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El Consejo de Economistas advierte de que la batalla contra la inflación aún no está ganada

Los expertos prevén un IPC medio en España del 5% en 2023, pero alertan de la subida de la inflación subyacente y del peligro de la vuelta del mercado chino para las materias primas

Inflacion
Una mujer hace su compra en una frutería del mercado Maravillas en Madrid.efe
Pierre Lomba

Tras un verano en el que la inflación ha alcanzado picos de más del 10% en España, los últimos datos —5,7% en diciembre, según el INE— apuntan a una evidente moderación. Sin embargo, el Consejo General de Economistas (CGE) advierte de que la batalla aún no está ganada: la inflación subyacente —aquella que no tiene en cuenta ni los alimentos elaborados ni la energía—sigue aumentando, y se situó en el 7% el mes pasado, con los alimentos que se aprecian un 15%. Además, hay otros peligros al acecho: “Nos espera un año difícil, con China resucitando y de nuevo subiendo el precio de las materias primas, redundando en la inflación de costes”, ha apuntado este lunes el presidente de la Comisión Financiera del CGE, Antonio Pedraza, durante la presentación de sus perspectivas económicas.

El Consejo de Economistas espera al menos dos subidas más de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE), que no ha rebajado ni un ápice su duro tono en las últimas semanas. Y, para el 2023, prevé un aumento del Índice de Precios al Consumo (IPC) medio del 5%. Aunque, de momento, los expertos del Consejo no creen que se estén produciendo efectos de segunda ronda, Pedraza ha insistido durante la presentación en la importancia de la contención salarial, y ha abogado por un pacto de rentas. En 2022, los sueldos fijados por convenio subieron en España menos del 3%, mientras que la inflación media anual fue de más del 8%.

Con todo, si bien la inflación subyacente —en la que se fijan los bancos centrales— sigue al alza, hay motivos de optimismo por el lado de la energía: “La general va impactando la subyacente”, ha recordado el catedrático de economía José García Montalvo. Esto significa que, igual que las subidas de los precios de la energía y de las materias primas impulsaron hacia arriba los precios generales en su momento, la bajada de las últimas semanas debería notarse en la inflación subyacente en las próximas semanas. Otro consuelo, apuntan desde el CGE, es que el aumento es generalizado en la eurozona.

Perspectivas económicas

“Si hubiera que definir el estado de nuestra economía, podría ser el de ‘espera activa’”, ha señalado el presidente del CGE, Valentín Pich, durante la presentación del informe. España no ha recuperado el producto interior bruto (PIB) prendandemia, pero la desaceleración económica que se anunciaba ha sido más estable de lo esperado, y liderará la zona euro en crecimiento. El CGE prevé un crecimiento de la economía española del 1,5% en 2023 —lejos del 2,1% previsto por el Gobierno en los Presupuestos—, y descarta definitivamente que entre en recesión. Para el director del Servicio de Estudios del CGE, Salvador Marín, un crecimiento del 1,5% para un país como España “está alejado de su potencial y debería tener mayor capacidad de crecimiento, con un mayor control de las cuentas públicas y una generación de empleo más estable y de mayor calidad”.

Las razones de este avance se repiten en los informes: un gran sector exterior —España acabó el 2022 en superávit, y más del 40% de sus ingresos se debió a las exportaciones— apoyado por un mercado laboral que, aunque sigue muy lejos de la media europea, se ha comportado “razonablemente bien”. Si bien las cifras mejoran —España tiene tres millones de ocupados más que en 2014—, el paro sigue doblando la media europea. Para el catedrático de economía José García Montalvo, que ha participado en la presentación, el del desempleo es “un problema secular”. Los economistas esperan que la tasa de paro acabe el año en el 12,9%.

Para los economistas, una de las claves del año será la deuda pública. El déficit, avanzan, se reducirá un 4,9% este año —con posibles variaciones debido a los efectos de la campaña electoral—y la deuda pública se situará en el 113% del PIB. Estos indicadores, ha advertido Pedraza, van a tener que cuidarse: “El BCE va a dejar de comprar la deuda y cuando salgamos al mercado a financiarnos se van a mirar nuestras cifras internas”. Para el economista, se trata de un factor preocupante, y ha recordado el ejemplo de la gestión de la fugaz primera ministra británica, Liz Truss: “Los mercados son sensibles y a veces reaccionan violentamente”, ha concluido.

Sobre la firma

Pierre Lomba
Redactor de la sección de Economía. Graduado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y la Sorbona de París. Después de ejercer la abogacía, realizó el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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