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Entrevista:ALMUERZO CON... CLAUDIO FAVA

"Hay dos niveles de verdad: la de verdad y la que nos llega"

La cita es a la una menos cuarto. Llega con media hora de retraso. "¿Estabas esperando?", pregunta sin más explicaciones. Claudio Fava, el eurodiputado socialista italiano que investiga los vuelos de la CIA, es un hombre de pocas concesiones. Sonríe lo justo y no trata de agradar ni persuadir. Su propio convencimiento, sin embargo, convence. Fava volvió a salir a la palestra hace unos días en Estrasburgo para pedir que se investiguen "los indicios muy concretos" que apuntan a que Ucrania albergó una de las cárceles secretas que EE UU utilizó para encerrar e interrogar a sospechosos de terrorismo en nombre de "la guerra contra el terror".

El diálogo lo mantenemos en el comedor de los eurodiputados de la Eurocámara en Bruselas, algo más pretencioso que la cantina del edificio en la que come el resto de los trabajadores. Nada de aperitivos ni demás fuegos de artificio: Fava pide sendos vasos de vino tinto y lenguado con guarnición y entra directo al asunto. "El silencio del Consejo Europeo ha sido contundente".

El eurodiputado italiano investiga los vuelos secretos de la CIA

No se puede creer que las instituciones comunitarias hayan pasado página después de un año de investigaciones de la Eurocámara y de que en su informe identificara 1.245 vuelos de la CIA que sobrevolaron Europa y señalara con el dedo a varios países de la Unión por su complicidad en el secuestro de al menos 21 sospechosos de terrorismo y su traslado a cárceles secretas, donde se les interrogó en ocasiones bajo tortura.

Este siciliano, que ha dedicado gran parte de su vida a luchar contra la Mafia, la organización criminal que segó la vida de su padre en 1985, confiesa que el asunto de los vuelos de la CIA y la reacción de los Gobiernos europeos le ha enseñado mucho sobre la mecánica del poder.

"Es como si hubiera dos niveles de verdad", dice. "Uno, el de la realpolitik que ejercen los gobernantes con total soberanía, sin rendir cuentas a nadie. Y otra verdad, la que nos llega a los demás, la de las declaraciones políticas, la que pide la libertad para la líder de la oposición birmana Aung San Suu Kyi. Son como juguetes para niños que nos dan para que juguemos".

Suena el móvil y lo coge. Pasa de su castellano más que decente al italiano, se explaya con su interlocutor e ignora a su comensal. Probablemente ni se da cuenta de que en la era previa al reinado del móvil ese gesto hubiera sido de mala educación. Cuelga y vuelve a la comida. "Europa vive acomplejada y no se atreve a ofrecer a EE UU una visión del mundo diferente, la de Cesare Beccaria frente a la de la Administración de Bush". Aun así, Fava cree que dedicarse a la política europea merece la pena. Pertenece a la tribu de los idealistas asentados en el posibilismo que trabajan en Bruselas. "Por lo menos aquí la política se hace en el Parlamento, no como en Italia, en las terrazas de Roma, en los pasillos...".

Llega el café y habla de su afición al cine. Guionista desde hace años, estrenará pronto en Italia Il capo dei capi, una película para televisión sobre la Cosa Nostra. Charla también de política y de periodismo, su antigua profesión que todavía a veces le llama. Pero el reloj corre y la cita termina. Fava tiene que llegar a tiempo al aeropuerto. Como la mayoría de los eurodiputados, vive montado en un avión. Con razón, su hijo de tres años piensa que su padre es piloto.

Parlamento Europeo. Bruselas

- Dos vasos de vino: 10 euros

- Filete de ternera con guarnición: 24,50 euros

- Lenguado: 20 euros

- Dos cafés: 3,20 euros

TOTAL: 57,70 euros

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