Lapo Elkann regresa a Turín pero no a la Fiat
Los Agnelli acogen al nieto que estuvo a punto de morir por drogas pero le excluyen del negocio
Lapo Elkann, nieto del difunto patrón de Fiat Gianni Agnelli, ha vuelto a Turín para empezar una nueva vida. En una entrevista publicada ayer en Vanity Fair, revive la noche de diciembre de 2005 en la que cambió su vida: fue hospitalizado por consumir una cantidad excesiva de cocaína en compañía de cuatro transexuales. Después de lo ocurrido, Lapo, que en esa época era responsable de la promoción de marcas de Fiat, fue alejado de la empresa y de la ciudad. Durante año y medio vivió en Nueva York donde frecuentó la Meadows, una clínica para recuperarse de su adicción. En este centro se cruzó con Kate Moss.
En poco tiempo pudo reconstruir su imagen deteriorada por el escándalo gracias a su capacidad de comunicador. La prensa estadounidense le adora y allí creó su nueva empresa de gafas, Italian Indipendent, que ya cuenta con tiendas exclusivas en todo el mundo.
Sin embargo, la vuelta a Turín no ha sido indolora. La Fiat le ha cerrado las puertas. El administrador adjunto Segio Marchionne se negó a aceptarlo: "Él es quién manda en la empresa, yo soy un accionista. Hay que saber asumir estas decisiones y mirar hacia delante", dice Lapo a Vanity Fair. Tampoco fue invitado al estreno del Fiat Cinquecento, el coche en el que trabajó con su equipo durante mucho tiempo. "Fue triste", comentó, "aprecio todos los coches de Fiat, pero a éste lo amo".
A pesar de la ruptura con Fiat, la relación con la familia es buena. "Ellos son más importantes para mi que la empresa. Para mí es mucho más importante mi hermano que la Fiat", dijo Lapo acerca de su hermano John Elkann, director del grupo automovilístico. Sólo puso una excepción su madre Margherita, que batalla por la herencia del abuelo Agnelli: "Para ella no hay sitio".
