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Valdis Dombrovskis: “Recomendamos no aplicar estímulos fiscales amplios en 2023”

El vicepresidente de la Comisión Europea pide presupuestos prudentes el año que viene en los Estados miembros

Manuel V. Gómez
Vicepresidente Comision Europea
Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea, este lunes en Bruselas.STEPHANIE LECOCQ (EFE)

La política fiscal que Europa necesita, a ojos de la Comisión Europea, tiene algo de soplar y sorber. Hace falta inversión, mucha, para financiar la transición energética, la revolución digital y reaccionar al frente bélico abierto por Rusia en Ucrania, pero la elevada deuda —sobre todo en países como España, Italia o Grecia— y la alta inflación aconsejan ser prudentes con el gasto público. El vicepresidente del ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis (Riga, Letonia, 50 años), ensaya este discurso con un grupo de medios europeos, entre ellos EL PAÍS, una hora antes de presentar las recomendaciones de política fiscal para los Estados miembro en 2023, este lunes en Bruselas. “Hemos decidido mantener la cláusula de escape [suspensión de reglas fiscales] para el año que viene y desactivarla en 2024. Y al mismo tiempo mandar el claro mensaje de que se necesitan aplicar políticas fiscales prudentes”.

Dombrovskis, responsable de coordinar a los otros comisarios del área económica de la Comisión y también encargado de Comercio, pone énfasis a lo largo de la entrevista en este lado del discurso, el de la contención presupuestaria. Lo explica varias veces durante el encuentro y para eso recurre un par de veces a las expresiones “mensaje claro” y “política fiscal prudente”. A pesar de que la recuperación se está frenando, justifica esta postura por la evolución de déficit y la inflación, lo que ha empujado al alza los tipos de interés, y, por tanto, encarecido el crédito. “Todas estas señales apuntan en dirección a la necesidad de la prudencia fiscal”. Y añade que no todos los países están en la misma posición: “Estamos diferenciando entre los países con deuda baja, media y alta, en cierto sentido, también enviando un mensaje claro”. Esto, en el caso de países como España o Portugal, se traduce en “limitar el crecimiento del gasto corriente [en los presupuestos] por debajo del crecimiento económico potencial a medio plazo” de la economía.

La claridad de la que habla este político conservador báltico está, más bien, en matices. El que fuera primer ministro letón a comienzos de la pasada década subraya que la cláusula de escape se mantiene activa y que por ahora no se abrirán procedimientos de déficit excesivos a los países que tienen más desequilibrios en sus cuentas públicas. Por ahora. No está de más repetirlo. “Volveremos a evaluar esta situación en otoño y en primavera del año que viene”, advierte.

Y siguiendo ese argumento se llega a este punto: “No parece estar justificando un estímulo fiscal amplio, no estamos recomendando un estímulo fiscal general en 2023″, argumenta cuando se le pregunta si no hay contradicción entre mantener suspendidas las reglas fiscales y las políticas que está empezando a aplicar el Banco Central Europeo para frenar la escalada de los precios. Cuando habla de “estímulo general amplio”, Dombrovskis busca subrayar que hay que dejar hueco para urgencias en las que sí puede ser necesario tirar del presupuesto público: por ejemplo, la ayuda a los refugiados y desplazados por la invasión de Ucrania por Rusia.

Preocupación por la energía

Al preguntar por la reforma de pensiones española, remite sin valoraciones adicionales, con su habitual gesto impasible, a los exámenes que se harán en las próximas peticiones de tramos del fondo de recuperación, no en la que hay ahora en marcha: “Es algo que vamos a evaluar en el contexto de la recuperación española y su plan de resiliencia. También [evaluaremos] los objetivos principales de la reforma de las pensiones que se describen allí, lo que significa garantizar la sostenibilidad del sistema a corto, medio y largo plazo, mantener el poder adquisitivo de las pensiones o garantizar la equidad intergeneracional”.

Entre las preocupaciones de la Comisión Europea ha subido muchos peldaños la autonomía energética y la desconexión de los combustibles fósiles de Rusia desde que este país comenzó la invasión de Ucrania. Aparece en las palabras de Dombrovskis cuando habla de Francia, país al que recomienda “acelerar el despliegue de renovables, mejorar su eficiencia energética y expandir su capacidad de interconexión energética”. ¿Se refiere a las conexiones a través de los Pirineos con España? “Ese es claramente un elemento. Bueno, si lees las recomendaciones específicas para cada país, la recomendación no lo hace. Si bien eso es para todos los países, porque no se refiere a proyectos específicos. Pero claramente, si usted va a decir que pensábamos en esta capacidad de interconexión para España y Portugal. Sabemos que exactamente las interconexiones entre Francia y España, y desde el punto de vista de toda la península Ibérica, son muy limitadas y claramente necesitan mejorar”.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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