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Hollande sigue en la lucha por el poder en el socialismo francés

El líder del PS no renuncia a presentarse a las presidenciales

Los bandos se van perfilando. La universidad de verano del Partido Socialista (PS) francés en el puerto atlántico de La Rochelle ha servido para que los aspirantes a hacerse con el control de la formación en el congreso de noviembre próximo conspiraran, pactaran y midieran sus fuerzas. El resultado es que al dúo de favoritos formado por la ex candidata a la presidencia, Ségolène Royal, y el alcalde de París, Bertrand Delanoë, se le ha unido la ex ministra y alcaldesa de Lille, Martine Aubry, que ha arrancado importantes apoyos durante el fin de semana, en detrimento del también ex ministro Pierre Moscovici.

El aún primer secretario alerta del riesgo de ruptura de la unidad del partido

Pero no hay que descartar a François Hollande. El primer secretario del PS, cuya decisión de abandonar el puesto que ocupa desde hace 11 años en el congreso de Reims ha abierto la guerra por el poder en el gran partido de la izquierda francesa, dejó claro ayer que no piensa abandonar el escenario político aunque renuncie a la dirección del partido. Una manera de señalar que no renuncia a ser el candidato socialista al Elíseo en 2012.

El discurso de clausura de La Rochelle, el último que realizará como primer secretario, le sirvió a Hollande para reivindicarse como una de las cabezas mejor estructuradas del partido, para asumir el irregular balance de su larga gestión y para decirles a los militantes que el futuro del PS está en sus manos porque son ellos quienes decidirán con su voto y "rechazarán los tejemanejes, los artificios y las confusiones". Y también que él no se retira: "Gracias y hasta mañana", ironizó al despedirse.

El mayor peligro que corre el PS es "la ingobernabilidad", añadió. "Es preciso que este partido sea dirigido. Se necesita un polo central. No podemos estar en la dispersión, la fragmentación y la atomización, que son la garantía del declive. Siempre he querido la cohesión, la unidad, el espíritu colectivo en el interés del partido, y pongo en guardia a todos los que estén tentados de hacer lo contrario".

La cita de este año en La Rochelle ha estado marcada por las escaramuzas de la gran batalla por el poder que lleva al congreso de Reims y un tanto huérfana de contenido político. Hollande, sin embargo, introdujo ayer una buena dosis de crítica a la labor del Gobierno de Nicolas Sarkozy, al que acusó de generar un proceso de "degradación" social. Frente a la crisis económica global propuso un "nuevo Bretton Woods", en referencia a la conferencia de 1944 que estableció las bases del desarrollo económico de la posguerra, para coordinar las políticas monetarias y establecer una nueva regulación y mecanismos de control del sistema financiero. Hizo asimismo un gran elogio del candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Barak Obama, confiando en que su victoria devuelva un cierto equilibrio al mundo.

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Hollande saluda después de pronunciar su discurso en La Rochelle.
Hollande saluda después de pronunciar su discurso en La Rochelle.AFP

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