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Corinne Maier vuelve a llamar a la desobediencia en su nuevo libro

La escritora suiza Corinne Maier, autora del éxito editorial Buenos días, pereza, en el que ofrecía fórmulas para escaquearse en el trabajo y con el que en su momento creó gran revuelo, regresa a las librerías con otro libro igual de provocador, Preocuparse es divertido (Península), en el que trata de acercar al público al psicoanálisis en un tono ligero.

La autora, que compagina la escritura con un trabajo a tiempo parcial en la compañía eléctrica de Francia, ilustra el caos de la sociedad contemporánea gracias a su experiencia como psicoanalista, y lo hace a través de los enfoques de Freud y, principalmente, de Jacques Lacan, a quien Maier confiesa admirar.

A través de arquetipos como el loco, la histérica, el héroe, el cínico y el santo, entre otros, así como de algunos casos clásicos freudianos, como el hombre de los sesos frescos, la escritora intenta esclarecer el significado del psicoanálisis y establecer los prototipos de la cultura europea.

"Lo que intento con esos paradigmas es que el lector pueda reconocerse en ellos y a su entorno, y divertirse a costa de sí mismo y de los demás", indica. La obra, que en Francia lleva como titulo El diván es divertido, plantea cuestiones esenciales como la locura, la felicidad o el deseo sexual. Según la escritora, "todos somos casos clínicos y el psicoanálisis ayuda a comprenderse a uno mismo y a vivir mejor".

"El psicoanálisis quiere ser el caballo de Troya de una ciencia que excluye la cuestión del inconsciente y aspira a ser su antídoto. Podría ser que el discurso crítico del psicoanálisis terminara poniéndose de moda ahora que las consecuencias del discurso científico generan una creciente preocupación", escribe Maier en

Descartes, la ciencia (uno de los textos del libro), y continúa: "El entusiasta proyecto de la ciencia no cumple todas sus promesas, ni mucho menos; por ejemplo, nunca se habían consumido tantos medicamentos como ahora, lo cual demuestra que queda aún mucho por hacer para combatir las enfermedades mentales y la depresión...".

Goce y libertad

La escritora, para quien "psicoanalizar es un acto de creación", no cesa de plantear preguntas controvertidas en los nueve capítulos que completan la obra. "¿Es compatible el goce con la libertad?", se pregunta en el ensayo Con Sade. La libertad sexual en cuestión, y como es característico en su anterior obra, responde con descaro: "Nuestra sociedad es permisiva, sí: las fotos del artista Mapplethorpe, que adoraba fotografiar sexos masculinos, han sido elevadas a la categoría de obra de arte, que ya es decir".

En definitiva, el psicoanálisis "no resolverá tus problemas, pero ayuda a que la gente conozca sus deseos y, en consecuencia, sea menos obediente, lo que va en desacuerdo con el sistema actual de la sociedad".

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