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Asesinado a tiros el dueño de un bar en la calle Aribau de Barcelona

El agresor hirió también a una mujer que estaba con la víctima

Un hombre armado con una pistola disparó y dio muerte ayer al propietario del bar Tal & Cual en la calle de Aribau de Barcelona e hirió a la mujer que le acompañaba. El local abre por por las tardes y noches. Los hechos ocurrieron a las 8.30 horas, cuando el agresor, que se dio a la fuga, disparó contra M. N. M., de 42 años, y contra su acompañante, R. M., de 31, que resultó herida en un brazo. La policía cree que se trata de un caso de "enemistad personal".

Cuando los agentes del Cuerpo Nacional de Policía llegaron al local y acordonaron la zona, encontraron en el suelo al dueño del bar y, junto a él, a la mujer herida. Ésta, tras declarar, fue llevada al Hospital Clínico de Barcelona para ser atendida de heridas superficiales, aunque luego fue dada de alta.

La policía que investiga los hechos cree que se trata de un caso de "enemistad personal" y trabaja en la identificación del agresor con las informaciones aportadas por algunos vecinos. Podría tener una descripción de los rasgos físicos del homicida, pero no dará detalles para no perjudicar las investigaciones que lleva a cabo el grupo de Homicidios. El bar Tal & Cual está ubicado en pleno centro de Barcelona y funciona como un club nocturno. Tiene una clientela joven que a veces se queda en el local después del cierre.

Los vecinos más cercanos al bar no tuvieron mucho tiempo para reaccionar. Una dependienta de una panadería cercana dijo ayer a este diario que oyó ruido, pero no creyó que fuera nada grave porque ya está "acostumbrada" a oír peleas a esas horas entre la gente del bar. "Pensé que alguien había tirado una botella contra la persiana", dijo. A la dependienta de la panadería le llamó la atención la "tranquilidad con que la mujer prestaba declaración" ante los agentes desplazados al lugar del suceso. El portero de un edificio colindante relató que al propietario le habían disparado en la puerta y que el asesino había huido hacia la calle de Mallorca. Desde la calle era visible por debajo de la persiana la sangre que había perdido la víctima. El agresor la había pisado y en la huida había dejado las huellas de sus zapatos en la acera. Estos detalles eran analizados ayer por los investigadores.

Otra vecina se quejaba del aumento de la inseguridad en la zona. "Por la noche no se puede ni caminar por aquí. No es la primera vez que asesinan a alguien en esta calle", agregó, mientras recordaba el homicidio de un hombre de origen magrebí ocurrido hace tres años en esa misma calle.

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