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El fiscal critica cómo se mide la polución en Madrid

Critica la desaparición de las estaciones de medición de las áreas más contaminadas

El fiscal de Medio Ambiente, Antonio Vercher, ha puesto el ojo sobre la forma que tiene el Ayuntamiento de Madrid de medir la calidad del aire. Y lo que ha visto no le ha gustado. La Fiscalía ha enviado un oficio al Consistorio en el que pide que detalle los planes municipales para cumplir los objetivos en materia de contaminación del aire y explique la reubicación de las estaciones de medición.

El escrito del fiscal se basa en los datos proporcionado por el Ayuntamiento sobre la calidad del aire en la ciudad entre 2005 y 2009 y llega a una serie de conclusiones. La primera es que la medida que hace el Ayuntamiento de la contaminación considera la media de la ciudad, y obvia los lugares de mayor contaminación. Esto es, que si para reflejar si el aire que hay en Madrid es bueno o malo se toman las mediciones de todas las estaciones, "dado que la media de contaminación no resulta excesiva, el aire en Madrid es bueno, cuando en la práctica no es esa la realidad".

Hay otra objeción de gran peso: han desaparecido estaciones situadas en lugares de fuerte contaminación, que han sido trasladas, a su vez, a lugares con índices de polución inferiores.

Y la Fiscalía pone un ejemplo: el eje de Castellana, el que que va de Plaza de Castilla a Atocha proporciona valores de contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2, un gas causado por el tráfico que irrita las vías respiratorias) y por partículas en suspensión (PM10) por encima del valor legal, pero en el índice de calidad del aire no se ven reflejados. Y esto, además, porque han desaparecido algunas estaciones de medición, como las de Plaza de Castilla, Glorieta de Carlos V, Paseo de Recoletos y Gregorio Marañón, que ya no están operativas. Y sus sustitutas, como la situada en la zona verde del Museo de Ciencias Naturales, ofrecen valores de contaminación muy inferiores, afirma el fiscal.

El oficio enviado al Ayuntamiento por la fiscalía no es precisamente amable. Según los datos que ofrece, el límite de NO2 legal recomendado en los últimos años por la UE (que empezó en 50 microgramos por metro cúbico en 2005 y en 2009 fue de 42) se ha superado entre 2005 y 2009 de forma sistemática. Igual sucede con las partículas PM10 si se recoge el promedio estación a estación (y no el conjunto de todas las estaciones, como hace el Ayuntamiento). El valor medio de 50 microgramos por metro cúbico se ha superado en 2009 en 157 ocasiones, cuando lo aconsejado por la UE es un máximo de siete veces al año.

La conclusión del fiscal es clara: en Madrid los límites de contaminación se superan mayoritaria y sistemáticamente: el aire en la ciudad está notablemente contaminado. Y, además, la metodología utilizada no refleja la contaminación real que sufre el ciudadano individualmente.

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De ahí que Vercher pida al Ayuntamiento que informe sobre si ha iniciado un plan para cumplir los objetivos en materia de contaminación, y pide que se identifique a los funcionarios que ordenaron la reubicación de las estaciones de medición.

Una portavoz de la Concejalía de Medio Ambiente aseguró ayer que todavía están valorando el oficio enviado por el fiscal, pero que en cualquier caso el Ayuntamiento ha sido pionero en adaptar la red a la normativa europea y que en cumplimiento de esta normativa se han trasladado las estaciones que no cumplían con la norma. Afirmó también que el plan del Consistorio cuenta con estudios favorables de las universidades Politécnicas y de Alcalá de Henares.

Paco Segura, de Ecologistas en Acción, volvió a criticar la política de contaminación municipal y acusó al Ayuntamiento de estar escondiendo el problema.

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