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La rehabilitación de viviendas choca con la barrera de la burocracia

Un informe revela que casi la mitad del sector prevé contratar más trabajadores en los próximos años para aprovechar el tirón de los fondos europeos, pero lamenta la lentitud y complejidad de las ayudas públicas

José Luis Aranda
Edificio en rehabilitación en el centro de Madrid, en noviembre de 2020.
Edificio en rehabilitación en el centro de Madrid, en noviembre de 2020.Jaime Villanueva

Partidas millonarias, un considerable consenso político y voluntad por parte de los agentes privados. Todo parece listo para que España reciba la gran ola de rehabilitación de viviendas que pretende Europa y, sin embargo, esta no acaba de coger altura. La complejidad de los procesos administrativos y la falta de entendimiento entre los sectores público y privado suponen grandes frenos, según un informe oficial presentado este martes. El estudio también da cuenta de la gran oportunidad que representa la rehabilitación: casi la mitad de las 88 organizaciones públicas y privadas consultadas han señalado que esperan contratar a más personal para atender esta carga de trabajo en los próximos ocho años.

Con el revelador título Claves de sostenibilidad para acelerar el proceso de rehabilitación de viviendas en España, el informe lo firma el Observatorio 2030, que comanda el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) y en el que colaboran varios ministerios, otros organismos nacionales e internacionales y asociaciones y empresas privadas. Además del sello del CSCAE, también lleva el del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Y para recabar y analizar los datos, se ha contado con la consultora Llorente y Cuenca. “Más de 10 millones de viviendas requieren intervención”, ha resumido la presidenta del CSCAE, Marta Vall-llossera. “Estoy segura de que este documento ayudará a encontrar posibles soluciones”.

El punto de partida de España permite ver el vaso medio lleno o medio vacío. Hay mucho que hacer porque se ha hecho muy poco. El estudio caracteriza el parque de viviendas español como “el más envejecido de Europa”. El 80% de las casas tienen más de 20 años y todavía son más, un 82%, las que se concentran en las tres peores letras de calificación energética (E, F o G; en una escala que parte de la A). Esto es importante porque los fondos europeos, de los que el Gobierno previó partidas por 6.820 millones para la renovación de edificios, tienen como objetivo la transición verde y la mayor parte de ayudas se condicionan a mejorar el aislamiento y el confort climático de los inmuebles.

El retraso que lleva España en la materia se explica mejor con otra cifra: cada año se renueva un 0,08% del parque habitacional, lo que supone 20 veces menos que en Francia (2,01%) y 15 menos que en Alemania (1,49%). El esfuerzo es mayor de lo que se calculaba hasta ahora. Si tradicionalmente se ha considerado que España debía multiplicar por cinco el volumen de rehabilitación (y por 10 a partir de 2030) para cumplir con los objetivos de descarbonización de la Unión Europea en 2050, el estudio eleva ahora ese esfuerzo a multiplicar el ritmo por más de 40.

No será fácil, a tenor de las barreras que detecta el sector (la encuesta se hizo a 88 organizaciones: un 65% de ellas privadas). Al identificar dónde se encuentran las principales dificultades, más de la mitad señalaron al sector público. Un 32% de los encuestados las ubicaron en las Administraciones locales y autonómicas; y casi un 20% en la Administración central. En el lado del sector privado, dentro de toda la cadena de valor que comporta rehabilitar un inmueble, un 15% apuntaron a las entidades de financiación. Al preguntar dónde se considera que hay más oportunidades de actuar para acelerar el proceso, de nuevo las Administraciones locales y autonómicas aparecieron en primer lugar (16,2%), seguidas muy de cerca por las entidades de financiación (15,9%).

El dinero, en general, figura como una de las principales preocupaciones de los distintos actores del sector rehabilitador. Hay casi unanimidad en destacar la necesidad de las ayudas públicas (95% de respuestas afirmativas) para activar el proceso. Pero también hay una amplia mayoría que apunta a la complejidad y lentitud de los procedimientos para solicitar esas ayudas como el mayor obstáculo (un 91% consideraron que se trata de una barrera importante o muy importante). La segunda traba más citada es la falta de información y la tercera, la mala coordinación entre organismos públicos.

Estas preocupaciones tienen un reflejo en la manera en que el sector se está preparando para afrontar el reto de las rehabilitaciones energéticas. Más de la mitad de los encuestados (un 57,2%) creen que faltan conocimientos y herramientas para acometer el proceso. Y la formación administrativa para gestionar los fondos aparece como la principal necesidad formativa, por delante de la formación técnica o la de mano de obra de construcción. Pese a todas las dificultades, el sector cree que crecerá inexorablemente: un 47% de las organizaciones consultadas señalaron que esperan aumentar el personal para atender la mayor demanda de rehabilitación. El incremento medio de mano de obra es discreto en el corto plazo (un 13% más de trabajadores en los próximos tres años), pero a medio y largo plazo (entre cuatro y ocho años) se estima que hará falta hasta un 36% más de personal en el sector.

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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