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Reportaje:

Tagore se marcha de Ourense

El propietario de la mayor biblioteca del mundo dedicada al Nobel bengalí, durante años almacenada en locales comerciales, negocia llevarla a Valladolid

"A día de hoy, la posibilidad más clara es la de que done mi biblioteca a la Casa de la India en Valladolid", contesta José Paz, pedagogo prejubilado de la Universidade de Vigo, por correo electrónico desde Santiniketon, donde Rabindranath Tagore murió y fundó su proyecto educativo. Hoy, según lo establecido por el filósofo bengalí, es festivo (aquí lo son los martes por la tarde y los miércoles todo el día), y el ourensano, en vez de irse a la universidad a investigar, se mete en un ciber y va contestando las preguntas.

Desde el año 2000, ya se dieron por hechas muchas cosas, se anunciaron sucesivos acuerdos con instituciones de India y de Galicia, pero nunca llegó a concretarse nada. El primero que mandó tantear al profesor, propietario de la más completa biblioteca de y sobre Tagore, con más de 30.000 volúmenes cosechados en miles de peripecias desde 1966, numerosas primeras ediciones, en la mayoría de los idiomas del mundo (Paz añade siempre que "también el esperanto"), fue Fraga. Aquella Consellería de Cultura organizó una reunión en un restaurante de Ourense. La Xunta le ofreció 30 millones de pesetas por tamaña avalancha de libros y él vino a decir que no la vendía, que el Nobel jamás lo hubiera hecho, y que lo que quería era donarla, que fuese expuesta en un lugar público para difundir la figura y la obra de Tagore.

Paz salió a los dos días desmintiendo que su colección se trasladase al Gaiás
El vicerrector de una universidad india quería ya facturar todas las cajas

En casa del profesor nunca más se supo de la Administración gallega hasta que Roberto Varela, conselleiro de Feijóo hasta la llegada de este año nuevo, pensó que la colección podría servir para llenar los anaqueles vacíos de la Cidade da Cultura. El diplomático lo convocó en Santiago para conocer sus condiciones.

Paz tiene una lista preparada de la que no se mueve, aunque hay algunos puntos que podría llegar a pasar por alto en tiempos de vacas flacas para ceder su biblioteca: "Colocarla en un lugar digno, bien guardada y cuidada, con salas para la consulta de investigadores; editar catálogos y boletines periódicos para su difusión; y libros de y sobre Tagore en castellano y en gallego-portugués [el profesor es miembro de la recién constituida Academia Galega da Língua Portuguesa]; organizar actividades en toda la Península; crear un Centro Tagore en el mismo lugar coordinado con los otros del mundo y, si se puede, una Casa de Bengala; y fundar en Santiniketon un centro para el intercambio de estudiantes y profesores de Oriente y Occidente, el gran deseo de Tagore".

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Nadie, en Galicia, se compromete con tales exigencias. A la reunión con Varela asistieron también el director de Casa Asia en Barcelona y su bibliotecaria, que, según explica Paz, "querían crear una sede de la institución en la Cidade da Cultura". Paz les contestó que si la montaban en Ourense, allí mismo firmaba el contrato. Todo lo hablado se lo llevó el viento. A los pocos meses, sin haber tenido más noticia, apareció en la prensa que la biblioteca Tagore se iba al Gaiás. Paz salió a los dos días desmintiéndolo.

También Baltar le ofreció al profesor universitario la posibilidad de refugiar la colección en alguno de los edificios pendientes de rehabilitación que hay en Ourense, pero los años pasan, el pedagogo liberado de las aulas ya vive más meses en India que en Galicia porque le hace más feliz y "el tema urbanístico en la ciudad sigue enormemente enguedellado". "Baltar está atado de pies y manos", justifica sin atisbo de crítica al barón el tagoreano.

La biblioteca se almacena en varios bajos comerciales de las Galerías Roma, en el centro de Ourense, alquilados por Paz. La mayoría de los libros permanecen metidos en cajas, y hay dos locales en los que "están bien colocados y se pueden consultar".

En 2009, también trascendió la noticia de que la Universidad Visva-Bharati de Santiniketon, la misma que fundó Tagore, aceptaba todas las condiciones con tal de llevarse la colección ourensana a Bengala. En sustitución del rector de la institución (que por su cargo es al mismo tiempo primer ministro de India), el vicerrector viajó a Ourense para conocer de primera mano el tesoro custodiado por Paz. "Quedó asombrado", recuerda el profesor, "ya quería en aquel momento facturar los libros". Le ofrecía varias sedes en el campus, incluida parte de la primera casa que construyó en 1873 el padre de Rabindranath Tagore.

Pero también aquello quedó en agua de borrajas, porque en la universidad tocó cambio de gobierno (el rectorado se renueva obligatoriamente cada lustro) y porque a Paz le entraron dudas sobre las condiciones de conservación del papel. "Aquí en Bengala, en el verano, hay mucha humedad por los monzones y existen unos gusanos muy peligrosos, los poka, que estropean los libros", explica por correo. A finales del año pasado también se dio por sentado el traslado a Valladolid, pero todavía se está negociando. La Casa de la India depende de la embajada en España de ese país, y, según el ourensano, "está dispuesta a adquirir el edificio anexo para crear un Centro Tagore como los de Londres, Berlín, Venecia, Daca, Calcuta e Illinois" que, "en principio", dirigiría él.

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