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La patronal del motor reclama ayudas para la electrificación del transporte pesado por carretera

La escasa penetración de los vehículos impulsados por baterías en España, del 1,3%, dificulta los planes de reducción de emisiones de la UE

Varios camiones por la Ronda de la Muralla en Galicia.
Varios camiones por la Ronda de la Muralla en Galicia.Europa Press
Luis Enrique Velasco

El sector del vehículo industrial español continúa rezagado en la carrera por descarbonizar el transporte pesado por carretera. La Comisión Europea planteó hace dos años delimitar las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) en un 45% hasta el 2030 y casi en su totalidad a partir del 2040. Un desafío que la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ve difícil, si no imposible, ante a las condiciones actuales del parque automotor de vehículos industriales y autobuses. Solo el 0,7% de los modelos matriculados en España en 2022 fueron eléctricos, una cifra que creció hasta el 1,3% entre enero y agosto de este año. Para paliarlo, la asociación ha presentado este martes una hoja de ruta que resume una serie de exigencias a la Administración con el objetivo de lograr acercar a la industria a las metas dispuestas desde Bruselas.

“Nos encontramos ante una presión gigantesca y acelerada”, ha sentenciado el director general de Anfac, José López-Tafall, en la presentación del informe, en Madrid. El jefe de la patronal cree que la descarbonización es un esfuerzo factible, “pero no de cualquier modo”: los camiones y autobuses, argumenta, son herramientas de trabajo de los transportistas y, por lo tanto, el coste operacional que demanda adquirir un nuevo vehículo “es determinante para la toma de decisiones de los compradores”. El sector exige mejoras en la deducción en el impuesto de sociedades por la compra de estos modelos, así como una exención en el impuesto especial sobre la electricidad que usan para su recarga. De lo contario, “este tipo de autos se quedarán fuera del mercado”, ha enfatizado López-Tafall.

Los fabricantes remarcan que la industria del transporte por carretera supone el 4,8% del PIB español y que de ella dependen aproximadamente 600.000 puestos de trabajo, según el Observatorio del Transporte y la Logística. Además, esta mueve cerca del 90% de mercancías en territorio nacional, una cifra muy superior a otros países del entorno europeo, donde el tren (más limpio y, muchas veces, más barato) es mayoritario. El transporte por carretera emite casi el 28% de los gases de efecto invernadero de la industria en España: “Somos la sangre por la que corre la economía de España”, ha enfatizado López-Tafall en su intervención.

Para acercarse a los objetivos de descarbonización del transporte pesado, los fabricantes también piden mejorar las infraestructuras de suministro energético. “Si no hay un centro estatal de impulso a la recarga y al repostaje de vehículos eléctricos y de bajas emisiones, es imposible avanzar. Ya existen en los ministerios de transporte de Alemania y Portugal, y queremos uno aquí”, ha defendido el jefe de Anfac, que considera que la Administración tiene que poner énfasis en los puntos de recarga por encima de los 350 KW. “Contamos con cerca de 22.000 puntos de recarga, pero solo hay 317 por encima o igual de los 150 KW. Necesitamos una red para la alta potencia”, ha concretado.

Las cuotas siguen en mínimos

El mercado del transporte industrial aún mantiene cuotas muy bajas en el uso de vehículos eléctricos o de baja emisión. Según los datos que recogen Anfac e Ideauto, en 2022 solo el 0,7% de los vehículos de transporte matriculados —un rubro que incluye camiones ligeros (hasta 6 toneladas), medios (entre 6 y 16) y pesados (de más de 16)— eran eléctricos. Este porcentaje mejoró a 1,3% durante los primeros ocho meses del 2023. La cuota de electrificación para los autobuses es más halagüeña; en este tipo de vehículos alcanza un 6%. La Comisión Europea tiene como objetivo que esta última categoría logre reducir completamente las emisiones de CO₂ para el 2030.

Los fabricantes también han hecho hincapié en que las flotas de transporte se encuentran en un proceso de envejecimiento muy elevado, con una edad media de 14,7 años en los camiones y de 11,8 años en autobuses. El gremio considera necesario poner en marcha un plan específico de renovación de flotas municipales para el horizonte 2024-2026. Aunque Anfac defiende los programas de ayuda a la compra de vehículos, como el plan Moves, considera que hay que mejorar la organización: “Hace años que venimos pidiendo una actualización de los presupuestos. De momento, no sabemos cuántos recursos quedan”, ha aclarado López-Tafall. El Moves incentiva la compra de un vehículo eléctrico con ayudas que van hasta los 7.000 euros.

La patronal también ha recordado que se deben explorar medidas para compensar el encarecimiento de la luz y el gas, “en un sector que no es especialmente intensivo, pero que sí es extremadamente sensible a la competencia internacional”. El presidente de Anfac y de Seat, Wayne Griffiths, ha señalado que de momento los fabricantes no se han visto amenazados por el ingreso de modelos extranjeros, especialmente desde Asia, —a diferencia del mercado de turismos, donde la Comisión Europea recientemente anunció la apertura de una investigación—. “Sin embargo”, ha defendido Griffiths, “no veamos la competitividad como algo negativo”. El máximo representante —no ejecutivo— de la patronal ha manifestado que solo siendo más competitivo el sector del vehículo pesado español puede mantenerse a flote dentro del mercado.

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