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Reportaje:

Global Vía quema etapas en EE UU

Abre sede en Nueva York y busca una autopista madura para mejorar su currículo de operador

Vísteme despacio que tengo prisa. A punto de cumplir su primer año de vida, Global Vía Infraestructuras (GVI), la sociedad creada al 50% por FCC y Caja Madrid para gestionar conjuntamente el desarrollo y operación de este tipo de activos, tiene aún pendiente la incorporación formal -el proceso administrativo culminará en el primer trimestre de 2008- de la mayor parte de las 36 concesiones que componen su cartera fundacional, pero sus gestores no han permanecido con los brazos cruzados.

GVI se ha hecho en los últimos meses con tres nuevas autopistas, que suponen en conjunto una inversión de casi 900 millones y el 30% de los concursos de adjudicación a los que se ha presentado, y ha inaugurado ya en Nueva York la primera de las tres oficinas que tiene previsto instalar en Estados Unidos (dentro de unos meses abrirá sede en Miami y Houston).

Una de sus mayores adjudicaciones en 2007 ha sido la autopista mexicana Nexaca-Tihuatlán, proyecto en el que invertirá más de 400 millones

También ha obtenido una ampliación de cinco años en su concesión para la explotación, que se inició en 1989, del túnel de Sóller.

Perfil de operador

La prioridad actual de Global Vía es, según su presidente ejecutivo, Jesús E. Duque Fernández del Rivero, concluir la incorporación al grupo de las infraestructuras aportadas por los socios fundadores, reordenar y reorientar la cartera de participadas, y hacerse cuanto antes, vía adjudicación o vía compra, con la concesión de una autopista madura (se entiende por tal la que ha consumido ya una parte importante del periodo otorgado para su explotación) en EE UU.

Aunque los analistas y la banca de inversión valoran en general más en las sociedades que operan en este sector el que sean titulares de concesiones jóvenes, y por tanto con largos periodos de explotación por delante, Global Vía persigue hoy una incorporación de autopistas terminadas y maduras. La razón, según explica Duque, es incrementar con celeridad el currículo de la sociedad -algo que es muy importante para concurrir a adjudicaciones de infraestructuras de transporte en todo el mundo y en especial en el mundo anglosajón- como operador comercial, y no sólo como constructor, de este tipo de concesiones.

Una estrategia que enlaza con la prevista reorientación de su actual cartera hacia la explotación más que hacia la construcción de infraestructuras y hacia la toma de participaciones de control en las distintas sociedades en las que figura o la salida de las mismas. "Preferimos una cartera de autopistas, ferrocarriles o aeropuertos más pequeña, pero en la que Global Vía", que ocupa hoy un quinto lugar en la clasificación mundial de concesionarias de infraestructuras que elabora Public Work Financing, "tenga el control de la gestión de cada una de ellas", explica su presidente ejecutivo.

Global Vía Infraestructuras se constituyó el 29 de enero con un capital social de 250 millones y participaciones en 11 concesionarias de autopistas y túneles de peaje; en siete concesionarias de autopistas de peaje en sombra (la Administración paga un canon a la concesionaria según el tráfico); en siete concesiones de transporte ferroviario urbano (metro, metro ligero y tranvías); en cuatro puertos deportivos y tres puertos industriales; en dos aeropuertos, y en dos hospitales. La idea de los dos socios fundadores es replicar con Global Vía la estrategia que han seguido con la inmobiliaria Realia y sacarla también a cotizar en un horizonte de cinco a siete años.

GVI quiere incrementar antes su tamaño (los planes iniciales son multiplicar su dimensión actual por tres y alcanzar una valoración de unos 3.500 millones de euros) e incorporar un socio financiero, aunque su búsqueda ha dejado de ser una prioridad en este momento para FCC y Caja Madrid, con una participación que podría oscilar entre un 10% y un 20%.

La estrategia de desarrollo y de creación de valor de Global Vía, según Duque, está basada en la expansión geográfica y sectorial, a través de concesiones existentes o de nuevas licitaciones de infraestructuras en concesión. Sus países objetivo son, aparte de España y Portugal, los de la OCDE, con especial énfasis en Reino Unido, Irlanda, Canadá, México y EE UU.

Una de las adjudicaciones más importantes logradas por GVI en 2007 ha sido la autopista mexicana Nuevo Nexaca-Tihuatlán, proyecto en el que invertirá más de 400 millones de euros. Ha incorporado también en el último año una autopista en Irlanda (la M-50 que circunvala Dublín), otra en Madrid, ha logrado reactivar el proyecto de una anterior concesión en Costa Rica y se ha hecho con un nuevo centro hospitalario.

Las tres autopistas que se le han adjudicado en 2007 suponen una inversión de 880 millones, con un desembolso inicial de 65 millones y otro comprometido y pendiente para 2008 a cuenta de las concesiones que hoy integran su perímetro corporativo de 10 millones. En este momento tiene en estudio, además, media docena de proyectos de construcción y explotación de infraestructuras, y analiza la viabilidad de otros 26.

El primer aniversario de Global Vía puede coincidir con el posible relevo de uno de sus principales promotores, el consejero delegado de FCC, Rafael Montes. La mayor accionista del grupo, Esther Koplowitz, ultima estos días la contratación como primer ejecutivo de FCC de Baldomero Falcones. Montes, que lleva 40 años en la compañía y está en edad cercana a la jubilación, probablemente sustituirá en la presidencia no ejecutiva de FCC a Marcelino Oreja.

Global Vía tiene una concesión para la explotación de la Autopista Central Gallega de 75 años de duración.
Global Vía tiene una concesión para la explotación de la Autopista Central Gallega de 75 años de duración.

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