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Reportaje:

Hasbro ya no juega en España

MB cierra la planta de Valencia, con 515 trabajadores, para producir en China

Hasbro ha decidido jugar en otra cancha. MB España, filial de la multinacional estadounidense, ha anunciado el cierre de su planta de Riba-roja (Valencia) y el despido de 515 trabajadores. La producción se realizará en buena parte en China. La de Valencia será la decimotercera persiana que Hasbro ha bajado en el mundo desde 1988.

La dirección de MB apunta, para argumentar su decisión de cerrar, al cambio en los hábitos de juego en la infancia
Las reuniones entre dirección y comité de empresase centran en discutir la situación de la firma, sin abordar el empleo
El 80% de la producción de Valencia se desviará a los países asiáticos, principalmente a China, y el 20% restante lo asumirá Irlanda

En un año corriente, la planta valenciana de MB estaría concluyendo su temporada alta de fabricación a las puertas de la campaña navideña, en la que se concentra más del 70% del consumo anual de juguetes en España. Pero este año, los trabajadores no están para juegos: la dirección de MB España ha decidido cerrar su fábrica y abandonar así la fabricación propia de juguetes de plástico.

Esta planta, de hecho, es la última de producción de juguetes de Hasbro en el mundo tras el cierre, en 2000, de la factoría de Tijuana, en México. Con anterioridad, Hasbro había bajado la persiana en Reino Unido, Francia, EE UU, Alemania, Holanda, Nueva Zelanda y otra en México. Aún mantiene dos centros de fabricación, en EE UU e Irlanda, especializados en juegos de mesa. El resto de su oferta está subcontratada.

La intención de la empresa es que el 80% de la producción de Valencia se desvíe a los países asiáticos, principalmente a China, y que el 20% restante lo asuma Irlanda. "Los Reyes Magos se van a China", coreaban los trabajadores de la planta valenciana en la manifestación que realizaron esta semana como protesta contra el cierre.

MB España atribuye la decisión de cerrar la planta de Riba-roja a su "inviabilidad económica". Fuentes de la firma explican que a pesar de que la facturación de la planta aumentó en cinco millones de euros en 2002 en comparación con el ejercicio precedente y de que el resultado neto arrojó un beneficio de 1,75 millones de euros, "no tiene sentido hablar de facturación o de resultados de una fábrica que no vende al público" sino al resto de empresas del grupo. La firma defiende que la matriz en Estados Unidos centraliza la compra de materias primas, cuyo coste no se imputa a los resultados y que si se tuvieran en cuenta arrojarían unas pérdidas de 2,5 millones de euros en 2002. Con todo, la cuenta de la empresa desata el rechazo de la plantilla española, que insiste en los beneficios a nivel mundial de Hasbro y en que los datos económicos que ofrece la multinacional no justifican el cierre de la planta valenciana.

Cambio de hábitos

La dirección de MB también apunta, para argumentar su decisión, al cambio en los hábitos de juego en la infancia y una menor "popularidad" de los juguetes de plástico inyectado que se fabrican en Valencia (la planta produce figuras de acción, juguetes de preescolar y de manualidades), frente a una mayor demanda de productos con componentes electrónicos. También asegura que antes de decidir cerrar se estudiaron diversas opciones para aumentar la competitividad de la planta, en la que se han invertido 42,4 millones de euros desde 1999.

Las reuniones entre la dirección y el comité de empresa de momento se centran en discutir la situación de la firma. Aún no se ha puesto en la mesa propuesta alguna sobre las condiciones de los despidos. La Generalitat valenciana, de hecho, ha optado por la cautela en sus pronunciamientos hasta conocer el expediente de regulación de empleo, que aún no se ha presentado. Los partidos en la oposición, mientras, ya han exigido que el Consell defienda la continuidad de la planta y el empleo.

Hasbro es la única multinacional juguetera que fabricaba en España. Pocas firmas, además, tienen tanta mano de obra como la planta de MB, que en conjunto emplea a 515 personas, 289 fijos y 226 fijos-discontinuos. Los datos del sector indican que apenas una veintena de las poco más de 200 empresas que fabrican juguetes en el país cuenta con más de 51 trabajadores. La multinacional, en cualquier caso, mantendrá en Valencia una plantilla de 100 personas pertenecientes a Hasbro Iberia, una de las dos sociedades en las que se dividió MB España en 1999, y que se dedica a la comercialización de productos.

Más común es la subcontratación de producción en China. El país asiático es el que más productos del sector del juguete vende a España, y la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) estima que la industria juguetera absorbe alrededor de un 20% de las importaciones chinas a España. El presidente de AEFJ, Salvador Miró, explica que en China hay empresas especializadas en "fabricar para Occidente".

Miró defiende que hay componentes que no "se pueden fabricar" en España, "por precio". Una idea que dice tienen clara los fabricantes del sector en Inglaterra o Italia. También tiene claro que se debe lograr un producto "diferenciado del chino" con diseño, calidad o capacidad de reacción rápida ante la demanda del mercado.

Menos exportaciones

Otro de los caminos que el sector tiene a medio andar es el de la cooperación empresarial. Miró detecta que los buenos ojos con los que se ve la colaboración entre firmas se enturbian a la hora de decidirse a perder la personalidad jurídica. En ese campo, añade, "queda camino por recorrer". El responsable juguetero, en conjunto, cree que esta industria vive en España un momento de cambio y confía en la capacidad de adaptación de las empresas.

El sector no atraviesa, en cualquier caso, su mejor año de comercio exterior mientras que el mercado doméstico progresa adecuadamente. Los últimos datos que maneja la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) reflejan un descenso de las exportaciones en el primer semestre del año del 7,8% sobre el mismo periodo de 2002. Las compras al extranjero, por el contrario, han crecido un 4,2% en el mismo periodo. El sector atribuye el descenso exportador a la revalorización del euro frente al dólar y a la debilidad de las principales economías europeas. Por ello y a pesar de que el juguete enfila los meses más prósperos para una demanda muy estacional, la situación de Francia y Alemania hace prever que el balance final del año mantenga un descenso exportador.

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