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Los arquitectos proponen cubrir el 75% de los restos del Born

Enric Soria calcula que las obras de la biblioteca podrían estar acabadas en el año 2007

'El nuevo proyecto mejora y enriquece el inicial', afirma Enric Soria, arquitecto encargado, junto con Rafael Cáceres, del proyecto de la biblioteca pública en el viejo mercado del Born. La biblioteca, afirman, cabe en el Born, pero en la memoria de este primer informe, que ahora deberán estudiar las instituciones y los técnicos, se afirma que 'hay que determinar qué elementos son de conservación obligada' con relación a los restos arqueológicos y reconocen que necesitan intervenir de forma parcial en algunos puntos para situar las instalaciones y los pilares del nuevo edificio. También proponen cubrir 6.100 de los 8.000 metros cuadrados de la superficie del mercado, lo que supone que el 75% de los restos estarán en el subterráneo.

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El informe de Soria y Cáceres se entregó el pasado martes a las dos instituciones -Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona- que lo habían encargado con el objetivo de estudiar la viabilidad de la cohabitación de la biblioteca con los restos arqueológicos. En opinión de los arquitectos, la cohabitación es posible, e incluso aseguran en su informe que es necesaria 'para resolver correctamente los problemas aquitectónicos y de utilidad social que se generen' con la existencia de los restos en el viejo mercado. Su proyecto prevé situar un depósito subterráneo de cuatro plantas en la calle de la Ribera con capacidad para un millón de libros. 'Es un sistema similar al que se utiliza en la Biblioteca de Cataluña y facilitará la carga y descarga de los libros', afirma Soria.

La planta baja tendría unos 6.100 metros cuadrados, con algún desnivel en los casos en que la pendiente de la superficie hiciera demasiado opresivo el subterráneo. Esta planta, afirman, se sujetaría haciendo descender los actuales cimientos de los pilares del antiguo edificio en algunos casos y situando un mínimo de ocho pilares sobre los restos arqueológicos. Éstos estarían a la vista en una cuarta parte, en la zona del Rec Comtal y de la isla de casas en la que se encuentra el palacio de Montoliu, pero el resto quedaría cubierto por un techo de diferente altura, de entre dos y cinco metros. Este subterráneo, asegura Soria, deberá ser utilizable en parte, unos 2.000 metros cuadrados que se destinarían a un pequeño auditorio, salas de lecturas para niños o espacios de divulgación de la historia de Barcelona. Además confían en poder emplear unos 900 metros cuadrados del subterráneo que, aseguran, no contienen restos, ya que allí estaban los lavabos del mercado, para situar instalaciones y servicios. La galería de instalaciones, por otra parte, estaría en el perímetro exterior del edificio, excepto en el caso de la calle del Comerç, donde sería preciso situarla en el interior, lo que obligaría a intervenir en los restos.

Esta intervención, asegura Soria, 'será necesaria se haga lo que se haga'. 'Para poder realizar las excavaciones se tuvo que eliminar el sistema de desagüe del agua de lluvia a través de las columnas de hierro del edificio industrial y esta nueva canalización obligará a levantar parte de los restos'. Según señaló Soria, para poder realizar las obras habrá que volver a cubrir todos los restos para protegerlos, y también se deberá hacer una excavación previa en la calle de la Ribera -donde se situará el depósito-, lugar en el que es de suponer que se encontrará la continuación de la trama urbana del interior.

Respecto a los plazos, Soria señaló que si hubiera un acuerdo rápido favorable a la cohabitación y en septiembre, fecha muy improbable, se les encargara oficialmente el anterproyecto, éste podría estar acabado en diciembre. Entre el proyecto básico y el ejecutivo pasaría un año, lo que situaría el inicio de las obras en 2004 y la finalización hacia finales de 2006 o 2007 si no surge ningún otro imprevisto. En el aspecto económico, afirma que han hecho un cálculo muy aproximado y podría costar lo mismo que ahora, 34,9 millones de euros, 'sin contar la consolidación y musealización de las excavaciones, ni los nuevos honorarios por el proyecto, ni los incrementos de los impuestos'.

'Lo que sí parece bastante claro es que el conjunto tendría que estar gestionado por una sola institución porque es imposible que pueda funcionar por una parte la biblioteca y por otra un museo', afirma Soria. 'Los bibliotecarios nos dicen que pueden asumir esta función, aunque les complica la vida y tendrán que buscar horarios compatibles para que la visita de los restos no impida el buen funcioamiento de la biblioteca. A favor de la convivencia está que no es una biblioteca de estudio ni un palacio de silencio, sino un centro de información y consulta, un espacio de agitación'.

Respecto a la conservación de los restos, Soria advierte de que éstos están sometidos el cambio climático sufrido al salir al exterior y que 'sea con el proyecto que sea hay que solucionar este problema porque de lo contrario dentro de dos años no quedarán ruinas'.

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