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La matriz española de Agbar entra en pérdidas por la covid

Suez Spain cerró el ejercicio 2020 con unos números rojos de 73 millones de euros

Dani Cordero
Suez Spain perdidas
Instalaciones de Agbar en el puerto de Barcelona.

Suez Spain, la filial española del grupo francés de la que depende Agbar y que opera básicamente en España y Chile, entró en pérdidas en 2020 a causa del impacto que tuvo la crisis sanitaria en su negocio del agua. Pasó de ganar 99 millones de euros un año antes a cerrar con unos números rojos de 73,5 millones de euros, después de que sus ingresos de explotación cayeran un 7,4%, hasta situarse en los 2.195 millones de euros, según consta en las últimas cuentas presentadas en el Registro Mercantil.

El grupo argumenta esa contracción por la caída de la actividad económica y la consiguiente reducción del consumo de agua y de los servicios vinculados, además del efecto negativo en las cuentas de la depreciación del peso chileno, con el que opera sobre todo a través de su filial Aguas Andinas, que impactó en sus cuentas por importe de 94 millones de euros, según figura en la memoria depositada en el Registro Mercantil. En las cuentas presentadas por Suez al cierre de 2020, que también concluyeron con pérdidas, se argumentaba que el negocio en España se había resentido de la rebaja de un 4,5% de las tarifas en Barcelona, la principal concesión del grupo.

El informe de gestión de la compañía muestra una significativa caída de su negocio de agua. En España facturó un 3,1% menos de hectómetros cúbicos (708), mientras que en Chile el descenso alcanzó el 5,8% (564 hectómetros cúbicos). En conjunto, la caída es del 4,3%, lo que habría provocado unos menores ingresos de 97 millones de euros. En España se produjo el grueso del recorte: 70 millones. Asimismo el negocio chileno golpeó con fuerza los resultados del grupo a causa de la sequía sufrida por el país —”la mayor de este siglo”, afirma la compañía—, lo que provocó un aumento de costes, especialmente los vinculados a la compra de agua y a los energéticos para captar agua subterránea. Asegura asimismo la compañía que se han realizado importantes inversiones para garantizar el suministro ante el capítulo de sequía extrema que padece el país.

Pese a esa caída del negocio, Suez Spain se apuntó 4,8 millones de beneficios por la venta de su participación en Empresa de Servicios Sanitarios de Los Lagos (Essal), que vendió por 78 millones.

Suez España es la heredera de Hisusa, la sociedad a través de la cual la compañía francesa y La Caixa habían compartido de forma paritaria su histórica colaboración accionarial en Agbar, hasta que en 2009 el grupo galo pasó a detentar el 75% frente al 25% de La Caixa. Cinco años después la entidad catalana se vendió esa participación a cambio de entrar en el capital de Suez con un paquete de referencia. Suez se encuentra en proceso de fusión con Veolia y Criteria, el brazo inversor de la fundación bancaria presidida por Isidre Fainé, vendió esas acciones (que actualmente ascendía al 5,9% del capital) por 750 millones de euros.

Criteria, según fuentes próximas al grupo, ha hecho llegar a la nueva Veolia su interés por recuperar el control de Agbar aunque la respuesta ha sido negativa hasta el momento. Pero se mantiene ese interés por recuperar esa participada histórica e insistirá en la operación. Tiene recursos en caja para asumir una compra de esas dimensiones (algunas fuentes sitúan la operación en torno a los 2.000 millones de euros), que entra en su estrategia histórica de participar en compañías de servicios dirigidas al consumidor final, como son los casos de Saba, Telefónica o Naturgy. Una de las dudas de la operación es si esa oferta se centrará solo en Agbar o elevará su presencia a todo el perímetro de la antigua Hisusa, incluyendo Chile.

Mitigar la crisis

Suez España asegura en su informe de gestión que en el primer año de la crisis sanitaria provocada por la covid se ha centrado en mitigar los efectos tanto en su plantilla como en tener “un papel activo en la gestión de la pandemia y empatizar con nuestros clientes, proveedores y comunidades”. Una de las medidas adoptadas es la del programa Covid-19 City Sentinel, con el que monitorizaba de forma automática la presencia del virus en aguas residuales para anticipar nuevos brotes.

La deuda de la compañía se situaba al cierre del año en los 1.075 millones de euros, con un múltiplo de 2,2 veces el Ebitda de la sociedad. Y el informe recoge que se pagó en dividendos a los socios de su matriz, Suez, un total de 153,2 millones de euros.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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