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1.064 policías municipales ya patrullan a pie los 128 barrios de la capital

El edil de Seguridad apuesta por el "patrullaje preventivo" para reducir la criminalidad

Los 128 barrios con que cuenta la capital disponen desde el pasado miércoles de 1.064 agentes municipales dedicados exclusivamente a la policía de barrio. Hasta ahora, sólo 400 agentes ejercían esta actividad en unos 50 barrios de la capital. El concejal de Seguridad y Servicios a la Comunidad, Pedro Calvo Poch, defendió este modelo policial, ya que supone aumentar la seguridad de los ciudadanos a través de una mayor presencia de agentes en las calles. El edil del PP apostó por "el patrullaje preventivo" para reducir las tasas de delincuencia y criminalidad que sufre Madrid.

La llamada policía de barrio supone una copia adaptada del plan que puso en marcha el anterior director del Cuerpo Nacional de Policía, Juan Cotino, con la llamada Policía 2000. Supone que los agentes estén en mayor contacto con los vecinos de las zonas que les haya tocado patrullar. Para cumplir este objetivo, los agentes recorren a pie o en motocicletas de pequeña cilindrada tipo scooter las calles de la ciudad. Entre los cometidos de los agentes municipales están comprobar los posibles puntos de delincuencia, el cumplimiento de las ordenanzas oficiales y el acabar con los puntos conflictivos de la circulación.

El modelo de Juan Cotino fue especialmente criticado por todos los sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía, ya que supuso un notable incremento de las denuncias de delitos y faltas. De hecho, se retiraron agentes de la investigación para dedicarlos a labores de patrullaje y prevención. La Dirección General de la Policía adquirió un gran número de scooter que han estado aparcadas y acumulando polvo a las puertas de las comisarías ante la falta de agentes que las utilizaran.

Contacto vecinal

Los 1.064 agentes que integran esta policía de barrio estaban anteriormente destinados en coches patrulla, en vigilancia de edificios oficiales y otros en labores administrativas. Las órdenes que han recibido es que hablen con los comerciantes y las asociaciones de vecinos para conocer sus quejas y problemas. El agente deberá de intentar solucionárselos a la mayor brevedad o, si el caso no es competencia policial, pasarlo a otros departamentos municipales para que éstos los resuelvan. Los agentes trabajarán de lunes a viernes, distribuidos en turnos de mañana y de tarde.

Los policías destinados a estos servicios tendrán sus centros de trabajo en las denominadas unidades integrales de distrito, que son las comisarías de que dispone la Policía Municipal en cada uno de los distritos. En estos locales también se encuentran otros servicios de reciente creación, como las oficinas de atención al ciudadano o los agentes tutores. Estos últimos se dedican a recorrer los colegios de los barrios y hablan con los alumnos. De esta forma se quiere acabar con el absentismo escolar y detectar problemas de malos tratos o fracaso escolar, entre otros.

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El concejal de Seguridad, Pedro Calvo Poch, firmó la orden de distribución del personal el pasado miércoles. El edil señaló que de esta forma el PP cumple una de sus promesas electorales de "desplegar esta unidad en un periodo no superior a tres meses" desde su llegada al Ayuntamiento. Según Calvo, este nuevo modelo debe suponer un cambio en la cultura policial y fomentar el patrullaje preventivo.

El edil aseguró que las unidades de distrito se van a convertir en la primera oficina de contacto del Ayuntamiento con los ciudadanos y será a ellas a las que se dirijan las personas con problemas en demanda de determinados servicios, en especial los relacionados con temas de seguridad. "Los policías deben ser receptores de información y solucionadores de problemas a pie de calle. Este sistema, además, nos permite conocer e intervenir en tiempo real en los problemas de seguridad ciudadana", añadió Pedro Calvo.

Según fuentes del Ayuntamiento, la nueva forma de concepción de la Policía Municipal tiene como referente el ámbito administrativo del barrio y no del distrito, como ocurría hasta ahora. Esto incluye todos sus espacios de relación social como mercados, colegios, parques, comercios o locales, entre otros. La jefatura de la Policía Municipal conocerá diariamente las incidencias de cada barrio y el resultado de cada una de las intervenciones realizadas por los distintos turnos.

Las 21 comisarías de distrito con que cuenta la Policía Municipal disponen en la actualidad de 2.450 policías repartidos en función del número de habitantes del distrito y su índice de criminalidad, entre otros factores. De esos agentes, 1.064 se encargan de la policía de barrio. Los 1.386 restantes están destinados a labores de seguridad ciudadana o a atender los avisos que realizan los ciudadanos a través del 092 o del 112. La plantilla actual de la Policía Municipal está compuesta por unos 6.300 agentes, tras las incorporaciones masivas de los dos últimos años.

Centro, a la cabeza

Por distritos, la unidad integral de Centro es la que dispone de mayor número de agentes, con 230, de los que 108 se destinan a la policía de barrio. De hecho, es el único área municipal que supera el centenar de agentes dedicados a esta tarea. Otros distritos deben conformarse con unos 70 (Tetuán o Latina); 60 (Carabanchel, Salamanca, San Blas, Usera o Puente de Vallecas). Por contra, los menos favorecidos por ese reparto son también los que menor índice delictivo tienen: Vicálvaro y Villa de Vallecas, con 16 efectivos cada uno; y Barajas, con otros 20.

Un modelo heredado de María Tardón

El concejal de Seguridad, Pedro Calvo Poch, ha culminado un proceso iniciado por su antecesora en el puesto, la juez María Tardón. Esta edil independiente fichada por José María Álvarez del Manzano puso en marcha un modelo de policía que había fracasado en dos ocasiones anteriores, durante la etapa socialista y del CDS.

Juan Barranco, cuando estaba al frente del Ayuntamiento de Madrid, ya lo intentó, pero tuvo que desistir de la idea. Igual ocurrió en la etapa de Agustín Rodríguez Sahagún, entre 1989 y 1991, cuando la policía de barrio ideada por su concejal Fernando Bocanegra no consiguió salir adelante porque las patrullas se formaron con miembros de las unidades de tráfico, lo que repercutió en un aumento de los problemas de circulación.

María Tardón aprovechó el incremento de la plantilla del cuerpo para destinar 1.000 agentes a la policía de barrio. Su embrión fue la zona de Sol (las calles Mayor, Arenal y adyacentes) y las navidades de 2000, donde se distribuyeron los primeros 42 agentes destinados a esta primera unidad de barrio.

Los iniciadores de este servicio fueron agentes voluntarios que recibieron una formación especial en cursillos, como atención al ciudadano o cómo afrontar problemas en la calle. Cada equipo estaba formado, al igual que hoy en día, por cinco parejas de policías municipales que cuentan con el apoyo de motoristas y un coche patrulla. Al frente de cada equipo hay un cabo, responsable de la distribución del trabajo cada mañana.

Las primeras experiencias fueron especialmente positivas, según reconocieron los comerciantes y vecinos de la zona de Centro. La idea fue ampliada un año más tarde, el 18 de enero de 2002, a otros 27 barrios de la capital. Para ello se destinaron 426 agentes. De nuevo, su principal cometido era la descentralización del servicio, la prevención y hacer cumplir las ordenanzas municipales.

El despliegue de este nuevo modelo policial afectó en esa segunda fase a los barrios de Sol y Justicia (Centro), Gaztambide y Arapiles (Chamberí), Aravaca y Argüelles (Moncloa), Castillejos y Cuatro Caminos (Tetuán), Delicias (Arganzuela), San Andrés (Villaverde), Las Águilas (Latina), Vista Alegre (Carabanchel), Moscardó (Usera), Adelfas (Retiro), Vinateros (Moratalaz), Palomeras Altas (Puente de Vallecas), Santa Eugenia (Villa de Vallecas), Ambroz (Vicálvaro), Ciudad Jardín (Chamartín), Recoletos y Goya (Salamanca), Quintana (Ciudad Lineal), Pilar y Peña Grande (Fuencarral), Canillas (Hortaleza), Canillejas (San Blas) y el casco histórico del distrito de Barajas.

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