_
_
_
_
_
COYUNTURA INTERNACIONAL
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

'Celebration, celebration'

A menos de dos años de la fecha de compromiso para la incorporación de la mayor parte de los actuales países candidatos a la Unión Europea, el complejo proceso de adhesión ha llegado al momento álgido de abordar los capítulos más difíciles. Frente a los esfuerzos de los Gobiernos de estos países para avanzar en la convergencia paralelamente al proceso de negociación, en un contexto de claro apoyo popular en esos países a la integración, la mayor parte de los ciudadanos de la UE parece mostrar cierto distanciamiento.

A ello podría contribuir la posición relativamente periférica de los candidatos y unas cifras económicas básicas modestas: el conjunto de los diez países candidatos representa menos del doble de la población española, alrededor de una vez y media la extensión de nuestro país y en torno al 60% del producto interior bruto. La ampliación equivale a asimilar el ingreso en la UE de una economía del tamaño de los Países Bajos.

A menos de dos años, el complejo proceso de adhesión de los diez países candidatos a la UE puede calificarse de muy espinoso

Pero hay un conjunto de factores que sitúan al actual proceso de ampliación como uno de los más espinosos entre los realizados hasta ahora. En primer lugar, el compromiso de crear un marco económico estable en el conjunto continental, al que se incorporarían ahora países que han experimentado una difícil transición todavía no concluida y que se enlaza con las exigencias de convergencia para el ingreso en la UE. Durante los últimos cinco años, la inflación media de los países candidatos se ha reducido a menos de la mitad, situándose hoy en torno al 4,5%, el peso medio de la deuda pública sobre PIB se mantiene en torno al 40%, con una holgura apreciable respecto al criterio de convergencia del 60%, y las tasas de desempleo, en general, son más reducidas que la española. Sin embargo, van a ser necesarios importantes esfuerzos adicionales para reducir el peso del sector público y para avanzar en la convergencia de los tipos de interés a corto.

En segundo lugar, la incorporación de 10 nuevos países situaría el total de la Unión en 25, una cifra poco compatible con la necesaria eficacia de los actuales órganos de gobierno, lo que obliga a una reforma institucional importante.

Por último, el peso relativamente importante del sector agrario en varios de los países candidatos, junto al bajo nivel de PIB por habitante (menos de la mitad del español en el conjunto de los 10 países) obligará a un replanteamiento general de los sistemas de ayudas comunitarios, tanto de tipo social a regiones desfavorecidas como en la orientación de las destinadas a la agricultura.

Es previsible que la ampliación afecte profundamente a la economía española, aunque también abre nuevas perspectivas para la inversión y las exportaciones españolas en un área en el que nuestra presencia es limitada.

Gerardo Izquierdo es economista del servicio de estudios del BBVA.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_