_
_
_
_
_
YO ME LO GUISO... | Gastronomía
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Nuestro fogón clandestino

Teníamos 20 años, no hace mucho, sólo 10. Y parecía que si lo ansiabas con fuerza, y tenías un par... de huevos, entre otros muchos ingredientes, podías emanciparte. Eso sí, con la ayuda de tus amigos, que se uniesen a tu proyecto de "piso comunitario" en Barcelona.

En mi apartamento éramos tres, un perro y un montón de deudas.

Fue allí dónde empecé a agudizar un sexto sentido cuando iba al mercado. Con poco dinero conseguía hacer deliciosos platos dignos de cualquier abuelita dada a los fogones. Hacíamos un menú con dos primeros a escoger (sopa o ensalada), dos segundos (carne o pescado) y dos postres (tarta o macedonia). Entre las especialidades, había "solomillo con salsa de anchoa" -un segundo verdaderamente contundente que mezclaba mar y montaña- y los "mejillones en salsa colorá", cuyo secreto estaba en una salsa familiar un pelín picante.

A base de aprovechar los dones divinos, montamos nuestro propio restaurante en nuestro piso. Y le pusimos un nombre: El Clan Destino, así, separado, para que no fuera tan obvio... La verdad es que el boca oreja se corrió rápido. A la gente le pone lo prohibido.

Sólo abría un día por semana, los miércoles por la noche, y exclusivamente previa reserva telefónica. No abríamos si no se presentaban al menos ocho comensales. El menú era sencillo pero elaborado. Y lo más importante, no poníamos precio, era a voluntad.

Cada miércoles desmontábamos el salón y poníamos mesitas dependiendo del aforo. Era un día caótico, sin duda, pero nos permitía pagar el alquiler y las facturas. También nos dejaba el resto de la semana libre. A grandes problemas, grandes soluciones.

Dolo es cantante del grupo de pop Pastora y actriz.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_