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Obama y McCain se mojan por la ciencia

Los candidatos ofrecen más dinero para investigación y discrepan sobre bioética

Por aquello de que cuando América se resfría el resto del mundo estornuda, la comunidad científica internacional está pendiente de la senda que tomará EE UU en política científica tras las elecciones del 4 de noviembre. Y atendiendo a ese interés, la revista Nature ha dedicado recientemente una sección especial a la ciencia y la tecnología en los programas y equipos electorales de Barack Obama y John McCain, candidatos demócrata y republicano, respectivamente.

Los dos aspirantes apuestan por la NASA, lo que les da apoyos en Florida
El republicano apoya investigar con embriones, pero Palin se opone

Prioridades, presupuestos, el papel de la ciencia en las decisiones políticas, la energía nuclear, el espacio y la NASA, la investigación con células madre y la evolución o el creacionismo son temas que abordan los dos candidatos, o sus equipos, en respuesta a las preguntas formuladas por la revista científica británica.

Ni Obama ni McCain son extraños al entorno de la ciencia y la tecnología, puesto que ambos han participado, como senadores, en comités y actividades parlamentarias relacionadas con el I+D. Destaca el hecho de que los argumentos y puntos calientes de Obama se integran con naturalidad en el discurso de la comunidad científica internacional. La postura de McCain transparenta un mayor peso de las empresas tecnológicas. Pero ambos destacan el I+D como asunto de alta prioridad en sus futuras decisiones presidenciales.

Tras un análisis de las deficiencias y capacidades del sistema estadounidense, Obama expresa un apoyo sin condiciones a la ciencia básica y la necesidad de invertir en ella. "La investigación básica con apoyo federal, enfocada a comprender la naturaleza -desde el tamaño del universo a las partículas elementales, desde las reacciones químicas de una célula viva hasta las interacciones que sostienen los ecosistemas- ha sido un rasgo esencial de la vida americana durante más de 50 años", afirma.

El candidato demócrata recuerda que EE UU actualmente importa 40.000 millones de euros en productos de tecnología avanzada más de lo que exporta, y que está cayendo en el país el número de estudiantes de disciplinas tecno-científicas (EE UU ocupa el puesto 17 por la proporción de licenciados en carreras de ciencias entre los países desarrollados, cuando era el tercero hace 30 años). La financiación federal para ciencias físicas e ingeniería decae desde hace décadas y el presupuesto de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), tras un crecimiento notable, está estancado desde hace seis años.

"Esta situación es inaceptable", afirma Obama. "Como presidente incrementaré los fondos para investigación básica en física y ciencias de la vida, matemáticas e ingeniería a un ritmo que duplicará los presupuestos en 10 años para recuperar el liderazgo americano". La ciencia fundamental como trampolín del desarrollo tecnológico y económico se destaca en el programa demócrata. McCain defiende el aumento de la financiación pero sin especificar objetivos cuantitativos ni de plazos. Hará todo lo posible para que EE UU siga siendo líder mundial, sobre todo en el campo de la innovación, y defiende un menor control gubernamental y un enfoque más orientado por el sector privado y tecnológico como acicate de la innovación. El republicano también quiere mejorar la financiación de los NIH.

La NASA merece especial atención de los dos candidatos. Y en esto McCain concreta más que su oponente, defendiendo el espacio como una prioridad de primer orden para EE UU, su poder y su prestigio. El candidato republicano se compromete a financiar el programa Constellation para sustituir los transbordadores espaciales por nuevos cohetes (Ares) y naves (Orion), y explotar al máximo la estación espacial. Obama expresa su apoyo al programa espacial estadounidense para "ayudar a mantener su superioridad no sólo en el espacio sino aquí en la Tierra, en los ámbitos de la educación, la ciencia, la tecnología, el medioambiente y la seguridad nacional", y asume el reto de enviar misiones tripuladas a la Luna en 2020 y a Marte después. El interés de ambos candidatos por la NASA es comprensible dada la importancia que las elecciones tendrán en Florida, Estado donde se localiza una parte importante de la actividad espacial.

Más conflictivo es el tema de la investigación con células madre embrionarias, cuya financiación con fondos federales prohibió George Bush en 2001. Obama aboga por levantar la medida, "que ha atado las manos a nuestros científicos dificultando nuestra capacidad de competir con otros países". Está al tanto de los diferentes tipos de células madres y confía en que los avances de la ciencia hagan innecesario recurrir a las embrionarias.

McCain tiene una situación más complicada. Nature recuerda que el candidato republicano votó en el pasado a favor de levantar la prohibición de Bush. Pero su candidata a vicepresidenta, Sarah Palin, se opone a la investigación con células madre embrionarias humanas y no está claro cómo se solucionarían este diferente punto de vista en caso de victoria republicana.

El cambio climático es un punto caliente en la campaña electoral estadounidense. Obama se declara decidido a combatir el problema con objetivos y plazos concretos. También McCain lo hace, aunque con cifras menos ambiciosas. El problema puede ser de nuevo Palin, escéptica respecto a la responsabilidad de la actividad humana en el calentamiento global.

Ambos candidatos apuestan por las tecnologías energéticas, pero en la alternativa nuclear y la distancia entre las posiciones es notable: Obama considera que no sería realista prescindir de ella, pero aboga por afrontar los problemas clave asociados (residuos, seguridad, proliferación) antes de considerar la expansión del sector nuclear. McCain defiende la construcción de 45 centrales nuevas, como mínimo, de aquí a 2030.

Un tema que desde Europa se ve lejano pero que en EE UU es de primer orden es el de la enseñanza o no del creacionismo junto con la evolución. "Creo en la evolución y apoyo el fuerte consenso de la comunidad científica acerca de su validez. No creo que ayude a nuestros estudiantes enmascarar las discusiones de ciencia con teorías no científicas como el diseño inteligente", ha dicho Obama. También McCain se define partidario de la evolución, pero acepta que los estudiantes conozcan todos los puntos de vista acerca del origen del hombre, puntualizando que no debe hacerse en las clases de ciencias.

Los candidatos a la presidencia de EE UU John McCain (izquierda) y Barack Obama.
Los candidatos a la presidencia de EE UU John McCain (izquierda) y Barack Obama.AFP

El peso de los asesores se nota

Harol Varmus, premio Nobel de Medicina, director del Memorial Sloan-Kettering Cancer Centre y ex director de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) dirige el grupo de asesores científicos de Barack Obama y se nota en la coherencia de sus propuestas, expuestas con lenguaje, argumentos y claves familiares para cualquier científico del mundo. Junto a Varmus, Obama cuenta con el astrofisico Don Lamb (Universidad de Chicago) y Henry Kelly (presidente de la Federación de Científicos Americanos), entre otros, incluidos varios premios Nobel aunque menos directamente implicados en el diseño de la campaña demócrata.

El punto fuerte de John McCain en I+D, afirma la corresponsal de Nature en EE UU, Alexandra Witze, está en el sector de la energía y cuenta con varias personalidades que han sido asesores institucionales en el pasado. Destaca en el equipo republicano el astronauta Walt Cunningham.

La comparativamente fuerte presencia de científicos en el equipo de Obama no es de extrañar si se tiene en cuenta que según estudios sociológicos recientes, en EE UU, el 50% de los científicos del ámbito académico se identifican con Partido Demócrata y sólo el 14% con el Republicano.

Pero ambos candidatos hacen hincapié en la necesidad de revitalizar la asesoría científica de la Casa Blanca, un cargo creado en 1976 y dejado de lado por George Bush durante ocho años. Tanto Obama como McCain defienden la importancia de contar con la voz cualificada independiente de la ciencia a la hora de tomar decisiones cruciales para el país.

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