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"Canto igual en una taberna que en un auditorio", dice Cesária Évora en Girona

Girona no tiene mar, pero la mirada de Cesária Évora parecía ayer buscar una orilla, llena de nostalgia. Conocida popularmente como la diva de los pies desnudos, Cesária aún va descalza, pero no tiene nada de diva. La reina de las mornas y la saudade atlántica es toda generosidad. Cariñosa y cómplice con sus músicos, atenta a que no les falte de nada, bajo su aire maternal también se adivina una Cesária firme, independiente, poco amiga de las adulaciones, amable pero directa. Fuma sin cesar y se mesa los cabellos, haciendo sonar el cargamento de joyas y abalorios con los que se adorna. Anillos, collares, brazaletes, medallas de santos a los que encomendarse: santa Bárbara, o la Oriundina morena de los criollos. Cesária es una persona religiosa, animista.

"Me crié en un orfanato católico y siempre pido a Dios por mi gente, por mis islas, y me escucha". Anoche actuó en el Festival de Músicas Religiosas de Girona, delante de la catedral y de su escalinata barroca. Eso sí, dice que no le impresionan para nada los escenarios majestuosos. "Mi sentimiento al cantar es el mismo, ya sea en una taberna o en un gran auditorio".

A punto de cumplir 66 años, Cesária sale a cantar como si fuera cada día la primera vez. "No hay rutina en mi voz, cada vez tengo que concentrarme más, pero lo doy todo para el público".

Ella es la reina de la morna, el canto tradicional de su Cabo Verde natal, el melancólico hermano del fado portugués, el lamento de los esclavos angoleños. "La morna no cambia, es inalterable. Pueden cambiar los cantantes, pero la morna es la misma", aseguró Cesária. Un género musical que vuelve a explorar en las canciones de Rogamar, su último álbum. Rogamar significa 'rogar al mar', esa presencia omnipresente en la voz y en la biografía de la cantante. Cesária reza y pide al mar, implora bendiciones para su tierra y para sus gentes, pescadores, marineros e inmigrantes. "La inmigración ha traído riqueza, los que se van envían dinero a los que se quedan, pero nunca olvidan las islas". El mar de nuevo, siempre el mar. "Nos mantiene unidos, nos hermana a los isleños, es nuestro espíritu".

La cantante no se plantea ahora nuevos retos ni tiene proyectos discográficos a la vista. "Me dejo guiar por mi productor, José da Silva". En Rogamar hay colaboraciones de Chambao e Ismael Lo. La experiencia "ha ido muy bien, hemos hecho buenas migas", afirmó la cantante, que está embarcada en una gran gira por Europa. Antes de actuar en Girona ha estado en Francia, donde es toda una estrella y el fin de semana estará en Milán.

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