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La inflación se modera en diciembre al 5,8%, la más baja del año

El dato adelantado del INE mejora el de 12 meses antes, algo que no sucedía desde febrero de 2021; pero la inflación subyacente sube con fuerza y se sitúa más de un punto por encima de la general

Un carro de la compra en el aparcamiento de un supermercado en Madrid, el pasado martes.
Un carro de la compra en el aparcamiento de un supermercado en Madrid, el pasado martes.Alberto Ortega (Europa Press)
José Luis Aranda

Sacar la cartera se ha convertido en una actividad de alto riesgo en 2022. Desde las facturas de la casa hasta la compra semanal, todo se ha encarecido considerablemente en un ejercicio en el que la inflación tocó máximos de casi cuatro décadas. Eso fue en julio y, desde entonces, se ha ido relajando progresivamente. Al acabar el año se sitúa en el 5,8%, según el dato adelantado de diciembre que ha publicado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata del quinto mes consecutivo de descenso, con un punto menos que el dato de noviembre (6,8%). La inflación de diciembre es la más baja del año, rebajando el 6,1% de progresión que el índice de precios al consumo (IPC) marcó en enero. Y es la primera vez desde febrero de 2021 en que España registra una inflación más baja que la de un año antes: el indicador se situó en el 6,5% el pasado diciembre, cuando todavía no se había iniciado la guerra de Ucrania pero la energía ya experimentaba grandes tensiones de precios como consecuencia de la reactivación económica poscovid.

Si los precios energéticos fueron en su día los detonantes del episodio inflacionista que viven España y la mayoría de economías avanzadas, estos están siendo también protagonistas en la desescalada. El INE destaca, un mes más, que electricidad y carburantes son los componentes que más han contribuido en diciembre a atenuar la progresión del IPC. Es la confirmación de un fenómeno que en parte se esperaba: la luz ha marcado a finales de este mes mínimos que no se veían en año y medio gracias a unas condiciones meteorológicas muy favorables. La ropa, el calzado y el tabaco, por el contrario, tiraron del índice hacia arriba, según el instituto estadístico.

Lo que aprieta cada vez más es la inflación subyacente, que acaba 2022 en el 6,9%. Este dato es importante porque se considera un indicador de la evolución de los precios en el medio plazo, ya que elimina alimentos frescos y productos energéticos por considerarlos muy volátiles. De hecho, mientras la tasa general ha experimentado un notable descenso desde agosto, la subyacente marca un nuevo pico, por encima del 6,4% del pasado agosto. Y se sitúa, además, 1,1 puntos por encima de la tasa general: desde octubre de 2020 no se veía una distancia así.

Se trata de un signo preocupante porque actúa en contra de la tendencia del IPC a frenarse: tras conocer el dato, el Consejo General de Economistas ha comunicado que elevaba su previsión de inflación para 2023 hasta el 5%, un punto más de lo que estimaba hasta ahora. Para CaixaBank Research, que reconoce en un análisis difundido este viernes la “sorpresa” por el bajo dato general, “el repunte de la inflación subyacente parece apuntar a una mayor escalada de la inflación de alimentos elaborados”. Y esto, añaden los expertos del banco, “podría suponer riesgos alcistas”. Es decir, que aplanar la curva de crecimiento del IPC será más duro de que se pensaba.

La otra nota negativa en la mejora que ha experimentado España en la segunda mitad de 2022 son los alimentos. El dato adelantado del INE, tal y como destaca CaixaBank Research, señala que los alimentos elaborados son uno de los componentes que más han tirado hacia arriba de la inflación en diciembre. Aunque hasta mediados de enero, cuando se publiquen los datos definitivos, no se conocerá la evolución del grupo completo de alimentación y bebidas no alcohólicas, este subía el pasado mes al 15,3%, apenas una décima menos que el 15,4% de octubre. Se trata de aumentos desorbitados que golpean directamente la capacidad adquisitiva de los hogares al encarecer la cesta la compra. Para tratar de revertir esta situación, en el último paquete anticrisis aprobado por el Gobierno esta misma semana se han adoptado medidas como la inaplicación temporal de IVA a alimentos básicos. Pero el posible efecto de esa medida todavía no se reflejará en la estadística de precios de diciembre.

Un año marcado por el IPC

Con el dato conocido este viernes, que el instituto estadístico deberá confirmar a mediados de enero, acaba un año marcado por la subida de precios. “La inflación empezó el año anterior”, recuerda María Jesús Fernández, economista sénior de Funcas, “pero es cierto que a raíz de la guerra de Ucrania se ha agravado por los efectos sobre el mercado del gas y sobre ciertos mercados muy vinculados a la agricultura”. La cima se alcanzó en el séptimo mes del año, cuando el IPC progresó un 10,8% interanual, y desde entonces España ha vivido una relajación progresiva de la inflación hasta situarse en noviembre como la economía de la Unión Europea con el indicador más bajo. No obstante, la media provisional del año, con el dato conocido este viernes, se quedaría en el 8,4%.

La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, se ha mostrado satisfecha con el dato conocido este viernes. “La lectura tiene que ser muy positiva”, ha dicho en una entrevista en la SER, recordando que la inflación “ha bajado cinco puntos en cinco meses”. La también vicepresidenta primera ha restado importancia al aumento de la subyacente, asegurando que “es lógico” que los componentes que la forman “estén tardando más [en bajar], en el sentido de que también tardaron más en subir”. En la oposición, sin embargo, se ha puesto el foco en ese aspecto. “Es verdad que ha crecido menos la inflación”, ha señalado Juan Bravo, vicesecretario de Economía del PP, “pero la que realmente es importante, que es la subyacente, se ha incrementado de manera muy importante”. “Tenemos un problema con la inflación y con la inflación subyacente”, ha añadido en unas declaraciones desde Jaén que el partido ha difundido en redes sociales.

Tras el aumento del coste de vida se encuentran multitud de efectos que han golpeado la economía, como el viraje radical en la política monetaria del Banco Central Europeo (cuya misión es velar por mantener la inflación en el 2%) y el consecuente encarecimiento de las hipotecas variables. El último dato de inflación subyacente, de seguir la misma tendencia en Europa, augura pocas posibilidades en el corto plazo de que el regulador del euro frene las subidas de los tipos de interés oficiales: a mediados de este mes, cuando anunció la última, ya dijo que preveía nuevas alzas en 2023.

Pero Fernández destaca que, sin embargo, el crecimiento económico no parece haberse resentido de momento (se espera que el PIB crezca en España este año por encima del 5% y de lo que todos los análisis pronosticaban hace medio año) porque los altos precios “todavía no han limitado la actividad industrial y tampoco el consumo”. En ambos apartados, particularmente en el del consumo, que ha contado con el apoyo inestimable de la recuperación de turismo este 2022, es posible para la experta que “el año que viene notemos más ambos efectos”.

Lo que parece seguro es que, aunque declinante, la inflación se mantendrá alta en el año que entra. Las incertidumbres sobre los mercados energéticos, aunque en un momento dulce para Europa gracias a un invierno más favorable de lo esperado, no han desaparecido del todo. “La tasa de inflación bajará, pero no podemos esperar que bajen los precios o que vuelvan a los niveles anteriores a esta escalada”, recuerda Fernández. En diciembre, pese a la moderación del indicador general, que se beneficia del efecto base (como la comparación es interanual, en la foto de este diciembre favorece que el año pasado los precios ya fueran elevados), los precios subieron realmente un 0,3% con respecto a noviembre. Y en todo caso, el aumento del coste de la vida que han experimentado las economías occidentales en los últimos tiempos dejará un efecto duradero que marcará a muchas familias. “La pérdida de capacidad adquisitiva se mantendrá”, concluye la experta.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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