_
_
_
_
_

Un general leal al monarca

El general Sondhi Bonyaratkalin se convirtió en el primer musulmán en ocupar el cargo de comandante supremo de las Fuerzas Armadas tailandesas, en septiembre de 2005, cuando se agudizaba el conflicto de las tres provincias sureñas de mayoría musulmana. Sondhi nació en 1946 en una prestigiosa familia en cuyo linaje se cuentan prominentes tailandeses musulmanes. Uno de ellos, hace más de 200 años, fue el primer líder espiritual musulmán del país. La madre del general fue camarera real.

El recién nombrado jefe del Consejo para la Reforma Democrática bajo una monarquía constitucional, nombre adoptado por la junta militar que gobierna Tailandia desde el golpe del martes, se graduó en la Real Academia Militar de Chulachomklao en 1969 y completó su formación en Estados Unidos.

Más información
Tailandia bloquea el acceso a YouTube por un vídeo que se burla del Rey

Su proximidad al monarca tailandés, Bhumibol Adulyadej, nunca ha sido un secreto. De hecho, desde que comenzaran las protestas en las calles de Bangkok contra el depuesto primer ministro, Thaksin Shinawatra, se le ha considerado portavoz del sentir de la casa real. El pasado abril, tras la anulación de las elecciones, declaraba que los problemas del país "habían entristecido" al monarca y que, "como soldado de su majestad", le gustaría ayudarle a liberarse de su preocupación. También aseguraba entonces que el Ejército se "adheriría estrictamente" a los consejos que el rey diera al respecto. Una declaración que hoy se revela una premonición, a la vista del respaldo real al golpe militar. El relevo, en julio, de varios comandantes leales a Thaksin también se interpretó como una medida de precaución para evitar un posible golpe favorable al ex primer ministro.

Sus diferencias con Thaksin han sido evidentes en sus dispares actitudes ante la violencia separatista que desde hace dos años acosa el sur del país -el 95% de los 65 millones de tailandeses son budistas- y que se ha cobrado ya entre 1.400 y 1.700 víctimas. El último acto de violencia tuvo lugar el pasado fin de semana en Hat Yai, en la provincia de Songkla, un popular destino turístico de malayos e indonesios. En el atentado, el primero aparentemente dirigido contra el turismo, murieron cuatro personas, entre ellas un canadiense, y otras 72 resultaron heridas. Frente a la represión de Thaksin, Sondhi abrió la posibilidad de negociar con los líderes insurgentes.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_