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Europa reduce el desequilibrio de sus cuentas públicas pese a la invasión de Ucrania y la crisis energética

El déficit y la deuda española se mantiene por encima de la media de la UE

Manuel V. Gómez
El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, y el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, y el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.OLIVIER HOSLET (EFE)

La invasión de Ucrania, la crisis energética y la carrera al alza de los precios han enfriado la economía europea. Como sucedió con la pandemia, los Gobiernos han tenido que volver a tirar del gasto público para evitar males mayores. Sin embargo, el impacto ha sido mucho menor que el provocado por la covid-19. Las cuentas públicas, de hecho, han mejorado en 2022. La deuda pública total de la zona euro ha bajado cuatro puntos, hasta el 91,5% del producto interior bruto (PIB), y el déficit de las administraciones públicas se ha reducido desde el 5,3% del PIB hasta el 3,6%, según los datos divulgados por la oficina estadística europea, Eurostat, este viernes.

La reducción de la tasa de endeudamiento en relación con el PIB se debe, en gran medida, al crecimiento económico que se produjo en 2022. En la primera mitad del año Europa todavía estaba saliendo con fuerza de la crisis que provocó la pandemia y el impacto de la guerra. El aumento de la actividad durante todo el ejercicio fue del 3,5%. Suficiente para que, aunque el volumen nominal de la deuda creciera (de 11,8 billones a 12,2), la referencia que se emplea para medir la salud de las cuentas pública (volumen de deuda respecto de PIB) mejorara. Eso ha facilitado que pese a las ingentes ayudas y rebajas de impuestos aprobadas contra esta crisis aprobadas por los Gobiernos (casi 760.000 millones hasta marzo conforme a las cálculos del Instituto Bruegel) el saldo pueda considerarse positivo por ahora.

La inflación, aunque pueda parecer contradictorio, también ha contribuido a mantener las cuentas bajo control, ya que permite a los Gobiernos incrementar la recaudación sin tener que subir nominalmente los impuestos. Esto se ha visto con bastante claridad en España, que el año pasado redujo su déficit al 4,8% y la deuda al 113,2%, ambos sustancialmente por encima de la media europea.

Visto con detalle la situación de cada país, la foto que arrojan los datos publicados este viernes por la oficina europea de estadísticas se parece a la de ejercicios anteriores. Grecia, Italia, Portugal, España, Francia y Bélgica siguen con grandes montañas de deuda, pese a que la hayan reducido entre 2021 y 2022. Grecia, concretamente, ha pasado de un 209% de su PIB en 2020 a un 171,3%, un dato más bajo incluso que el que registraba antes de la pandemia. La fuerte recuperación del turismo le ha permitido a Atenas este comportamiento.

Italia, en cambio, sigue mostrando síntomas preocupantes que llevan a que los mercados observen con lupa lo que sucede con sus cuentas públicas. En Roma la deuda ha bajado del 150% al 144,4%, pero el déficit se mantiene en una cota muy alta: el 8%. No obstante, esta elevado déficit está vinculado en parte por la forma en que se contabiliza una de las medidas que el Ejecutivo del primer ministro Giuseppe Conti, que cayó en febrero de 2021, aprobó para salir de la crisis: unos créditos fiscales para reformas en viviendas que deben computarse en 2021 y 2022 y cuyo impacto en las cuentas públicas se diluirá, probablemente, en los próximos ejercicios.

Frente a estos países, están los que suelen tener mejores números: Alemania, Luxemburgo, Países Bajos, Finlandia, Austria.

Esa foto coincide, en gran medida, con las posiciones que mantienen los países en torno a la reforma de las reglas fiscales, cuyos textos legales está ultimando la Comisión estos días. Alemania apuesta por reforma procíclica al proponer que los países más endeudados rebajen cada año sus pasivos un 1%, independientemente de cual sea el pacto al que llegan con la Comisión para diseñar sus sendas de consolidación fiscal. España y los países endeudados no están de acuerdo con esto por si ese ajuste en épocas de crisis acaba por agravar la situación y abocándoles a una recesión.

Después de encadenar tres crisis sistémicas en los últimos 15 años (la Gran Recesión y sus réplicas financieras y contra el euro, la pandemia y ahora la guerra), la deuda de los Estados de la UE ha dado un salto enorme. En 2007, los Veintisiete debían una cantidad equivalente a algo más del 62% de su PIB conjunto; esta tasa ahora está 22 puntos más alta (84%). El salto es mayor si se tiene en cuenta solo la zona euro ya que ha pasado del 66% a este 91,5%. Esto se debe, sobre todo, a que en el área de la moneda única se integran los seis países del club comunitario con más deuda (Grecia, Italia, Portugal, España, Francia y Bélgica). En cambio, varios de los que tienen menos no están: Bulgaria, Suecia y Dinamarca.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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