas de tipos a partir de junio. Fráncfort se ha mostrado cauto, aunque los datos sean positivos, y todo indica que no quiere precipitarse a la hora de ir reduciendo tipos.

El dato de inflación en la zona euro también ayuda a mantener las perspectivas de que el BCE empiece a bajar los tipos de interés más pronto que tarde. Los precios en los países de la moneda única cerraron 2023 con una inflación del 2,9%, según la primera estimación de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, publicada la semana pasada. Aunque se rompe la tendencia a la baja de la inflación en Europa de los últimos meses, porque la tasa ha aumentado cinco décimas respecto al mes anterior, el dato es una décima inferior a lo que esperaban los analistas.

Para Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, “la tendencia a la desinflación parece bastante clara y se va a prolongar este año”. El experto advierte de un posible repunte en enero, mes en el que entre otras cosas todo el comercio ajusta al alza sus precios y considera que será un dato claro para tener más visibilidad para el resto del año. Talavera prevé que las bajas de tipos empiecen en el segundo trimestre del año, lo que supondría un alivio tanto para los hogares que tienen una hipoteca como para la deuda de las empresas y las Administraciones Públicas.

Mar Rojo y petróleo

Sin embargo, el panorama no está exento de riesgos. La tensión en Oriente Próximo, con los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen contra barcos de carga en el mar Rojo está provocando importantes alteraciones en el comercio mundial, ya que miles de cargueros han empezado a circunvalar África por el cabo de Buena Esperanza para llegar a Europa en lugar de hacerlo a través del canal de Suez, lo que encarece y prolonga considerablemente el viaje. Esto está provocando que se dispare el precio de los fletes, lo que puede trasladarse a la inflación si la situación persiste, aunque los analistas creen por ahora que el efecto será limitado.

Otro elemento a tener en cuenta es el petróleo, que este viernes ha recuperado el nivel de los 80 dólares el barril por los ataques liderados por EE UU contra los hutíes en represalia.

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Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.
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