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El Nacional premia una obra sobre los invernaderos del sur

Paco Bezerra gana con 'Dentro de la tierra', un drama teatral sin estrenar

Elsa Fernández-Santos

Los tomates más ricos del mercado esconden un secreto, son una nueva variedad, superior a la raf, nacida bajo los interminables campos de plástico de Almería. Dentro de la tierra es la obra de teatro que ayer fue proclamada Premio Nacional de Literatura Dramática. Su autor, Paco Bezerra, nació en 1978, medio siglo después que el ganador del año anterior, Miguel Romero Esteo.

Desde hace tres años Paco Bezerra es "Paco, el del invernadero". Con la misma obra logró el Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca en 2007 y desde entonces ha intentado llevarla a escena. Pero nada: "Ni el festival de El Ejido, donde no querían ni oir hablar del tema de la inmigración, ni el Centro Dramático Nacional, cuyas salas pequeñas deberían estar abiertas a obras nuevas y no a Valle-Inclán". "Pero aquí las obras de dramaturgos jóvenes y con pintas no interesan", afirma el autor sentado en su casa del centro de Madrid, una buhardilla donde las figuritas marianas conviven con las zapatillas deportivas y los objetos multicolor. "Para que te escuchen tienes que tener barba y barriga. Yo fui tres veces al CDN solo para llevar mi proyecto y no me dejaron pasar ni a la recepción. Sólo porque era joven y así. Eso sí, el tercer día dije que era de Animalario y pasé como por mi casa. No se entiende que un teatro público ni siquiera atienda a los autores jóvenes y que no tenga un espacio para nuestras obras. Una vez me quejé a Gerardo Vera [director del CDN] y su respuesta fue rotunda: cuando tengas 65 años entrarás aquí".

El autor cree que para ser escuchado "hay que tener barba y barriga"
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"Parece que para ser dramaturgo te tienes que morir"

Dentro de la tierra empieza como una obra social y termina como thriller rural. A partir de un mundo que no le es ajeno (el de los invernaderos de Almería) Bezerra (nacido en El Alquián, "mi pueblo sólo tiene un semáforo, un quisco y un paso de cebra") construye un drama en el que el "amor bajo los plásticos" acaba en crimen. Dinero y mentiras. "El hijo menor de una familia de agricultores se enamora de una inmigrante que trabaja en los campos de Almería. Ellos quedan dentro de un invernadero prohibido, a escondidas del padre. Un día ella desaparece y el hijo, desesperado, se pone a investigar". Una obra sin buenos y malos, explica su autor, en la que el protagonista (que también escribe una obra de teatro) mezcla ficción y realidad.

Bezerra dice que escribe pegado a la actualidad (hoy trabaja en un texto sobre el "ciberacoso" a una menor) pero que sólo entiende la realidad desde la imaginación. "No entiendo el teatro como un sitio para la evasión sino como un espejo de la propia realidad".

Bezerra asegura que siempre quiso escribir teatro y que los jóvenes están para renovar los temas y para hablar a los suyos. "Yo escribo para los de mi edad, lo siento". Los 20.000 euros con los que está dotado el Nacional no los considera un premio sino "por fin" un sueldo. "Desde los 23 años no he hecho otra cosa que escribir. Dejé Almería para estudiar con William Layton y en la Escuela Oficial de Teatro y desde entonces no he parado. No ha sido fácil. Aquí dicen que soy una persona creativa, pero en Almería yo soy un tocahuevos, para mi padre y para el resto de mi familia. Tengo 17 primos y ninguno ha hecho el bachillerato, y tengo amigos que no saben de nada pero se pasean con su Mercedes por los invernaderos. Yo escribo horas y horas al días, pero nadie me paga".

Paco Bezerra en su casa.
Paco Bezerra en su casa.LUIS SEVILLANO
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Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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