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El Gobierno baraja empezar a dispensar heroína de manera controlada

Los profesionales sostienen que es una opción terapéutica minoritaria

La Secretaría de Drogodependencias del Gobierno vasco está barajando la posibilidad de empezar a suministrar heroína de manera controlada a aquellos toxicómanos para los que el abandono de las drogas no es una opción real ni tomar metadona una alternativa a la abstinencia. Gemma Calvet, directora de Drogodependencias, planteó la nueva medida durante la presentación del libro Drogodependencias: reducción de daños y riesgos. En el trabajo, profesionales defienden esa medida como terapia.

La reducción de daños y riesgos se ha convertido en una alternativa a los enfoques del tratamiento de los toxicómanos basados en la abstinencia del consumo de drogas y generalmente centrados en el castigo. Se trata de aplicar una serie de medidas y programas sociales, sanitarios y asistenciales, que buscan disminuir los efectos negativos de las toxicomanías, pero dejando de lado la abstinencia, ya que no siempre es contemplada como una opción real por el toxicómano. Así lo explicó ayer el psiquiatra Iñaki Marquez, autor del trabajo junto a Mónica Poó, ambos del centro de investigación Ekime, durante la presentación del libro editado por el Observatorio Vasco de Drogodependencias.

Calvet quiso respaldar con su presencia, al igual que Angel Elías, viceconsejero de Vivienda y Asuntos Sociales, estas políticas de reducción de daños y riesgos que ya se han puesto en práctica con éxito en otros países. Calvet señaló que estos programas pueden verse complementados en ocasiones con otros planes libres de drogas, pero que no han de entenderse como antagónicos, sino como estrategias de intervención que pueden coexistir en beneficio de las opciones terapéuticas del toxicómano. En su opinión, los proyectos actúan como complemento a una intervención sanitaria mucho más amplia que contemple las necesidades del consumidor de heroína crónico.

La responsable de drogodependencias de la consejería de Javier Madrazo quiso huir de la polémica que la aplicación de este tipo de medidas suele generar en la sociedad y quizá por ello remachó que se trata de dar primeros pasos para sensibilizar a la opinión pública sobre la existencia de los programas alternativos y así valorar la posibilidad de establecer salas de consumo o plantearse planes pilotos de dispensación de heroína. Calvet anunció que la puesta en marcha de la iniciativa de suministro de heroína esta sujeta a un estudio previo en comisión mixta con el Departamento de Sanidad, que deberá determinar si conviene su aplicación. Subrayó, no obstante: 'De momento, en Euskadi las necesidades son otras y por tanto vamos a priorizar la consolidación de los recursos existentes y, en todo caso, la valoración de necesidad de este programa dentro de un análisis de situación global'.

Mejorar la vida

Los profesionales que intervienen en la atención a drogodependientes sostienen que las dependencias a los opiáceos requieren 'la normalización de tratamientos de mantenimiento con agonistas opiáceos integrándolos como una opción terapéutica útil y eficaz'. El estudio del Observatorio Vasco de Drogodependencias incluye que casi la totalidad (el 90,6%) considera que los programas de mantenimientos con opiáceos son una alternativa terapéutica que mejora la calidad de vida de los usuarios. Una gran mayoría de los profesionales (71,9%) que atiende a toxicómanos en centros entiende que dar una respuesta normalizada a las drogodependencias significa que la red asistencial específica esté integrada en la red sanitaria general.

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Márquez destacó que los distintos recursos tipificados como reducción de daños y riesgos intentan proteger la salud y mejorar la calidad de vida del consumidor de sustancias estupefacientes, así como disminuir la mortalidad, prevenir las enfermedades infecciosas y favorecer el acceso a la red asistencial sin que el interés primordial sea el abandono del consumo de drogas. También significa, dijo, que el drogodependiente acepte su plena capacidad para la toma de decisiones sobre su salud.

Algunas modalidades de intervención de las estrategias de reducción de riesgos son los programas de metadona, además de los de heroína y otras; los centros de contacto y de acogida; los programas de intercambio de jeringuillas; sociosanitarios o de sexo seguro. El tratamiento con metadona ha pasado de ser visto como una amenaza y estar satanizado en los años en que el objetivo era la abstinencia a ser entendidos como la estrella de los recursos paliativos, se recuerda en Drogodependencias: reducción de daños y riesgos.

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