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El presidente del CRL cuestiona con crudeza la utilidad pública de la institución

El responsable del CES se suma a las críticas de Martín Auzmendi en el Parlamento

Pedro Gorospe

Los presidentes del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), Martín Auzmendi, y del Consejo Económico y Social (CES), Antxon Lafont, coincidieron ayer en cuestionar frontalmente la utilidad pública de ambos órganos consultivos, ante la práctica imposibilidad de que los representantes sindicales y empresariales presentes en ellos lleguen a acuerdos. Ambos expresaron esa crítica de fondo a las organizaciones que presiden en su comparecencia oficial en el Parlamento vasco. Auzmendi calificó de "francamente decepcionante" que en 25 años de funcionamiento el CRL sólo haya consensuado seis asuntos: de ellos, tres son informes interconfederales sobre precariedad laboral, salud y empleo. Lafont volvió a recordar el funcionamiento deficiente del CES y afirmó que mientras su presidente sea "un florero, el CES también lo será".

Los informes previos de estos dos órganos creados por el Parlamento son preceptivos antes de aprobar una ley. Sin embargo, de las 20 ocasiones en que el Gobierno tenía que haber solicitado su opinión, sólo lo ha hecho en ocho, dada la inoperancia de ambas. El presupuesto del CRL para 2006 es de 2,6 millones de euros y el del CES de dos. Cada informe que no se aprueba por desacuerdo entre sus miembros y va a la papelera cuesta 70.000 euros, recalcó Lafont.

La adopción de los acuerdos se hace por mayoría simple de cada una de las partes -patronal y sindicatos, en el CRL; en el CES, además de estos dos grupos, hay otro formado por diversas asociaciones-. Ese sistema confiere a la mayoría de cada grupo el derecho de veto. Es decir, un informe sólo se aprueba si la mayoría simple de la patronal da su aprobación y además lo hace la mayoría simple de la parte sindical. Quien ostenta la mayoría en alguno de los grupos puede bloquear todos los acuerdos. Es esta práctica habitual la que ayer volvieron a deplorar los máximos responsables de ambas entidades.

Auzmendi señaló que las instituciones están para cumplir sus objetivos, pero que la aportación del CRL a las relaciones laborales y como órgano de encuentro entre la patronal y los sindicatos es "francamente lamentable". En un tono muy crítico concluyó asegurando que "lo que ha pasado en estos 25 años desmiente la afirmación de que el CRL es insustituible".

Sin embargo, Auzmendi evitó proponer reformas internas para hacer viable el CRL, algo que sí hizo Lafont. El presidente del CES estimó que el organismo que preside tiene mucho que aportar como "consejero de la sociedad política en debates de futuro". Negó, sin embargo, su capacidad para informar sobre un proyecto de ley en el plazo de un mes. Entre otras cosas, censuró, porque muchos de los especialistas que contratan como consejeros las partes "no son expertos en nada". "Entran más como un premio, que por su conocimiento", dijo.

Una fórmula para salir del atasco sería "modular el veto" -que se necesiten dos grupos, en vez de uno, para bloquear la aprobación de un informe-. El presidente del CES, que sigue sin cobrar por el cargo por decisión propia, propuso reformar la institución para dar entrada en su seno a colectivos de inmigrantes, minusválidos y mujeres.

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Patronal y sindicatos

El secretario general de la patronal vasca Confebask, Jon Bilbao, fue el único de los comparecientes que se mostró razonablemente satisfecho por la existencia del CRL y el CES pues, aunque no haya acuerdos, obligan a los agentes sociales a seguir viéndose "aun en momentos difíciles".

Los sindicatos UGT y CC OO solicitaron que se suprima "el derecho de veto" de las mayorías: Confebask por un lado y ELA y LAB por otro.

Eduardo García, de CCOO, apostó por mantener órganos de negociación entre las partes, aunque no nombró, premeditadamente, ni al CRL ni al CES. ELA achacó a la dinámica de lucha de intereses el mal funcionamiento de ambos consejos.

LAB estimó "una regla de oro no emitir ningún informe sin acuerdo de la mayoría sindical". Para esta central el inmovilismo patronal es la causa del enfrentamiento.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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