Padrinos
La investigación de la fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña a la ONG Intervida, por haber destinado al menos 45 millones de euros a empresas con las que supuestamente se estaban enriqueciendo sus fundadores, pone de nuevo en el punto de mira el control de las organizaciones sin ánimo de lucro en España. Este caso sucede, además, sólo unas semanas después de que se produjese la detención del responsable de otra ONG, Anesvad, acusado de apropiación de fondos.
El dinero era obtenido por Intervida de las aportaciones de unas 360.000 personas que pensaban que estaban apadrinando niños de países en desarrollo, tal y como anunciaba la ONG y les hacían creer mediante la entrega de fotografías del niño apadrinado y el envío periódico de dibujos presuntamente realizados por ese mismo pequeño. Intervida ha negado mediante un comunicado que exista cualquier irregularidad, aunque es llamativo que ninguno de sus responsables haya querido hasta el momento dar la cara para defender su gestión.
La investigación fue iniciada hace cuatro años, centrada en España, Perú y Guatemala, lo que hace pensar que no resulta sencillo descifrar el entramado creado por la ONG para desviar fondos. Cabe esperar que tanto las comunidades autónomas como el Gobierno ejerzan un control más exhaustivo de este tipo de organizaciones. Y es inaceptable tanto esta supuesta estafa en nombre de la cooperación internacional como el daño moral, por una parte, a los ciudadanos que estaban convencidos de estar ayudando a niños de los que guardan la foto en casa y, por otra, a la credibilidad de otras muchas ONG que realizan un duro, encomiable y transparente trabajo social.