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Dimite el director de Txagorritxu tras ser cuestionado por sus médicos

El director gerente del Hospital Txagorritxu, Andoni Urcelay, ha presentado su dimisión como máximo responsable del centro vitoriano después de ser cuestionado muy duramente por los médicos del mismo. Txagorritxu es el hospital más importante de Álava, con 430 camas y una plantilla cercana los 1.500 trabajadores, y uno de los más grandes del País Vasco.

En una actuación sin precedentes, una buena parte de los jefes de servicio del centro han remitido un informe demoledor a la dirección en el que critican su gestión, realizan un diagnóstico de los problemas del hospital y plantean una serie de soluciones. La ausencia de inversiones en más instalaciones y equipamiento tecnológico, la reducción de camas y la falta de sensibilidad de los gestores hacia sus inquietudes han animado a los jefes de servicio a dar este paso.

La carta fue enviada a la dirección el pasado 21 de enero y Urcelay ha notificado su dimisión a los profesionales esta misma semana, un mes después. El motivo central del documento suscrito por los jefes de servicio es expresar la "preocupación creciente" que siente la "mayoría" de los médicos por el "progresivo deterioro" de Txagorritxu en los últimos años. "De seguir la situación como hasta ahora", indican en la carta, a la que ha tenido acceso este periódico, "estimamos que en un tiempo inferior a dos años el hospital habrá llegado a una situación insostenible".

Enfermos mal atendidos

Entre los principales problemas apreciados por los profesionales médicos se encuentran la "inaceptable" política de cierre de camas seguida por la dirección. Txagorritxu ha pasado de rozar las 550 a las actuales 430.

Los cierres de camas ocurren de forma periódica y dictados "más por necesidades de ajuste de personal que atendiendo a las necesidades reales de los pacientes". "La táctica", explican los médicos en su misiva, "es cerrar por sistema para luego ir abriendo las áreas cerradas tarde y mal. Todo esto genera un caos de enfermos periféricos, atención deficiente por personal no diestro en asistir determinadas patologías y enfermos que pasan la noche en urgencias en una camilla y mal atendidos dada la saturación habitual en urgencias".

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Los profesionales también alertan sobre el déficit de inversión en equipamiento tecnológico, "arrastrado durante años", que ha llevado a una descapitalización que "pone en peligro" el progreso e incluso la continuidad de actividades asistenciales de importancia. Las consultas externas, añade el colectivo médico, cada vez aparecen más sobrecargadas en un espacio físico "inadecuado y escaso" con unas listas de espera para exploraciones e intervenciones quirúrgicas "literalmente inadmisibles".

La dificultad para afrontar la presión asistencial, denuncian los médicos, se agrava teniendo en cuenta que más personal se encuentra en condiciones laborales precarias.

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