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Francia aconseja la prueba del VIH a las mujeres que abortaron con Morín

París teme que el dueño de las clínicas investigadas las haya infectado

El Ministerio de la Salud de Francia ha recomendado a las pacientes francesas que abortaron en las clínicas de Barcelona dirigidas hasta noviembre de 2007 por el doctor Carlos Morín (TCB, Emece, Ginemedex y la Fundación Morín) que visiten a su médico de familia para que, si lo considera necesario, les prescriba una prueba para detectar si estuvieron en contacto con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Morín, procesado en España por dirigir una supuesta red de abortos ilegales, es portador del virus que causa el sida.

"Según las informaciones recogidas hasta la fecha", precisa el ministerio que encabeza Roselyne Bachelot, entre 700 y 800 pacientes francesas están "potencialmente concernidas".

El comunicado señala, sin embargo, que "según los datos científicos disponibles, el riesgo de transmisión del VIH de un profesional de la salud a un paciente puede considerarse como bajo". El director general de la salud, Didier Houssin, insistió en que el riesgo era "bajo, incluso muy bajo", pero aconsejó "prudencia" y "precaución" a las mujeres que acudieron a estas clínicas.

El ministerio no ha precisado las razones por las que ha lanzado ahora esta alarma. El caso saltó a la luz pública hace ya más de un año, cuando se abrió la investigación sobre Carlos Morín y sus colaboradores que se saldó con 13 detenciones. El ginecólogo salió de la cárcel a finales del pasado mes de enero.

Sorpresa en España

El anuncio de las autoridades francesas sorprendió ayer al Ministerio de Sanidad español, que expresó su perplejidad y desmintió que esté analizando posibles riesgos de contagio entre las pacientes que abortaron en las clínicas del doctor Morín en Barcelona. Más aún: no ha habido "ninguna comunicación oficial o intercambio de información" con Francia en relación con el caso Morín.

La misma portavoz asegura que no han podido constatar, de forma oficial, que Morín sea portador del VIH, más allá del contenido del sumario que se hizo público en su día. Un argumento que también esgrimió ayer el Departamento de Salud del Gobierno catalán.

"Las evidencias científicas no justifican la petición de pruebas a esas mujeres", precisaron las mismas fuentes, en alusión al escaso número de contagios de VIH en intervenciones quirúrgicas [apenas dos] que se registran en los anales de medicina.

En una línea similar se expresó el Colegio de Médicos de Barcelona. Su secretario, Jaume Padrós, recordó que si un médico es portador del VIH no sólo puede seguir ejerciendo la medicina, sino que "no tiene la obligación de comunicarlo". Debe seguir, eso sí, una serie de prevenciones que marcan protocolos internacionales [que son, en el fondo, muy parecidos a los de todos los profesionales sanitarios: básicamente, tener cuidado con el intercambio de fluidos, como la sangre, ya que puede ser una vía de transmisión del virus]. "Nos consta que Morín sabía que era portador y que le visitaba un médico. Pero incluso si no seguía tratamiento, el riesgo de contagio es excepcional", zanjó Padrós.

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