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IN MEMORIAM / EMILIO ONTIVEROS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

“Llama a Ontiveros”

El economista fue testigo de estos tiempos y una referencia indispensable para entender los cambios acontecidos tanto en España como en el resto del mundo

La periodista Montserrat Domínguez rinde homenaje a Emilio Ontiveros.
La periodista Montserrat Domínguez rinde homenaje a Emilio Ontiveros.
Miguel Ángel Noceda

La celebración del homenaje a Emilio Ontiveros, fallecido el pasado 1 de agosto, reunió el lunes en Madrid a tantos y tantos de sus muchos amigos, gente de la economía, la cultura, la política, el periodismo... El repaso fotográfico reflejó la incesante actividad de Emilio en sus diversas facetas de académico, empresario, divulgador y amigo, y recordar lo mucho que hizo en todas.

Su muerte llegó sin habernos recuperado todavía de la Patxo Unzueta. Los recuerdo a los dos en las reuniones de los martes del consejo editorial de EL PAÍS. Dos sabios en sus parcelas que se juntaban con otras cabezas privilegiadas (algunos también desaparecidos como Javier Pradera, Eduardo Haro, Manuel Azcárate, Jesús Leguina, el cura Martín Patino, Jesús Mota...), gente que con solo mirarles aprendías. Yo estaba allí como redactor jefe de Economía y me tocaba, por tanto, exponer los temas que en la sección nos parecían susceptibles de editorializar. Una vez puestos en suerte por mi parte, todas las miradas se dirigían a Emilio, que desarrollaba sus análisis (y diría que disfrutaba) exponiéndolos con esa maestría pedagógica que le caracterizó.

Durante los 12 años largos que fui responsable de la sección se convirtió en mi economista de cabecera, y el de todos los compañeros. Cualquier duda, cualquier consulta, cualquier valoración acababa inevitablemente en un “llama a Ontiveros”, siempre dispuesto a colaborar ya fuera con tiempo suficiente ya con la exigencia de urgencia, tan frecuente en las redacciones, y que él respondía con premura periodística. Y, si no podía o creía que algún colega lo haría mejor, recomendaba con acierto la persona apropiada.

Su labor divulgadora se extendió también en intervenciones en la Cadena SER y CNN+. Me acuerdo, especialmente, de aquellos mano a mano con Miguel Ángel Fernández Ordóñez (con Juan José Toribio en una segunda fase, cuando aquel pasó a responsabilidades gubernamentales), moderados por María Jesús Luengo en la cadena televisiva del grupo Prisa, en los que semanalmente repasaban la actualidad económica nacional e internacional en uno de los pocos programas sobre economía que han tenido cierta continuidad en televisión. Duró 10 años.

También era requerido, esporádicamente, en otros medios, dada su disposición y buenas relaciones con la prensa económica, con la que fue un magnánimo colaborador, sobre todo en los cursos de formación económica que la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) organizaba con el Colegio de Economistas de Madrid, del que era un activo directivo (dirigió la revista Economistas) hasta que se produjo un relevo en la cúpula del colegio con una deriva a la derecha claramente comprobable.

En varias ocasiones su nombre sonó para ocupar alguna cartera ministerial o alguna institución de relumbrón, siempre con gobiernos progresistas. Cuando se le llamaba para confirmarlo, nunca te enterabas si lo había rechazado o simplemente no se lo habían propuesto. Pura prudencia. Echaba balones fuera con habilidad y una risa bonachona y sonora con la que zanjaba el asunto.

Hace cinco años escribí un reportaje sobre los 30 años de Analistas Financieros Internacionales (AFI), firma que fundó con Ángel Berges y Francisco José Valero con el apoyo de las cajas de ahorros y que ahora da empleo a más de 220 profesionales. Es su gran legado, junto con los libros que ha escrito (en solitario o con otros autores).

Aquel reportaje se tituló “Testigo de la transición global”. Eso fue Emilio, testigo de estos tiempos y una referencia indispensable para entender los cambios acontecidos tanto en España como en el resto del mundo. De raíces y convicciones manchegas, era un enamorado de la mar cantábrica, a la que acudía con frecuencia, sobre todo en verano. Seguramente, Emilio, esa escarpada costa cántabra entre las rías de Tina Menor y Tina Mayor, que tanto te gustaba, estará cobijando desde entonces tu perfil roqueño.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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