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Las indiscreciones de una princesa

Las indiscreciones sobre varios miembros de la familia real británica atribuidas por una publicación británica a la princesa Michael de Kent amenazan con crear una nueva polémica en el Reino Unido, donde la aristócrata es escasamente popular. Un reportero camuflado de jefe árabe, que simuló su interés en comprar la casa valorada en nueve millones de euros que tiene la princesa en el condado de Gloucestershire, tendió una trampa a la aristócrata, de origen austriaco y casada con un primo de la reina Isabel II. Y News of the World, que asegura haber grabado sus palabras, revela con pelos y señales las indiscreciones, que afectan a la princesa Diana de Gales, a Camila y a la propia reina. Según la versión del periódico, Carlos eligió a Diana tan sólo para tener un heredero, ya que estaba sometido a fuertes presiones de la prensa y del público y como no podía casarse entonces con la mujer a quien amaba realmente, Camila, decidió casarse con "un útero". La aristócrata le dijo al supuesto jeque, mientras le mostraba su mansión, que Diana estaba realmente enamorada de Carlos y que si éste la hubiese amado, aquélla no se habría vuelto la mujer amargada en que se tornó hacia el final de su vida. Preguntada si Carlos había sido "cruel" con Diana, la aristócrata lo negó: "La trató con cariño. Pero ella se volvió desagradable porque no podía comprender por qué [Carlos] no la amaba como el resto del mundo. Él estaba muy celoso de ella porque era como una superestrella". Sobre el segundo matrimonio de Carlos, con Camila, la princesa Michael de Kent le dijo al supuesto árabe que a la reina le seguía resultando difícil aceptarlo. También especuló con la posibilidad de que Isabel II superase, como su madre, los cien años, con lo que el príncipe Carlos tendría cerca de ochenta cuando heredase el trono, y predijo que ése no abdicaría, sin embargo, a favor de su primogénito. El rotativo, que califica de traidora a la aristócrata, recuerda que el príncipe Michael de Kent y su esposa disponen de habitaciones en el palacio de Kensington, de Londres, subsidiadas por la propia reina con 175.000 euros al año. Para justificar la venta de su propiedad de Gloucestershire, la aristócrata le dijo al falso jeque que ella y su marido no eran tan ricos como supone la gente. "A mi marido no le pagan nada por el trabajo que hace. No podemos permitirnos tener dos casas", señaló.-

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