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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sobre la discriminación positiva

Por una vez estoy de acuerdo con la mayoría conservadora del Consejo General del Poder Judicial. Aunque creo que no lo estamos por los mismos motivos. Es inaceptable que el máximo órgano judicial del Estado, o, mejor dicho, sus miembros, rechacen o aplaudan un proyecto de ley dependiendo de su autor, y no de su contenido. Y esto vale también para los progresistas. Mientras los juristas y los políticos permanecen enzarzados en discusiones de sordos, siguen muriendo casi a diario mujeres a manos de sus parejas o ex parejas; hombres celosos y trastornados que, efectivamente, deberían ser más duramente condenados por estos asesinatos.

Nadie discute, creo, la necesidad no sólo de endurecer las penas, sino de mejorar sensiblemente la prevención. Es vital, por tanto, la aprobación de una ley integral contra la violencia doméstica, preferiblemente por tramitación urgente. Ese grave problema que es la violencia contra las mujeres no nos debe hacer olvidar, aun así, nuestros principios, derechos y libertades constitucionalmente garantizados. La concienciación general hacia el terrorismo permitió hace algún tiempo que el anterior Gobierno aprobara una ley coercitiva de la libertad de expresión. Si realmente es cierto que ha ganado el cambio, no toleremos que esto vuelva a ocurrir. La Constitución Española y la Carta Universal de los Derechos Humanos prohíben claramente la discriminación de cualquier persona por razón de raza, de color, de sexo, de lengua, de religión, de opinión política o de toda otra opinión de origen nacional o social, de fortuna, de nacimiento o de cualquier otra situación.

Una ley que penalice al hombre por amenazar a su mujer pero no al revés es discriminatoria por razón de sexo. La indignación general contra el terrorismo doméstico, que comparto, no justifica una ley que no solamente es inconstitucional, que lo es, sino que no respeta los derechos humanos.

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Quiero dejar claro que estoy totalmente de acuerdo con la aprobación de esta ley, de muy loable fondo. Pero con algunas modificaciones de forma. La realidad siempre supera a la ley. Y, desgraciadamente, la ley ha impuesto que la práctica totalidad de las víctimas de maltratos de pareja sean mujeres.

Es innecesario, por lo tanto, distinguir a la hora de legislar entre víctimas y verdugos según éstos sean hombres o mujeres. Esto último fue precisamente lo que dijo, no sé si lo que pensaba, el portavoz, conservador, del Consejo General del Poder Judicial. Y estoy de acuerdo con él. Sin que sirva de precedente.

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