La Autoridad Fiscal reclama al Gobierno medidas adicionales para reducir el déficit y la deuda pública

La Autoridad Independiente para la Responsabilidad Fiscal (Airef) ha vuelto a reprochar al Gobierno la falta de concreción del Plan de Estabilidad. Su presidenta, Cristina Herrero, ha insistido en la necesidad de diseñar una estrategia fiscal a medio plazo para apuntalar la sostenibilidad de las cuentas públicas, y ha lamentado los escasos detalles del impacto que el Plan de Recuperación tendrá sobre el escenario macroeconómico. “El Gobierno ya nos ha contestado a las recomendaciones que formulamos”, ha señalado Herrero este martes. “La respuesta ha sido que la deuda y el déficit ya se colocan en una trayectoria decreciente gracias al componente cíclico. Pero la estrategia fiscal requiere además de algún tupo de medida estructural”.

Así lo ha señalado durante una comparecencia en la Comisión de Hacienda del Congreso, convocada a instancia del PP, para informar sobre la valoración de la actualización del Plan de Estabilidad 2021-2024 que el Gobierno ha enviado a Bruselas. Las previsiones contenidas en este documento, que detalla el escenario económico previsto para los ejercicios futuros y que Herrero ha definido como la “principal” herramienta de planificación a medio plazo, ya habían sido avaladas por el organismo en abril. Pero con más de una crítica: no incluye el impacto de las reformas estructurales pendientes, como la laboral, la fiscal y la de pensiones, ni una planificación fiscal a medio plazo, entre otros elementos.

Herrero ha insistido en que la suspensión de las reglas fiscales decretada tras el estallido de la pandemia, con la congelación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y las incógnitas sobre su nuevo diseño, no justifica prescindir de una planificación a medio plazo. “En 2023 volveremos a un marco fiscal, el que sea, y a las reglas fiscales. En primavera la Comisión Europea decidirá, pero parece que la deuda será la variable principal de convergencia (...) y tendrá relevancia lo que haya pasado en 2022”, ha afirmado. “Cuando se suspenden las reglas fiscales hay que decir cómo se vuelve a la estabilidad. La actualización del programa de estabilidad era un buen momento para hacer este ejercicio”, ha añadido.

El déficit público cerró 2020 en el 11% del PIB, frente al 2,9% del año anterior. El Gobierno prevé que este año baje al 8,4% (un 7,8%, según la Airef) y que en 2024 se sitúe en el 3,2% (3,5% para la Autoridad Fiscal). La deuda, que ha roto la barrera del 120% del PIB, seguirá al final del periodo analizado por encima del 112%. Herrero ha subrayado este martes que este incremento no es exclusivo de España, pero que su posición ya era delicada antes de la llegada de la pandemia y la pondrá en una situación más vulnerable.

España partía de una deuda del 95% del PIB al cierre de 2019, pese al sostenido crecimiento económico de los últimos años, y la Airef alerta de que si el déficit estructural se mantiene en niveles similares al previsto para 2024 ―entre el 3,5% y el 4,5% del PIB―, la deuda se estabilizaría en niveles superiores al 100%. “En el medio y largo plazo, el envejecimiento de la población y un posible endurecimiento de las condiciones de financiación se vislumbran como los principales riesgos”. En concreto, el organismo estima que un incremento de tipos en 100 puntos básicos podría elevar en 15.000 millones adicionales el gasto en intereses en 2024, sin contar el peso cada vez más importante del gasto en pensiones.

Gasto estructural

Herrero también ha repetido otra las recomendaciones recurrentes de la Airef: evitar que el gasto vinculado a la pandemia se convierta en estructural, sin tener asignada la correspondiente financiación. En el caso de las comunidades autónomas, que han estado en primera línea de la lucha contra la pandemia, ha señalado que cerca de un 40% de los desembolsos asociados a la covid pasarán a ser estructurales. Una circunstancia que dificultará cuadrar las cuentas de los gobiernos autonómicos, que se enfrentarán además en 2022 y 2023 a una importante minoración de recursos: por un lado, no están previstas transferencias extraordinarias del Estado, a diferencia de este año y el anterior, y por otro llegarán las liquidaciones negativas del sistema de financiación autonómico.

Asimismo, ha señalado que aunque los fondos europeos tengan un efecto neutral en el déficit desde el punto de vista contable, eso no implica que el Plan de Recuperación tenga un impacto neutral. “Prevemos que algunos proyectos puedan devenir en gasto estructural que pueda permanecer más allá de la vigencia del plan”, ha detallado, aunque ha añadido que también se pueden generar ahorros de eficiencia que pueden suponer una reducción del gasto estructural a medio y largo plazo.

“Lo que queremos poner sobre la mesa es que reformas estructurales requieren financiación estructural, por lo tanto cualquier medida que pueda suponer un aumento del gasto estructural requerirá un aumento de los ingresos o una reducción de otras partidas de gasto”, ha concluido. Herrero ha recordado que el 15 de julio el organismo publicará un nuevo informe, en el que no prevé modificar sustancialmente sus previsiones de crecimiento, del 6,6% para 2021, aunque ha avanzado que puede haber cambios en las estimaciones de déficit.