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A la caza del mejor inversor

En el mercado español hacen falta mucho más recursos para impulsar las iniciativas actuales sobre inteligencia artificial

Desde la izquierda, Patricia Pastor, fundadora y GP de Next Tier Ventures, Paula Villamarín, CEO de LinkedAI, y Ricardo García, CEO y fundador de Flipflow.
Desde la izquierda, Patricia Pastor, fundadora y GP de Next Tier Ventures, Paula Villamarín, CEO de LinkedAI, y Ricardo García, CEO y fundador de Flipflow.MÓNICA TORRES

La inteligencia artificial (IA) no es ninguna moda. Es una revolución que está trastocando todos los sectores, pero sobre todo está moviendo miles de millones de recursos para el financiamiento de nuevos proyectos relacionados con esta tecnología. En Silicon Valley, durante el tercer trimestre, las empresas dedicadas a la IA recaudaron más de 17.900 millones de dólares, superando en financiación a todas las demás categorías tecnológicas, según datos de PitchBook recopilados por Bloomberg. “A raíz de OpenAI ha habido un cambio radical”, argumentó Patricia Pastor, fundadora y GP de Next Tier Ventures, un vehículo de inversión instalado en Valencia.

“La IA [tradicional] y generativa en start-ups es la única aguja que está moviendo los mercados, porque, por desgracia, la financiación de venture capital está congelada”, comentó durante el panel llamado La oportunidad económica de la IA: transformar, emprender, crecer. “Vemos que España está en una posición muy atrasada”, subrayó. La llegada de capital fresco se siente a pie de calle. Paula Villamarín, CEO de LinkedAI, una empresa que etiqueta datos para entrenar modelos de IA, mencionó que cuando su empresa cobró forma en 2018, las rondas de inversión llegaron de fondos extranjeros, no locales. “El venture capital en el país es muy diferente al de América Latina y Estados Unidos. Los tickets [la cantidad que se va a poner a disposición] que se invierten y las valuaciones son más bajas”, aseguró. Pero también dijo que ahora se nota un esfuerzo por parte de los dueños del capital en echar adelante nuevos proyectos. “Quieren montarse en la ola rápidamente”.

La inteligencia artificial ya no es ajena a nadie. “Hay una mejora increíble. Cuando empezamos con la empresa, invertía mucho tiempo en explicar a un inversionista lo que era la IA”, detalló Villamarín. “Actualmente, vamos directamente al valor que ofrecemos como empresa a nuestros clientes. Hoy todo el mundo entiende más de qué se trata y cómo funciona. Antes daba miedo, y ahora todos tienen ganas de invertir y tener en su portafolio empresas de IA”, dijo. “Europa, como siempre, va por delante de nosotros. A España le cuesta subirse a las olas. Ya lo hemos vivido en varias: la de internet, la de las redes sociales, la de la economía colaborativa”, abunda Pastor.

Un buen momento

A pesar de ello, el mundo del emprendimiento tecnológico está en uno de sus mejores momentos. “Es una época preciosa”, añadió Ricardo García, CEO y fundador de Flipflow, una compañía que hace analítica de mercado para el sector retail, y recolección de fuentes de datos online. “Gracias a esta tecnología se van a producir cosas nuevas que van a incentivar la competitividad de las empresas. Hay amenazas que hay que regular, pero van a surgir proyectos muy bonitos, que van a captar inversión. Todo el mundo tiene que subirse al carro o está perdido”, resaltó. Uno de los grandes obstáculos, coincidieron los tres participantes de la cita, está en la atracción de talento.

“Hay mucha demanda de perfiles tecnológicos, tanto desarrolladores de software como ingenieros de datos o gente que controle IA”, anotó García. En esta lucha por hacerse con los mejores perfiles son las empresas grandes las que terminan ganando. “Al final es David contra Goliat” afirmó. Las firmas de menor tamaño tienen menos recursos y eso incide en ofrecer una mejor oferta en el mercado. “Esto quizás hace que se recurra a más financiación, para permitirnos el lujo de tener gente buena”. Hoy, apostilló Villamarín, CEO de LinkedAI, se buscan a personas con diferentes habilidades, que además de tecnología tengan alguna otra formación: medicina, lingüística u otras. “El espectro es mucho más amplio. Necesitamos a personas capaces de analizar el negocio, el cliente, y que sepan manejar grandes cantidades de datos e información”, aclaró. “Esta guerra de talento se ha transformado por completo y la gente que consiga manejar estas herramientas será la que tenga mejor salida laboral”, concluyó Pastor.

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