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VISTO / OÍDO
Columna
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Zapatero, en San Antonio

"La primera verbena / que Dios envía / es la de San Antonio / de la Florida". El 13 de junio en Madrid: para ese día ha convocado Zapatero las elecciones europeas. No podía hacerlo antes. Tal como aparece la opinión pública, la caída del aznarismo se acentúa cada día, pero no sabemos hasta cuándo. Puede que para siempre, y que su partido se deshaga. Más fuerte y rico que el de Suárez, la UCD, no lo es, pese a lo pingües que han salido estos ocho años. Zapatero no habrá pasado aún los cien días de licencia para gobernar; a esta velocidad, no tendrá nada que hacer. Digo, de lo que se puede: de lo que no se puede hacer, él mismo se da cuenta. Supongo que el día de San Antonio gran parte de Europa se va a inclinar hacia la izquierda. Por ejemplo, Francia o Italia. España no es muy dada a votar en las elecciones europeas, como casi ningún país del continente: no lo ven claro. Yo tampoco: Europa está sin hacer, la constitución es, como todas, poco convincente: y cuando ve uno con qué afán se ha estado discutiendo si se incluía en ella la nota de que se ha formado del cristianismo, se comprende que la aparente locura hace presa en los políticos (cuando no es la oligofrenia, como en los aliados de Aznar), aunque no tanto como para aceptarla. No porque no lo sea en pequeña parte, pero no sé si más o menos que los grecorromanos, o que los philosophes de Francia y los afrancesados de España. Quizá menos que Bakunin, Marx y Voltaire.

Desde luego, san Antonio no. O no mucho. El pobre hombre de Padua tomó su nombre de san Antonio Abad porque le pasaba lo mismo que a él: tenían unas tentaciones sexuales tan fuertes que no podían dominarlas. Sufrían, como todos los hombres de Iglesia. Aquí, en Madrid, las modistillas van al Santo de la Florida -la ermita de Goya- y clavan un alfiler; dicen que el santo les busca novio en el día. Ya que él no pudo serlo de ninguna...

Desbarro: ya no hay modistillas, ni novios: ni santos. Hay elecciones europeas. Con muchos abstencionistas, como es la tradición. A pesar de todo, si votan "los que nunca votaron", como dice la despechada conservadora, se verá ratificada la repulsión al aznarismo. Pero esperemos a ver dónde llegará entonces la carrera de Zapatero.

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