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Víctor Grífols deja el consejo de la farmacéutica después de cuatro décadas

El histórico empresario, impulsor de la transformación y la expansión internacional de la compañía, seguirá siendo presidente de honor. Su última etapa ha estado marcada por la crisis de cotización de la empresa

Josep Catà Figuls
El expresidente de Grifols, Victor Grífols Roura, en la junta de accionistas de 2016.
El expresidente de Grifols, Victor Grífols Roura, en la junta de accionistas de 2016.reuters

Víctor Grifols Roura ha dejado este martes su cargo en el consejo de administración de la multinacional de hemoderivados Grifols, según ha comunicado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El histórico empresario, nieto del fundador de la farmacéutica y artífice de la transformación de la compañía en una multinacional líder en la industria del plasma, llevaba 40 años como miembro del consejo. Fue consejero delegado de Grifols hasta 2017 y presidente no ejecutivo hasta 2022, cuando dejó el cargo para calmar a los mercados ante una crisis de la cotización que llevó a mínimos el valor de los títulos de la compañía. Desde entonces, la empresa ha implementado un plan de crecimiento sostenible y, en el comunicado, Grífols Roura apunta que es el momento oportuno de dejar el cargo de consejero, para “garantizar una transición ordenada”, aunque seguirá como presidente de honor del grupo.

Su puesto en el consejo de administración lo sustituirá otro miembro de la familia, Albert Grifols Coma-cros, nieto del científico Josep Antoni Grifols i Lucas —en 1940, él y su hermano Víctor Grífols Lucas fundaron la empresa junto con su padre, el patriarca Josep Antoni Grifols Roig, sobre el laboratorio de análisis que este había fundado 30 años antes—. El nuevo miembro del consejo ha sido hasta septiembre de este año director científico de innovación de la compañía, y ha sido designado consejero ejecutivo por el procedimiento de cooptación hasta su ratificación en la próxima junta de accionistas.

Víctor Grífols Roura dejó el puesto de consejero delegado en 2017, con 67 años, a manos de su hermano y de su hijo, en una responsabilidad compartida. Pese a pasar entonces a una posición no ejecutiva como presidente, el histórico empresario avisó de que “vigilaría” el funcionamiento de la empresa. Empresario de carácter, ambicioso y de lenguaje directo, controlaba la compañía hasta el más mínimo detalle y durante la fulgurante etapa de expansión internacional lograba cerrar los tratos desde esta proximidad, especialmente con la compra de centros de plasma en Estados Unidos y otros países.

Tomó el mando de la compañía en 1987, cuando sustituyó a su padre. Logró que fuese la primera empresa española en recibir una licencia de la FDA, el regulador farmacéutico norteamericano, sacó la compañía a bolsa en 2006, compró varias empresas competidoras para ganar tamaño, y se implicó en distintos aspectos, desde el apoyo al nacionalismo catalán —en 2014 animó al president Artur Mas cuando preparaba la consulta independentista del 9-N— al deporte: a través de la sociedad Scranton Enterprises salvó de la ruina al club de baloncesto Joventut de Badalona. Grífols Roura también decidió trasladar la sede fiscal de la empresa a Irlanda, un país de baja tributación, y pese a sus intervenciones directas en algunos foros, mantenía un perfil bajo que escondía la magnitud de la multinacional que pilotaba: en 2010, un cable de Wikileaks reveló que su planta de Parets del Vallès era, para el Gobierno de EE UU, uno de los tres activos estratégicos existentes en España.

La senda internacional, conseguida mediante crecimiento inorgánico, abultó su deuda, y cuando vino la pandemia y la actividad de los centros de recolección de plasma decayó, este pasivo se hizo demasiado insostenible para los inversores. La acción de Grifols se desplomó, y en octubre de 2022, con 72 años, dejó el puesto de presidente no ejecutivo. En mayo de este año, su hijo y su hermano también dejaron de ser co-consejeros delegados, y todo el poder ejecutivo lo asumió Thomas Glanzmann, quien en el comunicado ha alabado a Grifols Roura, del que ha dicho que ha sido una “verdadera inspiración para la organización y para la comunidad global del plasma”. “Echaremos de menos su inteligencia, ingenio y experiencia, pero sabemos que como presidente de honor siempre estará ahí para nosotros”, ha añadido.

La empresa ha emprendido un plan de ahorro y los últimos resultados del grupo señalan que está entrando en la senda del crecimiento sostenible, a la vez que prevé reducir su deuda mediante desinversiones. “Ahora que la compañía ha vuelto a la senda del crecimiento sostenible, ha llegado la hora de pasar página y comenzar el siguiente capítulo”, resalta Víctor Grifols Roura en el comunicado, donde también se recuerda que todavía existe una vacante en el consejo de administración y que la compañía sigue llevando a cabo un proceso de selección con el fin de cubrirla.


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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.
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