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La OMS identificó el virus en un mes gracias a la red creada en 2001

María Neira participó en la creación del sistema de vigilancia mundial

La asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2001 afirmó que "una enfermedad infecciosa en un sólo país podía acabar en una emergencia sanitaria mundial". Ese año la OMS profetizaba que la aparición de un nuevo virus no era ciencia-ficción: "El mundo se enfrenta a la emergencia de nuevos patógenos, la recurrencia de enfermedades conocidas y al uso deliberado o accidental de agentes biológicos. A ello contribuye la pobreza, las diferencias económicas, el derrumbe del sistema sanitario, la urbanización, el cambio climático y la degradación y la globalización y el aumento de los viajes".

El virus del SARS (en inglés, Síndrome Respiratorio Agudo y Grave) ha sido fiel al guión.

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Como los 23 nuevos patógenos que la OMS detectó entre 1973 y 1997, virus en su mayoría como el sida, el Ébola y los de las hepatitis E y G. La mayoría saltaron de un animal al hombre.

En 2001, la OMS creó la red de alerta y respuesta a brotes epidémicos, que asocia a 191 países y que cada año estudia unos 200 posibles brotes epidémicos. Esta red ha permitido la detección del coronavirus de la neumonía asiática cinco semanas después de que se diera la alerta y el seguimiento y control de los casos (al menos fuera de China).

María Neira, hoy presidenta de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, y que entre 1993 y 2002 trabajó en la puesta en marcha de esta red en la OMS, asegura que la red ha permitido un seguimiento de la enfermedad imposible hace unos años. Neira recuerda los principios: "En 1996, tras un brote de Ébola en el Zaire, nos dimos cuenta de que era necesaria más información. Comenzamos con un sistema de control de rumores. Era un sistema informático que rastreaba información en busca de posibles brotes infecciosos. El sistema recababa información de muchas fuentes: desde periódicos locales hasta ONG y médicos independientes". Neira afirma que si la pista del SARS se ha seguido al detalle se debe a la rápida detección y coordinación. "La detección de los casos y la rápida intervención son fundamentales en una epidemia", explica la especialista.

En el primer brote de Ébola en Congo en 1976 pasaron 19 días hasta que el Gobierno lo conoció, y 49 hasta que llegó ayuda internacional. En ese tiempo hubo 318 casos y 280 muertes.

Pero no se puede actuar con rapidez si, como en el caso del SARS en China, un país no comunica los brotes. Neira señala que por eso se buscó la colaboración de ONG y médicos en la zona. Ahora las normas de detección están en plena revisión. La OMS buscará en la próxima asamblea que los socios se obliguen a declarar todos los brotes. La agencia reconoce que muchos países no comunican las enfermedades que tienen por miedo a las repercusiones económicas y a la pérdida de turismo.

Al no actuar, los virus se mueven rápidamente. Sobre todo debido al aumento de los viajes. En 1950 hubo 200 millones de pasajeros en vuelos internacionales. En 2001, 1.400 millones. Una de las preocupaciones de la OMS es que el SARS llegue a África, y espera que el sistema de alerta también funcione allí. "Los primeros casos se dan en hospitales y serán viajeros. Esperamos detectarlo allí gracias al sistema de alerta. Si pasa al campo será más difícil", explica el virólogo de la OMS Mike Ryan.

Los expertos coinciden en que se han creado los medios para el salto entre especies. El presidente de la Sociedad Española de Virología, Rafael Fernández, apunta a la ganadería: "La proliferación de la ganadería intensiva ha puesto en contacto a diferentes especies. A veces todos los animales están hacinados y a veces junto a las personas, lo que permite el salto de virus. Otras se debe a la deforestación, que hace que los humanos entren en contacto con nuevos virus". Otros agentes, como la legionela, estaban en el medio ambiente (en este caso el agua) desde siempre y los nuevos aparatos que vaporizaban agua contaminada propiciaron el paso a los humanos.

Viejas medidas para un nuevo agente

La OMS afirmaba en 2001 que "los abordajes tradicionales contra las epidemias se basaban en cerrar las fronteras". Y añadía: "Ahora se trata de una rápida detección y comunicación y las redes para compartir la información". Sin embargo, el 2 de abril, la OMS recurría al abordaje tradicional y recomendaba no viajar a Hong Kong ni a Guangdong (la provincia china en la que comenzó la epidemia). Era la primera vez en su historia que emitía ese aviso. Además recurrió a medidas como la cuarentena y el aislamiento. Medidas ya apuntadas en la Primera Conferencia Sanitaria Internacional celebrada en París, en 1851. La conferencia se celebró tras unas epidemias de cólera en Europa.

Pascale Brudon, de la OMS en Vietnam, explicó en una rueda de prensa telefónica que Vietnam había contenido la epidemia con medidas pasadas de moda: "Aislamos a todos los pacientes y pusimos en cuarentena todos sus contactos".

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