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LAS SECUELAS DE LA MOCIÓN DE CENSURA EN GIBRALEÓN

Queja de Mar Moreno por el trato a dos diputados

La presidenta del Parlamento andaluz, Mar Moreno, dictó ayer una resolución para rechazar y expresar su queja por el tratamiento que el vicepresidente de la Cámara, el popular Matías Conde, y el diputado del mismo grupo José Luis Gutiérrez recibieron de las fuerzas de seguridad en la moción de censura de Gibraleón. Moreno emitió la resolución tras conocer oficialmente lo ocurrido de la boca del propio Conde durante una reunión de la Mesa del Parlamento.

"Sin que sea mi función analizar los hechos denunciados", dice el texto, "esta presidencia resuelve reconocer y recordar la dignidad del cargo de diputado" de ambos, "así como su derecho a un tratamiento adecuado y respetuoso que permita en todo momento el libre ejercicio de su función parlamentaria, expresando mi queja por cualquier vulneración que de dicha condición pudiera haberse producido".

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La presidenta también ha pedido información a la Delegación del Gobierno sobre las actuaciones de la Subdelegación del Gobierno de Huelva y la Guardia Civil, "todo ello en el marco del debido respeto y consideración que merece el Parlamento de Andalucía".

A la reunión de la Mesa de la Cámara le siguió la convocatoria extraordinaria de la Junta de Portavoces, a iniciativa del PP, quien pretendía que los incidentes fueran debatidos en un pleno. Ningún grupo apoyó este requerimiento, pero tanto PA como IU se mostraron partidarios y "solidarios" con una condena unánime al "trato vejatorio" de Rodríguez y Conde, ya que estimaron que lo sucedido es una falta de respeto "intolerable" a "representantes del pueblo andaluz".

La resolución no prosperó. El portavoz socialista, Manuel Gracia, aunque dijo que su partido cree "censurable y rechazable" la actuación de las fuerzas de seguridad, apostilló que habrá que averiguar los hechos: "No procede que se rechace algo que no se sabe si fue o no trato vejatorio". Las palabras del socialista molestaron sobremanera a los representantes populares, quienes llegaron al punto del escándalo cuando Gracia se refirió a las fotografías que había esgrimido con anterioridad en su turno el portavoz popular, Antonio Sanz. En las imágenes, de gran tamaño, se veía a Conde con el jersey subido hasta el pecho y en el suelo en el momento del desalojo del Ayuntamiento, "arrastrado y con las ropas descompuestas", describió el propio Sanz.

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Fotografías

"Las fotografías admiten múltiples interpretaciones", señaló Gracia, quien dijo que Conde podría haber sufrido un desvanecimiento. "Por eso lo que hay que hacer primero es pedir un informe al Delegado del Gobierno".

Antonio Sanz replicó visiblemente enfadado que Matías Conde había recibido "golpes y contusiones" por indicación expresa, sugirió, de la Subdelegación del Gobierno. También dijo que este tipo de actos "pisotean la dignidad" del Parlamento y acusó a la presidenta de la Cámara de conducirse con "tibieza" y no estar a la altura de las circunstancias. En un tono más grave lamentó su decepción personal por la postura socialista, que "ni siquiera por compañerismo y sentido de la institución ha tenido la dignidad de condenar este acto". "Yo hablo desde la emoción personal", enfatizó dando muestra de su desazón, "hemos visto imágenes terribles y no hemos visto corazón en las filas del PSOE".

Cuando terminó la reunión, Matías Conde, sentado a la diestra de Mar Moreno por su condición de vicepresidente, se levantó muy acalorado y se acercó Gracia para reprocharle que pusiera en duda su testimonio. A partir de este momento se entabló una encrespada discusión, seguida en directo por los medios de comunicación, en las que ambos cruzaron preguntas y regaños.

El PP repartió un video, cuya visión no autorizó la presidenta en la sala, en el que se ve como la Guardia Civil desaloja en volandas a los políticos y vecinos que ocuparon el pleno de Gibraleón.

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