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EiDF admite problemas con la auditoría y contrata a dos consultoras para analizar sus cuentas y el control interno

El presidente, Fernando Romero, reconoce que no podrá comunicar al mercado los estados financieros de 2022 en el plazo previsto, de modo que las acciones seguirán congeladas

EidF
Fernando Romero, presidente de EidF, en una imagen tomada el pasado mes de marzo en las instalaciones de la compañía en Barro (Pontevedra).ÓSCAR CORRAL
María Fernández

EiDF, la empresa de instalaciones fotovoltaicas que lleva desde el viernes con la cotización suspendida, ha enviado un comunicado este miércoles al BME Growth, la bolsa de pequeños valores, en el que admite que no será capaz de presentar la información financiera correspondiente a 2022 dentro del plazo legal previsto, que vence el próximo 30 de abril. La CNMV suspendió la compraventa de los títulos de la firma el pasado viernes porque incumplió otro plazo: el de formular esos mismos estados financieros ante el regulador con la auditoría correspondiente antes del 31 de marzo.

A través de su fundador y presidente, Fernando Romero, la empresa reconoce que la revisión de las cuentas que realiza PwC ha forzado que se llegue a esta situación, y echa la culpa del entuerto a los trámites para dar el salto al mercado continuo, ya que su capitalización, 1.720 millones, hace que sea comparable a empresas del tamaño de NH Hoteles, Almirall, Meliá o Metrovacesa. “La sociedad está llevando a cabo los trabajos internos que permitan a EiDF adaptarse, desde el punto de vista contable, mercantil, de gobernanza y de organización a los requerimientos necesarios para solicitar la incorporación de sus acciones en las Bolsas de Valores españolas”, señala. La necesidad de adecuar los estados financieros “a las normas internacionales de información financiera adoptadas por los Reglamentos de la Unión Europea (NIIF)” les ha llevado a contratar los servicios de una segunda firma, KPMG, como asesora financiera y contable, “incluyendo en dichos servicios una evaluación preliminar del control interno de la sociedad”.

En este punto admiten que en esa adaptación, junto con la auditoría de 2022 encargada a PwC, “se han puesto de manifiesto determinadas cuestiones que podrían tener un impacto relevante en su informe de auditoría, que ha determinado la necesidad de ampliar el alcance de los procedimientos”.

La empresa que preside Fernando Romero no detalla nada más sobre qué problemas se han encontrado en las cuentas, solo añade que para resolverlos “la sociedad está trabajando en la contratación de una tercera entidad para que lleve a cabo ciertos trabajos de análisis sobre la base de procedimientos adicionales de comprobación sobre la información que sirve de base para la elaboración de la información financiera, de tal forma que permitan la correcta formulación de las cuentas anuales correspondientes al ejercicio 2022 por parte del consejo de administración”. Es decir, que al actual auditor le añadirán otras dos asesorías externas, la de KPMG que les asesora en el tránsito al mercado continuo y una firma aún por determinar, para que salga adelante la revisión contable. Lo que no aclara la empresa es la razón por la que las cuentas no pueden ser presentadas en base a la revisión ordinaria que hace PwC, cuyos servicios fueron contratados para los ejercicios de 2022 a 2024.

Aunque ha tardado cinco días en salir al paso del tirón de orejas de la CNMV, EiDF asegura que el mercado recibirá información puntualmente de todo lo que ocurra a partir de ahora: “Del resultado del análisis llevado a cabo por la misma, del proceso de formulación de los estados financieros 2022, y de la publicación de los mismos tras la finalización del proceso de auditoría de PwC”. Crowe, la auditora que hasta 2021 realizó la función de control, nunca presentó salvedades en los estados financieros.

Los títulos de EiDF quedaron suspendidos cautelarmente el viernes en 29,76 euros y, al menos, seguirán así en los próximos diez días. La mayor parte de las acciones están en manos de su fundador y presidente, Fernando Romero (un 72%) a través de la sociedad Prosol Energía. Le siguen el empresario Alejandro Alorda, vicepresidente de muebles Kettal, que tiene 7,6% a través de Mas Investment y Julio Sergio Palmero con un 6,63%.

En la empresa trabajan unas 200 personas en el diseño, tramitación, desarrollo y mantenimiento de instalaciones de autoconsumo energético fotovoltaico para clientes industriales. A su negocio se añade el de la comercialización de energía y el generado en su división de generación.


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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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