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El precio mayorista de la luz baja menos de lo previsto por el Gobierno en el primer día de aplicación de la ‘excepción ibérica’

Los consumidores pagarán más que este martes en su recibo por la compensación a las centrales térmicas y el mayor uso del gas y el carbón en plena ola de calor. El precio total con esta contrapartida sube hasta los 224 euros, frente a los 214 euros de hoy

Tendido eléctrico en Castrelo de Miño (Ourense), este martes.
Tendido eléctrico en Castrelo de Miño (Ourense), este martes.Brais Lorenzo (EFE)
Ignacio Fariza

La primera subasta eléctrica tras la entrada en vigor del límite sobre el precio del gas se ha saldado este martes con una rebaja diaria de casi un 23% en el mercado eléctrico mayorista respecto al día anterior, por debajo de lo previsto por el Gobierno. El precio medio por megavatio hora (MWh) se ha reducido en 49 euros al pasar de los 214 euros de media de este martes a los 165 euros del miércoles, según la subasta del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE). Pero el efecto real en el bolsillo de los consumidores no está tan claro, porque una cosa es el precio de la electricidad y otra lo que pagan los ciudadanos en el recibo de la luz.

Hay varias salvedades importantes a la rebaja del precio de la electricidad. La primera es que los 165 euros por megavatio hora (MWh) es la cifra bruta, a la que hay que sumar la compensación a las centrales de cogeneración y a los ciclos combinados, que este miércoles rondará los 59 euros por MWh, por encima de lo que se había esperado. Esta compensación la abonan los consumidores que se vean beneficiados por la medida: quienes están en el mercado regulador (PVPC) o quienes, pese a estar en el mercado libre, tienen una tarifa referenciada al mercado mayorista. Eso hará que todos estos consumidores paguen este miércoles —una jornada de alta demanda eléctrica— un precio ligeramente superior al de este martes aunque inferior al que habrían abonado sin tope al gas.

Con esa cifra incorporada, el precio por MWh se iría hasta los 224 euros, un precio solo ligeramente inferior (un 6%) al resultante en caso de que el tope al gas no se hubiese aplicado: 237 euros por MWh, según fuentes del mercado. Es decir, que sin el tope al gas, los consumidores españoles tendrían que pagar mañana 10 euros más por la luz que sin la excepción ibérica. El Ministerio para la Transición Ecológica eleva el hasta los 240 euros el precio de la electricidad en el mercado mayorista si no se hubiera limitado el coste del gas. En buena medida, ese precio tan alto responde a que para este miércoles está programada la mayor producción de ciclos combinados en un año (cuatro de cada diez MWh consumidos procederán del gas) y uno de los más altos desde que hay registros, en gran medida por la ola de calor. Por el contrario, la eólica y la solar, mucho más baratas, reducen su aportación.

Este miércoles, además, será una jornada de precios altos en toda Europa, con subidas sustanciales en los principales mercados continentales y cotización del gas al alza después de que Gazprom anunciase una reducción sustancial en sus envíos a través del gasoducto Nordstream y de que aumentase el riesgo de caída en el suministro desde EE UU por el accidente de la semana pasada en una planta clave en Texas.

La segunda salvedad de carácter temporal: para analizar la efectividad de la medida, hará falta un periodo mucho más largo que una sola jornada; habrá que esperar semanas, o incluso meses, para ver el impacto final del mecanismo sobre los recibos. También para ver su efectividad en condiciones normales de mercado, sin que los ciclos combinados estén funcionando a pleno rendimiento por el tirón de los aires acondicionados. Y la tercera tiene que ver con el punto de partida: aunque el tope al gas pueda acabar suponiendo un alivio, hasta hace solo un año precios por encima de 100 euros por MWh eran algo impensable. Un ejemplo gráfico: durante el temporal de frío y nieve Filomena, en enero de 2021, cuando el consumo de electricidad se disparó, se alcanzaron los 80 euros. Hoy, guerra en Ucrania y escalada en el precio de los combustibles mediante, estamos en el doble.

La cifra ha sido un jarro de agua fría para muchos especialistas que siguen el día a día del mercado. “Ha salido un precio más alto de lo que muchos esperábamos”, reconoce Francisco Valverde, consultor de Menta Energía. “Pero es cierto que, al haber tantas centrales de gas funcionando, la compensación también es mucho más alta. Queda un año para evaluar la efectividad de la medida: ahora es la peor época del año para la generación renovable, que es la tira para abajo de los precios. Cuanta más renovables haya, más se va a notar el tope”, opina.

El Gobierno se ha comprometido a que los precios bajarán más de un 30% en el mercado mayorista (hasta el entorno de los 130 euros por MWh; algo más de 160 si se incorpora la compensación). Y de entre un 15% y un 20% en el recibo de los hogares que cuentan con una tarifa regulada (también conocida como PVPC), una vez incluidos los cargos y peajes de carácter fijo. El impacto final del mecanismo sobre los precios dependerá de la cotización del gas (de ella fluctuará el coste de compensación), del volumen de gas que sea necesario para la generación eléctrica y del peso de las renovables (las más económicas) en cada jornada.

“El mercado mayorista ha caído menos de lo que se preveía: aun con el precio del gas subvencionado, hay horas de 180-190 euros por MWh, lo que no parece demasiado razonable desde el punto de vista de costes de producción”, opina Ignacio Gistau, autor de Arde la luz: Guía para entender el precio de la electricidad (Editorial Flash, 2022). “En definitiva: mayor ingreso para los generadores con gas natural, que ingresarán la subvención y no la han repercutido al 100% en sus ofertas”, critica.

“Todavía me cuesta ver toda la foto: un día es muy poco”, apunta una fuente autorizada del sector bajo condición de anonimato. “No hay ninguna explicación razonable para que veamos estos precios con un tope al gas de 40 euros. No tiene sentido: el precio razonable en un mercado que fuera realmente competitivo debería ser de 120 o 130, no 165. Si estos precios se mantienen, sería una demostración de poder de mercado de las eléctricas. Pero hay que esperar”.

De 80 a 40

El tope al gas —que rebaja el precio de este combustible para uso eléctrico a los 40 euros por MWh citados, frente a los 80 euros por MWh a los que cotiza hoy— es una medida de urgencia que llega, sin embargo, un mes y medio más tarde de lo inicialmente previsto por el Gobierno, tras una serie de retrasos acumulados por las autoridades españolas y portuguesas (los dos países en liza) y, en última instancia, la Comisión Europea. Pese a estar incorporada al Boletín Oficial del Estado (BOE) desde mediados de mayo, el visto bueno de Bruselas no llegó hasta el miércoles pasado.

La diferencia entre el precio de cotización del gas y el que se incorpora para la fijación de los precios de la luz la abonarán los propios consumidores que, sin embargo, deberían verse beneficiados en términos netos en los próximos meses. Aunque en mucha menor medida que los españoles y portugueses, también sacarán tajada los hogares y empresas franceses, que verán reducido el precio de su electricidad importada desde la Península, que ahora llevará incorporada una subvención implícita por parte de sus pares ibéricos.

El mecanismo tiene una doble fecha de caducidad: 12 meses —un periodo que tanto las autoridades comunitarias como el Ejecutivo español ven suficiente para cubrir la volatilidad esperable en los meses de verano (cuando se dispara la demanda por el aire acondicionado y el turismo) y, sobre todo, durante el invierno (por las calefacciones)— o hasta que el Gobierno español alumbre un nuevo método de cálculo de la tarifa regulada. Ese cambio, impuesto como condición por el Ejecutivo comunitario para conceder su visto bueno a la medida, obliga a ligar a los futuros —por definición menos volátiles― y no al precio al contado los precios que pagan los 10 millones de hogares que están acogidos al PVPC. El nuevo esquema debería estar listo el 1 de octubre, para entrar oficialmente en vigor a “principios de 2023″.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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