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El bitcoin pierde la mitad de su valor desde máximos y alienta las dudas sobre su futuro

Las criptomonedas se han dejado más de un billón de euros en el último medio año

Bitcoin
El logo de la empresa Crypto.com, presente durante la conferencia sobre el bitcoin que cada año se celebra en Miami, el pasado abril.MARCO BELLO (REUTERS)
Álvaro Sánchez

Seis meses han bastado para que la ola de entusiasmo sobre el bitcoin se torne en honda preocupación para sus inversores. En ese tiempo, la mayor criptomoneda ha pasado de alcanzar niveles nunca vistos, en el entorno de los 68.000 dólares, a desplomarse a la mitad —este lunes se cambia por 33.000 dólares—. El retroceso de la principal divisa electrónica ha arrastrado al resto del mercado de criptomonedas, que en ese medio año negro se ha dejado por el camino más de un billón de euros, el equivalente al valor en Bolsa de Amazon.

En las últimas semanas, ha habido alguna que otra noticia positiva. Goldman Sachs concedió por primera vez un préstamo con bitcoins como garantía. Su receptor fue la plataforma californiana de compra y venta de criptomonedas Coinbase, la única que cotiza en Bolsa. El banco de inversión Jefferies anunció que está ampliando sus servicios a clientes con criptomonedas. Y la todopoderosa BlackRock, la primera gestora de fondos del mundo, participó en una ronda de financiación de una empresa de dicho sector.

Pero esas novedades no han frenado las caídas en el precio de las criptomonedas. Estas se han mostrado particularmente vulnerables a las subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal. Y pese a que sus defensores suelen destacar su posición de activo de reserva frente a la pérdida de poder adquisitivo asociado a la inflación —hasta el punto de ver en el bitcoin una suerte de oro digital—, su comportamiento está lejos de demostrarlo. Su evolución está siendo muy diferente a la del oro real, que en los turbulentos seis últimos meses ha mantenido su precio intacto.

El mercado de criptomonedas, en cambio, ha adelgazado hasta sumar conjuntamente 1,5 billones de dólares, lo mismo que vale hoy Google. La creciente interconexión con la evolución de las acciones —de la que advirtió en enero el Fondo Monetario Internacional—, por la irrupción de inversores profesionales que actúan de manera similar en ambos mercados, es patente. El Nasdaq, el principal índice que agrupa a las compañías tecnológicas, también ha sufrido por la retirada de estímulos de la Reserva Federal, aunque ha resistido algo mejor el giro de la política monetaria, y sus descensos en seis meses se limitan al 24%, casi la mitad que el 50% del bitcoin o de ethereum, la segunda en importancia, que juntas acaparan el 61% del valor de todas las criptomonedas activas, unas 20.000.

Menor apetito por el riesgo

Para Jorge Soriano, CEO de Criptan, el bitcoin, y el mercado cripto en general, están considerados hoy día un activo de riesgo, y como tal están acusando el escaso apetito de los inversores hacia este tipo de productos financieros. “En una situación macroeconómica en la que están sonando todas las alarmas, y con la Reserva Federal y el resto de bancos centrales encaminándose a subidas de tipos de interés relativamente agresivas, los inversores están reequilibrando sus carteras, liquidando aquellos activos de mayor riesgo por otros más seguros”.

Javier Pastor, director de Relaciones Institucionales de la plataforma española Bit2Me, cree que se trata solo de una corrección puntual, y cita tres motivos para explicarla: una recogida de beneficios después de la fuerte revalorización desde mínimos de la pandemia, el cierre de posiciones de aquellos que se han endeudado para invertir, y la baja capitalización del mercado, que lo vuelve más expuesto a la volatilidad. “Las noticias de adopción y el interés institucional público y privado no ha parado de aumentar. Pero muchos encuentran una oportunidad de especular por la alta volatilidad y los altos retornos en periodos cortos de tiempo, que van a seguir presentes mientras el mercado siga siendo pequeño comparado con otros activos”.

Golpe a El Salvador

El golpe al bitcoin está poniendo en aprietos a la economía de El Salvador. El país se convirtió, de la mano de su presidente, Nayib Bukele, en el primero en adoptar el bitcoin oficialmente, y ahora paga esa dependencia con la incertidumbre sobre si será capaz de afrontar los próximos vencimientos de deuda. No es el único país que podría verse afectado. Recientemente, la República Centroafricana se sumó a El Salvador y aprobó convertir el bitcoin en moneda de curso legal.

La analista de Deutsche Bank Marion Laboure vaticinaba el pasado enero, en declaraciones a la CNBC, que los avances en la regulación de las criptomonedas pueden acabar espantando los temores de los inversores y aumentar su aceptación en el sistema financiero. Según esa tesis, eso incrementaría su liquidez, lo cual a su vez reduciría su volatilidad, uno de sus puntos débiles para que se extienda su uso como medio de pago. Por ahora, con el tamaño de su mayor exponente, el bitcoin, reducido a la mitad en solo seis meses, esos augurios sobre el fin de los bandazos de su precio siguen siendo una hipótesis de futuro.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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