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7.000 enfermos se quedan sin ambulancia en el primer día de huelga en el sector

Los trabajadores incumplieron los servicios mínimos impuestos por Sanidad

Oriol Güell

Más de 7.000 pacientes de la sanidad pública y privada se quedaron ayer sin ambulancia en la primera jornada de huelga del sector, que tuvo un seguimiento masivo y en la que los servicios mínimos fijados por la Consejería de Sanidad -el 100% en la mayoría de los servicios- fueron incumplidos. La huelga, que hoy tiene su segunda jornada, continuará la semana próxima -de martes a jueves- y pasará a ser indefinida el día 28. Están convocados al paro los 950 empleados y 500 vehículos de las 16 empresas del sector privado de ambulancias, el 85% de las cuales atienden a la sanidad pública mediante concierto.

El taxi o el coche de familiares y amigos de los pacientes fue el medio de transporte utilizado por los enfermos, ante la falta de ambulancias. Los traslados urgentes fueron atendidos en algunos casos por los propios huelguistas, que accedieron a realizar los que consideraron "justificados". En otros casos, fueron el Samur o el Summa los que realizaron los traslados, ya que no estaban convocados a la huelga por ser de titularidad pública.

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"Los taxis están saturados y he tenido que pedir ayuda a un conocido que hoy trabaja por la tarde y me ha podido ayudar. La vuelta no sé cómo va a ser, pero al menos hoy hemos logrado llegar. ¿Alguien me puede decir quién es el responsable de esto? ¿Qué podemos hacer las personas afectadas?", se preguntaba la madre de una enferma una carta enviada a la Asociación El Defensor del Paciente (Adepa).

CC OO y UGT, los sindicatos convocantes, cifraron por encima del 90% el seguimiento de la huelga y responsabilizaron a Sanidad del incumplimiento de los servicios mínimos. "Nosotros estábamos dispuestos a negociar unos mínimos razonables. Propusimos hacer los traslados urgentes y aquellos que estuvieran justificados. Pero Sanidad contestó imponiendo unos mínimos de casi el 100%, lo que minaba el derecho de huelga de los trabajadores. Al final, Sanidad ha conseguido que los trabajadores se negaran a cumplirlos", explicó David Jabato, de CC OO.

Sanidad decretó unos servicios mínimos del 100% en traslados urgentes y de enfermos programados para tratamientos como diálisis, quimioterapia, rehabilitación u otros. En el resto de servicios, como el traslado de enfermos entre hospitales o el regreso a casa de los que reciben el alta hospitalaria, los mínimos eran del 50%.La patronal del sector, Ametra, admitió que la "incidencia" de la huelga estuvo por encima del 90%, pero la atribuyó a los "piquetes" y al "miedo" de los trabajadores a circular con las ambulancias. Según Ametra, el seguimiento de la huelga entre los empleados fue "casi nulo", ya que la mayoría acudió a sus puestos de trabajo, aunque luego no trabajara.

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Los hospitales públicos de la región se quedaron ayer sin el característico color amarillo limón de las ambulancias. En el hospital Clínico, por ejemplo, las ambulancias realizan habitualmente unos 200 traslados, según los trabajadores de la Oficina de Transporte Sanitario. Ayer no fue realizado ninguno y los pacientes se procuraron el transporte por sus propios medios. "A esta hora", explicó un empleado a las dos de la tarde, "la sala de espera está llena, con 30 o 40 enfermos esperando su ambulancia para ir a casa. Hoy ya lo ves", dijo, señalando las butacas vacías de la estancia.

En las urgencias del hospital había ocho pacientes que no pudieron ser trasladados a otros centros porque las ambulancias solicitadas no acudieron, según los trabajadores. Una cifra similar de enfermos no pudo recibir el alta porque tampoco había vehículos para llevarles a casa. Todos ellos permanecieron ingresados en el hospital.

"La cosa no tiene más consecuencias porque es el primer día. Pero como la huelga se prolongue habrá problemas, porque no podrán liberarse camas para nuevos enfermos, lo que afectará a las urgencias y a las operaciones quirúrgicas programadas", explicaron fuentes del centro.

Sanidad admitió que este hecho se repitió ayer en los otros hospitales públicos de la región, pero no ofreció cifras del número de pacientes afectados.

En el hospital 12 de Octubre, casi todos los pacientes de diálisis llegaron tarde por culpa de la huelga y los 12 del turno de mañana lo hicieron por sus propios medios. "No ha llegado ninguna ambulancia. El que ha podido ha venido con taxi y el que necesitaba ayuda, con algún familiar", explicó un trabajador. En el hospital de día para enfermos de cáncer el impacto fue menor porque la mayoría de pacientes "ya vienen habitualmente por sus propios medios". "La huelga ha afectado a 10 de los 100 o 120 enfermos que atendemos al día", dijo un médico.

Enfermeras y médicos del hospital Ramón y Cajal también admitieron "que la huelga se ha notado, aunque no mucho por ser el primer día y porque los enfermos se han buscado la vida por su cuenta". "El problema vendrá en los próximos días, cuando no puedan darse altas o las familias ya no puedan traerles dos o tres veces a la semana", añadieron.

El taxista Tomás Barrio, que minutos antes de la una aguardaba en la parada de taxis del 12 de Octubre, fue uno de los que contribuyeron a aligerar los efectos de la huelga. "Sí que se nota más trabajo hoy en los hospitales. Normalmente en esta parada hay 10 o 12 coches haciendo cola y hoy no hay ninguno", afirmó.

Sanidad baraja imponer sanciones

Un portavoz de la Consejería de Sanidad declaró ayer tarde que este departamento "estudia con atención" el desarrollo de la huelga y que, una vez contrastados los datos de seguimiento, emprenderá medidas "de sanción u otras" contra las empresas por el incumplimiento de los servicios mínimos.

La huelga hace sentir sus efectos en los hospitales y en los domicilios de los enfermos. "¿Qué culpa tenemos nosotros de los problemas de los trabajadores con sus empresas? Esto nos causa un enorme trastorno a las personas que, además, estamos enfermas y no nos podemos valer por nosotras mismas. No tendré más remedio que recurrir a mi familia para que me traslade a hacerme la diálisis al hospital", se quejaba un paciente a la puerta de un hospital.

"Los trabajadores sabemos las molestias que causamos, pero han sido la patronal y la Consejería de Sanidad los que no nos han dejado otra alternativa", explicó Emilio Cardero, de UGT. "De verdad, ¿quién piensa que pueden continuar trabajando 10 u 11 horas al día por un sueldo de 850 euros?", añadió.

Los más de 200 trabajadores reunidos ayer en asamblea tenían claro que la primera jornada de huelga había sido un éxito y que están decididos a presionar para aumentar sus salarios base de 850 euros al mes. Exigen un aumento del IPC más dos puntos y un aumento lineal de 60 euros. La última oferta de la patronal se quedó en el IPC más dos puntos.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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