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La firma de Carl Icahn, el viejo tiburón de Wall Street, se hunde en Bolsa por una investigación federal

Las autoridades empezaron a indagar al día siguiente de que un fondo bajista denunciase irregularidades

Carl Icahn documental HBO
El multimillonario inversor Carl Icahn, fotografiado en Nueva York en 2015.Victor J. Blue (Bloomberg)
Miguel Jiménez

Carl Icahn es uno de los tiburones más temidos de Wall Street. Es un inversor activista, capaz de imponer su agenda a las grandes empresas con la toma de participaciones y la presión sobre accionistas y directivos. El tiburón, sin embargo, está siendo atacado por un tiburón mayor. Un fondo bajista ha denunciado irregularidades en sus cuentas. Eso provocó el desplome en Bolsa y, según ha reconocido este miércoles, también la apertura de una investigación federal. Pero Icahn no se queda de brazos cruzados y este miércoles ha prometido “contraatacar”. La pelea de tiburones está servida.

Icahn, de 87 años, es un mito que ha trascendido el mundo de las finanzas para ingresar incluso en algunos estratos de la cultura popular. Netflix hizo un documental sobre él. “Napoleón era un gran estratega, sin duda, pero lo perdió todo por su arrogancia. No todo permanece para siempre si no tienes cuidado”, decía Icahn en el documental ante un cuadro de una batalla bonapartista. Ahora es él el que está dejándose buena parte de su fortuna por su arrogancia, su descuido o algo peor.

La apertura de la investigación federal se produjo el 3 de mayo, al día siguiente de que el fondo Hindenburg Research publicase un informe demoledor que tumbó la cotización de Icahn Enterprises. El tiburón se veía acorralado. Ese fondo se dedica a buscar compañías cuyas prácticas sean dudosas, toma posiciones bajistas y desvela las supuestas irregularidades. Si convence a los inversores, las acciones caen y el fondo logra importantes beneficios. Hindenburg es una de las más reconocidas firmas bajistas y en el último año ya ha atacado con éxito al multimillonario indio Gautam Adani y a Block, la actual empresa de Jack Dorsey, el fundador de Twitter.

Icahn Enterprises negó las irregularidades, pero el mercado no le creyó mucho. La empresa cambió incluso la fecha de presentación de sus cuentas trimestrales, lo que avivó las sospechas. Ahora es la propia firma, en su informe trimestral registrado ante la Comisión de Valores y Bolsa la que reconoce que está siendo investigada. La cotización ha llegado a caer este miércoles en torno a un 20% y pierde cerca del 40% desde la publicación del informe del fondo bajista.

“La Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York se puso en contacto con Icahn Enterprises el 3 de mayo de 2023 solicitando la aportación de información relativa a ella y a algunas de sus filiales en materia de gobierno corporativo, capitalización, ofertas de valores, dividendos, valoración, materiales de marketing, diligencia debida y otros materiales”, confiesa la empresa ante el supervisor bursátil.

“Estamos cooperando con la solicitud y estamos proporcionando documentos en respuesta a la solicitud voluntaria de información. La Fiscalía de Estados Unidos no ha presentado ninguna reclamación o alegación contra nosotros o el Sr. Icahn con respecto a la investigación anterior. Creemos que mantenemos un sólido programa de cumplimiento y, aunque no se pueden dar garantías y todavía estamos evaluando el asunto, actualmente no creemos que esta investigación tenga un impacto relevante en nuestro negocio, situación financiera, resultados de operaciones o flujos de efectivo”, añade.

Esquema piramidal

El detallado informe de Hindenburg señalaba que Icahn Enterprises tenía sus activos con valoraciones infladas y que el valor de mercado de la compañía era superior al que justificaban sus activos. Aseguró que el dividendo de la empresa es insostenible y que si se ha mantenido es solo porque Icahn controla el 85% de la empresa y no lo cobra en metálico.

Llegó a emplear palabras muy gruesas, refiriéndose a una especie de esquema piramidal: “En resumen, Icahn ha estado utilizando el dinero de los nuevos inversores para pagar dividendos a los antiguos. Este tipo de estructuras económicas tipo Ponzi solo son sostenibles en la medida en que el dinero nuevo esté dispuesto a arriesgarse a ser el último en ‘aguantar el tirón”.

En paralelo, desveló unas deudas de Icahn que no se conocían. Eso último, que como tal no implicaba una irregularidad, sí que provocó que Bloomberg le degradase en su lista de multimillonarios, admitiendo implícitamente que su cálculo anterior sobre la fortuna del magnate estaba equivocado. Con la caída en Bolsa de su participación, pero sobre todo, al corregir ese error, Bloomberg bajó al magnate del puesto 58º al 119º de su lista de las personas más ricas del mundo.

Al contraataque

En el informe trimestral registrado en la SEC, la compañía de Icahn se queja amargamente de las firmas bajistas como Hindenburg, de que no estén reguladas y de que sus informes de análisis tengan la apariencia de los de las grandes firmas de Wall Street. Lamenta también que encuentren eco en los medios y en las redes.

Carl Icahn ha lanzado un duro comunicado este mismo miércoles a la vez que su informe trimestral: “Hindenburg Research, fundada por Nathan Anderson, sería más apropiado llamarla Blitzkrieg [la estrategia alemana de ataque relámpago en la Segunda Guerra Mundial] Research, dadas sus tácticas de destrucción gratuita de propiedades y de daño a civiles inocentes. El modus operandi del señor Anderson consiste en lanzar campañas de desinformación para distorsionar la imagen de las empresas, dañar su reputación y hacer que se desangren los ahorros de inversores particulares duramente ganados. Pero, a diferencia de muchas de sus víctimas, no nos quedaremos de brazos cruzados. Tenemos la intención de tomar todas las medidas apropiadas para proteger a nuestros partícipes y contraatacar”, ha dicho en una nota firmada en Sunny Isles Beach (Florida).

En su comunicado, Icahn hace una loa al activismo y repasa parte de la larga lista de empresas en las que desembarcó para agitar la gestión: Texaco, Reynolds, Netflix, Forest Labs, Apple, CVR Energy, Herbalife, eBay, Tropicana, Cheniere y Occidental. En cambio, critica a los inversores bajistas, aunque el mismo ha tratado en ocasiones de actuar como tal sin demasiado éxito.

El magnate intenta desmontar las acusaciones de Hindenburg y repasa las valoraciones de algunas de sus participadas, pero al final acaba admitiendo que la compañía cotiza con una prima considerable con respecto al valor neto de sus activos. Aporta para ello su peculiar justificación: “Brinda a todos los inversores la oportunidad de invertir junto con una leyenda de Wall Street”.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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