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Las inspecciones | ACOSO A SADAM

Irak promete más cooperación con los inspectores para evitar la guerra

El Gobierno iraquí y la ONU alcanzan un acuerdo que deja problemas pendientes

ELPAIS.es

En un intento de impedir un ataque de EE UU y sus aliados, el Gobierno de Irak hizo ayer varias concesiones a los inspectores de armas de la ONU. Según un acuerdo de diez puntos alcanzado ayer por ambas partes, el régimen de Bagdad permitirá a los inspectores entrevistar en privado a científicos iraquíes y formará sus propios equipos de búsqueda de armas de destrucción masiva. Sin embargo, Irak se negó a autorizar los vuelos de aviones de reconocimiento U2 sobre su territorio para ayudar a los inspectores. Estados Unidos y el Reino Unido minimizaron el alcance del acuerdo.

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Tras firmar el compromiso y al término de una visita a Bagdad, el jefe de los expertos de la ONU, Hans Blix, y el director del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Mohamed el Baradei, se mostraron cautamente optimistas. El primero subrayó que no todos los asuntos pendientes con Irak están resueltos. Blix y El Baradei estaban presentes cuando Amir al Saadi, uno de los principales asesores del presidente iraquí, Sadam Husein, dio a conocer el contenido del acuerdo en una conferencia de prensa.

El texto señala que Irak ha entregado nuevos documentos a los inspectores y que ha clarificado el contenido de otros. El régimen de Bagdad se ha comprometido incluso a formar sus propios equipos de expertos para buscar armas que no figuraban en la declaración de 12.000 páginas entregada a la ONU en diciembre pasado. La semana pasada, los inspectores encontraron 11 ojivas que podrían haber transportado armas químicas y el domingo Irak anunció el hallazgo de otras cuatro.

El comunicado también menciona que Irak permitirá la inspección de "lugares privados" -una aparente referencia a las viviendas de científicos relevantes- y la celebración de "entrevistas privadas", en las que los inspectores de la ONU podrán conversar con expertos iraquíes sin la presencia de agentes del Gobierno de Bagdad.

Cautela

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Blix se expresó con cautela sobre el acuerdo y, tras mostrarse moderadamente confiado en que Irak cumplirá sus promesas, declaró: "Hemos resuelto varios asuntos prácticos, no todos. No hemos hablado de los temas sustanciales, como el ántrax, el XV y los misiles Scud. Los trataremos en el futuro".

En Nueva York, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, minimizó el acuerdo. "Es siempre lo mismo", ironizó el jefe de la diplomacia estadounidense en el intervalo de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. "Irak sólo responde a las presiones". El ministro británico de Exteriores, Jack Straw, dijo: "No me impresiona".

El acuerdo no hace referencia a la posibilidad de entrevistar a científicos iraquíes fuera de su país como exigía Washington con el argumento de que los entrevistados necesitan protección ante posibles represalias. El régimen de Bagdad sí se comprometió a proporcionar una lista de 500 científicos involucrados en antiguos programas iraquíes de fabricación de armas, actualmente prohibidos.

En ese sentido, el ministro chipriota de Asuntos Exteriores, Yiannakis Cassoulides, anunció ayer que su país ha aceptado una petición de la ONU para acoger a los científicos iraquíes que los inspectores quieran interrogar. "La ONU nos transmitió oficialmente esta petición la semana pasada y nosotros la aceptamos", dijo Cassoulides a la prensa.

Otros puntos de la declaración conjunta del Gobierno iraquí y los inspectores de la ONU son los siguientes:

- Irak despejará las dudas pendientes desde su declaración de armas de diciembre pasado, considerada incompleta por Naciones Unidas y EE UU.

- Los inspectores de Naciones Unidas permitirán a funcionarios iraquíes viajar en sus helicópteros.

- Irak prohibirá por ley las armas de destrucción masiva como exige la ONU.

- Irak se compromete a continuar las conversaciones técnicas sobre los tubos de aluminio, sobre la importación de uranio y el uso de explosivos.

Tras su visita a Bagdad, Blix y El Baradei llegaron ayer por la tarde a Atenas, donde informarán de sus conversaciones con las autoridades iraquíes a la presidencia de la Unión Europea. Ambos viajarán hoy a Nueva York, donde el próximo 27 de enero presentarán un informe del trabajo de los inspectores ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Al llegar a Atenas, un periodista preguntó a Blix si a Irak se le está acabando el tiempo para convencer al mundo de que no tiene armas nucleares, químicas o biológicas. Blix respondió: "No soy yo quien controla el reloj, hay otros que lo están haciendo. Yo estoy cumpliendo con mi parte en el juego". Blix agregó que Irak se ha negado a autorizar los vuelos de aviones de reconocimiento U2 sobre su territorio para ayudar a los inspectores en su trabajo.

En Irak, los inspectores de la ONU efectuaron ayer nueve visitas a otras tantas instalaciones, entre ellas varios cuarteles, una fábrica de alcohol y una granja. Al mismo tiempo, el diario iraquí Ath-Thawra, del partido Baas, de Sadam Husein, emitió un comunicado en el que afirma que las actividades de los inspectores son "ilegales, inmorales y provocadoras". Aunque los expertos de Naciones Unidas comenzaron bien, afirma el periódico, "ahora están yendo más allá de su trabajo y recolectando información para el espionaje".

El jefe del Estado mayor norteamericano, Richard Myers (derecha), pasa revista a tropas turcas en Ankara.
El jefe del Estado mayor norteamericano, Richard Myers (derecha), pasa revista a tropas turcas en Ankara.AP

Londres envía 26.000 soldados

El ministro británico de Defensa, Geoff Hoon, anunció ayer en la Cámara de los Comunes el envío de 26.000 soldados al golfo Pérsico, muchos más de lo previsto en un principio. "La decisión de usar estas fuerzas no se ha tomado y no es ni inminente ni inevitable", dijo Hoon. El Reino Unido también enviará a la zona 150 carros blindados de transporte de personal y 120 tanques antes de mediados de febrero. EE UU ha desplegado ya 52.000 efectivos en la zona y tiene previsto enviar otros 60.000.Mientras continúa el despliegue de fuerzas estadounidenses y británicas, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de EE UU, general Richard Myers, negó ayer que su país esté impacientándose con la postura reticente de Turquía ante una posible guerra. El Gobierno de Ankara, dijo Myers en la capital turca, "está cooperando muy bien". Washington pretende que Turquía dé su visto bueno a la apertura de un frente norte para atacar Irak. "La idea de que nos estamos impacientando o de que estamos planteando exigencias no se sostiene", declaró Myers antes de salir de Turquía. "Abandono Ankara, como muchos norteamericanos han hecho en el pasado, seguro de nuestra alianza estratégica y muy seguro de que ambos compartimos la misma visión sobre el futuro de la zona, es decir, paz y estabilidad".Minutos después, el primer ministro turco, Abdullah Güll, subrayó que la frágil economía turca sufriría enormes daños si EE UU ataca Irak. "Queremos utilizar todos los recursos a nuestro alcance para prevenir que estalle esta guerra", dijo. Funcionarios del Departamento del Tesoro de EE UU ya están preparando con las autoridades turcas una serie de medidas de ayuda económica para paliar los efectos de un conflicto bélico.

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