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Los March Cencillo pagan 21 millones a Baleares por la herencia de su padre

La familia March Cencillo ha ingresado en metálico una cifra cercana a los 21,6 millones de euros en las arcas del Gobierno de Baleares por el pago del impuesto de sucesiones por la herencia de su padre, el coleccionista Bartolomé March Servera, fallecido en 1998, a los 80 años en París. Los herederos, nietos de Juan March Ordinas, no participan en las finanzas familiares de Banca March y Corporación Alba.

La herencia de Bartolomé March Servera, por la que se tributa un 34% de la masa patrimonial, es la mayor de las liquidadas a la hacienda balear, según fuentes del Gobierno autonómico. La valoración inicial presentada por la familia, posterior a la liquidación provisional de la fortuna, rondó los 80 millones de euros. La herencia está integrada en su mayor parte por fincas y colecciones de arte. Una de las joyas de la herencia es un cuadro de Goya, que será puesto a la venta.

Durante más de un año, los March Cencillo negociaron con la hacienda autonómica balear el pago de los derechos reales mediante la entrega de la Biblioteca de Medinaceli de Madrid, uno de los conjuntos monumentales privados más destacados de España, integrado por 17.000 libros con un valor de 24 millones de euros. El Gobierno balear aceptó cobrar parte de los impuestos con esta donación patrimonial y otra en metálico, aunque, finalmente, los herederos (March Cencillo, Fierro March, Chico de Guzmán March), la viuda y la ex esposa, abonan los derechos reales en metálico. Bartolomé March era tío de Juan y Carlos March Delgado, los gestores del grupo March -que dirigen su propia Fundación Juan March-, y tenía su residencia en Mallorca, pero pasaba largas temporadas en París y las Bahamas.

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