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Las vaquerías andaluzas y Puleva se enfrentan por el precio de la leche

Los ganaderos prefieren tirar 100.000 litros al día antes que venderlo a lo que ofrece la empresa, que ha decidido cortar la negociación tras firmar con otras cooperativas

Ganadería
Un ganadero andaluz tira la leche de su vaqueriza por los elevados precios.EUROPA PRESS (Europa Press)
Javier Arroyo

Los ganaderos de vacuno para leche de Andalucía se enfrentan a Lactalis, propietaria de Puleva y gran productora de leche con cuartel general en Lugo y fábricas en Granada, en Lleida y Lugo. El enfrentamiento por ahora solo afecta a la comunidad andaluza y tiene su origen en el precio al que quiere comprar la empresa —51 céntimos por litro en números redondos—, y al que quieren vender los productores —alrededor de 60 céntimos el litro—, según datos del sindicato agrario COAG, que desde Lactalis prefieren no aclarar. Los ganaderos han decidido no vender a ese poco más de medio euro y prefieren tirar la leche: 100.000 litros al día acaban según COAG en las cañerías, de modo que el viernes la cifra de litros tirados alcanza ya el medio millón de litros. Ante esta situación, la empresa —que defendía que la cantidad tirada es menor— ha decidido cortar este viernes las negociaciones con la cooperativa que lidera las protestas.

Puleva ha emitido un comunicado este viernes en el que informa de que da por concluidas las negociaciones tras conseguir la firma del contrato de dos nuevas cooperativas dejando fuera a “la única cooperativa que quedaba por firmar” por “la profunda campaña de desprestigio hacia la compañía y hacia sus marcas”. La empresa no ha querido explicitar de qué cooperativa se trata, pero se refiere a Alba Ganaderos, que agrupa a 97 ganaderías y 14.000 vacas. Según José Luis de la Rosa, miembro de COAG y socio de Alba, que confirma esta ruptura, sus ganaderías suministran 90 millones de litros al año lo que supone alrededor de un tercio de la leche que trata la fábrica de Puleva en Granada anualmente.

Los precios de la leche se fijan en unos contratos que, antes, se estipulaban anualmente y hoy, dada la volatilidad de los precios de electricidad, piensos, etc., se fija cada tres o cuatro meses. Así lo explica José Luis de la Rosa, responsable de vacuno de leche de COAG en Andalucía. De la Rosa, propietario de una ganadería con 650 reses, hace recuento de cómo ha llegado la situación a este extremo. El último contrato, aclara, expiró el 31 de marzo. El precio que Puleva Lactalis pagaba a los ganaderos era de 59,4 céntimos por litro “que con algunos complementos se puede redondear en 60″. Lo habitual, comenta, es que dos meses antes, la empresa envíe una propuesta de precios a la Organización de Productores Lácteos (OPL) del Sur, que representa a los productores lácteos andaluces ya sean cooperativas o productores independientes.

“Y así ocurrió”, cuenta Juan Rafael Leal Rubio, presidente de la OPL del Sur. La propuesta era, dice, “de una bajada de cuatro céntimos respecto del precio anterior”, sobre los 55 céntimos por litro. “Luego, en sucesivas conversaciones, bajaron un céntimo y luego otro. Y la propuesta final fue la de 51 céntimos por litro, nueve céntimos menos”. La primera cifra, la de 55 céntimos, no era perfecta para los ganaderos pero, era un buen punto de partida: “A partir de ahí, podíamos negociar algo de subida y sería un precio razonable para todos”, defiende Leal. Pero la negociación se cerró por sorpresa cuando llegó a final del contrato: la propuesta de Puleva Lactalis era de 51 céntimos el litro, “sin negociación alguna” dice Leal Rubio.

Ignacio Elola, consejero delegado de Grupo Lactalis Iberia, explica a este diario: “Sin entrar en detalle de la cifra que proponemos, es cierto que es un ajuste respecto al precio anterior. Y lo es porque las circunstancias que provocaron la inflación en 2022 ya no están. Los piensos, la energía y la menor producción de entonces han mejorado y de ahí surge el ajuste que proponemos”. Y añade: “A los ganaderos andaluces les pagaremos, incluso así, más que en toda Europa. En Alemania, en verano, la leche se paga al ganadero a entre 38 y 40 céntimos por litro”. El presidente de la OPL del Sur, que también es cooperativista de COVAP, la Cooperativa del Valle de Los Pedroches, en Córdoba, compara la propuesta de Puleva a sus ganaderos con la de COVAP a sus cooperativistas: “Tres céntimos menos que el precio anterior frente a los nueve”.

El fin del contrato en marzo sin renovación firmada no supuso el fin de la recogida de leche. A la fábrica de Puleva ha seguido llegando leche de sus proveedores todo el mes de abril, a razón de unos 600.000 litros al día, según COAG. Los ganaderos han vendido, pero, dicen, no saben realmente a qué precio cobrarán esos 18 millones de litros. En cualquier caso, antes del uno de mayo, la empresa se plantó. Sin contrato firmado, no estaba dispuesta a recoger más leche. Y desde el lunes, ningún camión de los contratados por la firma para ello ha vuelto a hacer su ruta de recogida. Es entonces cuando los productores pusieron en marcha el plan “Yo tiro mi leche”. Ignacio Elola circunscribe el problema a algunas cooperativas: “Los productores independientes sí nos proveen de leche”. Elola estima en 200.000 los litros diarios que están recibiendo esta semana en Granada, un tercio de lo habitual. El resto se tira, se produce queso o se vende a otras fábricas, según con quién se hable.

Desde COAG explican que tiran la leche porque no pueden venderla directamente. “Puede parecer insolidario pero como productores, o vendemos o tiramos. No podemos comercializarla porque no tenemos ni los permisos ni la infraestructura para ello”. Sí han intentado venderla a otras empresas: “COVAP e incluso García Vaquero, nos han ofrecido comprarla a precios más altos de los que nos ofrece Puleva, pero cuando hemos acudido a las empresas de los camiones cisternas nos explican que le es imposible recoger la leche porque sufren presiones para no hacerlo”.

El responsable de vacuno de leche de COAG, José Luis de la Rosa, cifra en entre 57 y 58 céntimos el coste de producción de la leche en este momento. “Nos enfrentamos no solo a la carestía de todo lo que necesitamos para mantener a las vacas, también al desabastecimiento”. Y añade: “He pedido un millón de kilos de paja, pero solo me aseguran algo menos de la mitad. Y ahí estoy buscando dónde encuentro lo que me falta”. El responsable de Lactalis Iberia está convencido de que llegarán a un acuerdo. “La fábrica de Granada tiene 600 trabajadores, el 25% de nuestra plantilla. No hemos cerrado la puerta a la negociación y buscamos vías creativas para encontrar una solución”, afirma.

Sin agua no hay leche

Cada una de las 650 vacas de José Luis de la Rosa beben en verano entre 120 y 150 litros de agua en su finca de Utrera (Sevilla). A eso hay que sumar el líquido que se requiere para limpiar, para enfriar, etc. “De media, alcanzamos un consumo de agua por vaca de alrededor de 200 litros por día”, explica de la Rosa. En otra comparación, cada litro de leche requiere cuatro litros de agua. Un problema serio con la actual sequía. En verano, añade, “vamos a ver mucha vaca de leche sacrificada por carne porque no habrá para darle de beber o habrá que pagarla a precio de oro”.

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