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Protestas por la separación familiar de dos presos cubanos en Miami

Juan Jesús Aznárez

La hija de cinco años, nacida en EE UU, de René González, uno de los cinco cubanos presos en cárceles estadounidenses desde 1998 con cargos de conspiración y espionaje, no ha podido ver a su padre desde hace dos años y medio. Esa imposibilidad constituye un atropello legal y una vulneración de los derechos humanos, según denunció en México la esposa de González, Olga Salanueva, que fue deportada de EE UU a Cuba tras la detención de su marido. Salanueva se reunió con la oposición parlamentaria mexicana y recorrió durante nueve días los Estados de San Luis Potosí, Querétaro, México, Morelos y el Distrito Federal para condenar el proceso contra sus compatriotas.

Los cinco cubanos fueron juzgados en Miami y sentenciados a penas que oscilaban desde los 15 años y la cadena perpetua, acusados de preparar asesinatos y actos de terrorismo.

La separación de las familias no es admisible, según denuncian organismos de derechos humanos. La Corte de Apelación de Atlanta deberá definir en 2004 si acepta un nuevo juicio en una ciudad que no sea Miami, o si se revisan las penas. "Podría redundar en que sean absueltos, ya que los cargos por los que fueron acusados, y que no se comprobaron en el proceso por la fiscalía, se vendrían abajo", estima Salanueva.

Representantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Partido del Trabajo (PT) se reunieron con Salanueva y prometieron estudiar mecanismos de solidaridad. Ivette González tenía cuatro meses y medio cuando fue detenido su padre, al que intentaron presionar con la situación inmigratoria irregular de Salanueva, que finalmente fue deportada. "Desde que llegué a Cuba he solicitado una y otra vez la visa para ingresar en EE UU con mi hija menor. La primera se me otorgó y, cuando ya estaba haciendo las maletas, llegó la revocación", explicó en México.

Según Olga Salanueva, "hasta es peor el caso de Gerardo [Gerardo Hernández, condenado a dos cadenas perpetuas] y su esposa Adriana, el otro matrimonio. Hace cinco años que no se ven. A ella le niegan la visa también".

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