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Miles de personas condenan en las calles de Bogotá el atentado contra el club El Nogal

El presidente Uribe reclama ayuda internacional para acabar con "la lacra del terrorismo"

Miles de personas salieron ayer a las calles de Bogotá para condenar el atentado contra el selecto club El Nogal, que costó la vida a 33 personas en la noche del viernes. El alcalde de la capital colombiana, Antanas Mockus, encabezó una gran manifestación que recorrió la avenida de Eldorado y desembocó en el Parque Bolívar, donde se celebró una misa oficiada por el arzobispo de Bogotá, Pedro Rubiano. Las investigaciones policiales se mezclaron a lo largo del fin de semana con la desesperación de los familiares de las cerca de 200 víctimas, entre muertos y heridos, del atentado.

Una niña fue rescatada tras permanecer más de 12 horas entre los escombros

Aun sin que nadie se haya atribuido la colocación del coche bomba con entre 150 y 200 kilogramos del potente explosivo mezcla de C-4 y amonio, las autoridades colombianas no tienen dudas de que se trata de una nueva acción criminal de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal grupo guerrillero del país. Tanto el presidente, Álvaro Uribe Vélez, como varios miembros de su Gabinete insistieron en las horas siguientes al atentado en reclamar el apoyo internacional para "acabar con esta lacra del terrorismo". Uribe fue más lejos y solicitó, incluso, una intervención de la ONU similar a la de Irak. También pidió a los países limítrofes con Colombia (Perú, Venezuela, Brasil y Ecuador) que adopten en sus fronteras medidas de control para evitar el paso a miembros de la guerrilla.

El rechazo internacional al atentado de El Nogal fue prácticamente unánime. El presidente de EE UU, George W. Bush, prometió que su país dará "la ayuda apropiada" al Gobierno colombiano "para llevar ante la justicia a los asesinos responsables" del ataque, y el presidente del Gobierno español, José María Aznar, envió un telegrama de condolencia a Uribe.

Mientras los miembros de los grupos de rescate seguían ayer intentado recuperar más cuerpos de entre los escombros (aún permanecen desaparecidas varias personas que podían encontrarse dentro o junto al club siniestrado en el momento de la explosión), los investigadores policiales señalaron que el coche bomba estaba colocado estratégicamente para que el edificio se viniera abajo con todas la personas, unas 600, que se encontraban en él. Sólo la fuerte estructura de la construcción, de apenas siete años, y su diseño antisísmico evitaron que la matanza adquiriese mayores proporciones, en opinión del fiscal general de la nación.

La niña de 12 años de edad rescatada con vida entre los escombros más de doce horas después de la explosión permanecía ayer en estado crítico. María Camila García logró salvarse junto a su hermano gemelo, Santiago, pero ambos perdieron a sus padres y otro hermano junto a los que estaban cenando en el restaurante del club. Algunos de los supervivientes, que relatan que se vieron envueltos en una lluvia de cascotes, primero, y amenazados después por una potente lengua de fuego, lograron salvarse saltando de los pisos más elevados, quinto y sexto, hasta el segundo o primero. Su angustia ante la tardanza en llegar de los equipos de rescate con material adecuado les llevó a esta determinación. Sufren fracturas de diversa consideración, pero pueden contarlo.

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El alcalde de Bogotá llamó a la movilización popular para repudiar "este acto criminal" y las acciones violentas de los diversos grupos terroristas que actúan en el país. Organizaciones estudiantiles organizaron desde el sábado diversos actos de protesta en esta misma línea.

Por su parte, el diario El Tiempo hizo publicó ayer lo que denominó "agenda secreta" de los grupos paramilitares en su negociación con el presidente Uribe. El cronograma estima que será en diciembre cuando pueda firmarse un acuerdo de desmovilización total de sus efectivos y apunta al ex presidente estadounidense Jimmy Carter como testigo.

Un hombre cubierto con una bandera colombiana deja unas flores en los nichos donde se ha enterrado a varias víctimas del atentado.
Un hombre cubierto con una bandera colombiana deja unas flores en los nichos donde se ha enterrado a varias víctimas del atentado.REUTERS

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